Negocio de autos chocolates daña a la industria nacional

Noticias diversas

Escribe: Héctor Barragán

DE LA ECONOMIA INFORMAL.
Las noticias económicas llevan invariablemente misterio, tal como podría haber dicho John M Keynes, uno de los más conocidos y modernos conocedores de la materia y el no menos brillante escritor, también inglés Oscar Wilde, al declarar que con los números, la estadística, se cristalizaba una de las maneras de mentir.
El Financiero de abril del 2013 proporciona tema al hablar de la economía ilegal, que genera 915 mil millones de pesos al año por concepto de pérdidas.
Hace mérito la colaboración citada Gerardo Gutiérrez Candiani que preside en Consejo Coordinador Empresarial, organismo cúpula del elemento más dinámico de la economía nacional. La pérdida económica mencionada corresponde, de acuerdo con expresión, lo mismo a la economía formal que al fisco, el gobierno, quién deja de percibir la parte correspondiente.
Fuentes del daño son la piratería y el contrabando, la primera, falsificación de marcas afecta primordialmente al comercio y a los comerciantes formales establecidos, pero cabe insistir en que genera grandes cantidades de sitios de trabajo que se deben cubrir para evitar que siga exponiéndose la población sin empleo y a disposición de los criminales organizados; el contrabando por su parte, genera ocupación a los agentes clandestinos, contrabandistas propiamente dicho, pero es solapado por comerciantes poco escrupulosos que aumentan sus ganancias con productos que no pagan impuestos, aunque también al gran núcleo de los comerciantes informales.
Los mercaderes informales, es menester recordarlo, se abastecen también de otra fuente clandestina, los robos organizados; entonces asiste la razón a Gutiérrez Candiani cuando insiste en que la autoridad debe volverse suficientemente eficaz, para evitar el contrabando y los robos, por medio de la policía y los poderosos brazos y elementos del fisco que alimentan al comercio por medios ilegales en competencia desleal.
Señala la conveniencia de ser estrictos en la vigilancia de bodegas, redes y los centros de actividades ilegales, que seguramente conocen y por lo regular están a la vista.
Es válida, por otra parte su propuesta, de que la autoridad acuda en auxilio de la informalidad, para transformarla, hacerla eficaz y eficiente, facilitando los trámites para regularizarse, establecer incentivos para que crezcan los pequeños negocios y volverlos capaces de dar utilidades y pagar impuestos. Eliminar los obstáculos a ese programa o modo de hacer.
Pero es básico el mejoramiento aduanal,

modernizarlo, facilitarlo, depurarlo y darle fluidez pero eficiencia.
Y activar las operaciones de PYMES para asistencia técnica y financiera.
Menciona especialmente el negocio de los autos «chocolates» que dañan a los productores «nacionales», aspecto que no se comprende que apoye la autoridad, cuando son contrarios, si bien ayudan a algunos, perjudican a otras, pero no permiten el desarrollo del negocio de las reparaciones y fabricación de refacciones, que recomendará para los países dependientes, hace varias décadas, un economista norteamericano.
Se importan autos deteriorados, con poca probabilidad de dar servicio por tiempo suficiente, altamente contaminantes y sin ofrecer la garantía de reparación para prolongar su utilización de manera que rindan provecho a los usuarios y al país, que seguirá comprando autos viejos y produciendo autos nuevos, fuera del alcance de la capacidad de compra de muchísimos mexicanos, es decir, sin mercado propio, sino extranjero en su gran parte.
Y en esto de los autos, resulta extraño que se compren marcas y modelos exóticos, esto es, que no se han extendido en el país y debido a ello se pasan las de Caín para conseguir aún las piezas más insignificantes, máxime las refacciones, indispensables para que funcione el automóvil.
Se entiende que la medida la tomó el gobierno, allá en el inicio, para que gente de pocas posibilidades económicas, pudiese adquirir a bajo precio, unidades de trabajo. Pero como tantas otras acciones benéficas, se vició y bajo la protección se compraron infinidad de autos para impresionar, menos para trabajo y por supuesto que en cantidades exageradas.
Se recuerdan casos de abusos, de organizaciones encargadas de tramitar, de proteger contra medidas

gubernamentales, de coyotes especializados que hicieron sus buenos pesos con el tráfico de esos automóviles, que la verdad sea dicha, si hizo en tal cantidad 1que efectivamente perjudicó a las armadoras, a los distribuidores, a las agencias, que el gobierno en cierta medida está comprometido a proteger.
UN POCO DE BANCOS.
Las instituciones bancarias se inventaron, se formaron, para prestar dinero, con el cual se estimula la economía, es decir financiarían negocios, que rindieran lo necesario para cubrir el costo del financiamiento. Los intereses que la banca requiere para autorizar el préstamo.
Los hicieron, esos bancos, con dinero principalmente ajeno, por el cual pagan una verdadera bicoca, una cantidad insignificante, que en ocasiones no alcanza a cubrir el deterioro que a ese dinero le produce la inflación, los aumentos de precios.
Durante muchos años había en el país unos cuantos bancos y era sumamente difícil conseguir la autorización para nuevas instituciones bancarias, lo cual ha cambiado.
Se llegó a pensar que con tantas trabas y trámites, influencias y firmas, habrían de mejorar sustancialmente y eso impulsó el desarrollo bancario, pero eso de querer participar en el crecimiento nacional no deja de parecer una mentira.
La realidad se encuentra en el rendimiento que producen esos negocios, por tantas comisiones y por la certeza de recuperar los préstamos que hacen. Al gobierno la mayoría, por sus buenos dividendos que pagan los documentos oficiales y a los particulares, porque son muchísimos los que pagan las altas comisiones.
Como ejemplo, las tarjetas de crédito, que cobran por su expedición y en más de los casos, por su uso anualmente, sin contar con los castigos por intereses y sobre todo los moratorios, verdaderamente criminales. Pero siguen insistiendo en repartir tarjetas como volantes, lo que significa que les resulta rentable aún con los clientes que no pagan como es debido y los que se van a litigio, beneficiando algún abogado.
Pero por otro lado, eligen clientes potenciales para otorgarles préstamos, a los que cultivan con multitud de elogios para embaucarlos con sus bajas mensualidades, largos plazos y variantes de montos a plazos.
Si alega que cobran mucho de intereses, el 20% le replican que solicite menor cantidad o mayor plazo y pagará poco.
Discutir contra gente especializada es perder el tiempo porque nunca entenderán que usted no esté

dispuesto a recibir un préstamo por el que pagará veinte por ciento, en tanto su cuenta de ahorros, en el mismo banco le rendirá solamente un 4% anual, o sea que se ganan sin molestarse un 15% de clientes preferentes que jamás quedarán mal «según los antecedentes que tiene el banco de la manera en que maneja sus créditos»…
Como que no es justo ¿vedad? Pues no acepte el préstamo y soporte a los reiterados vendedores de dinero con intereses que recuerdan algunos agiotistas sumamente perversos. Aunque quizá los banqueros estén cumpliendo con la ley, más no con la justicia.
Pero el tamaño de la paga de lo que se habló pero no se dijo nada, es que para este abril del 2013 hay 45 bancos, como asienta El Financiero de hace pocos días, en que autorizaron el llamado Bicentenario para atender el sector aduanero y del comercio exterior.
TIRAR EL DINERO.
En la jerga gobiernista, a eso equivale la expresión a fondo perdido y viene a cuento con motivo de la nota en el periódico especializado en finanzas, de abril, relativo a una partida solamente, de las tantas que deben existir en el país, por concepto de arrendamiento de inmuebles, del IFE y sus derivaciones.
El consejero Lorenzo Córdova de dicho instituto informó que el edificio de oficinas del Distrito Federal, se renta al mismo IFE por 32 millones de pesos al año, que se considera sumamente elevado a juicio del declarante.
A nivel general y para un lapso de 5 años, se han erogado por igual concepto 1 290 millones de pesos, por el mismo rubro de rentas.
Recientemente se divulgaron acusaciones por parte del contralor del organismo, Gregorio Guerrero, por haber inflado el costo de adquirir un inmueble para el mismo IFE que se suma al patrimonio de éste 40 construcciones. Del elevado presupuesto del órgano destina 258 millones de pesos por año a pagar la renta del inmueble en número de 575 de un total de 655 que son los que ocupa en el país.
Se comenta como relevante, que en las oficinas centrales, en el Distrito Federal, se erogan 70 millones por año, que representan la cuarta parte de los gastos

relativos del país y de ese total corresponden a un solo edificio en el DF 32 millones de pesos.
Este solo renglón sirve para que los Disputados, encargados de la distribución de recursos del gobierno, revisen la justificación de gastos tales, para la simulación de democracia que se ha establecido, siendo que le falta muchos elementos para dejar de ser mero esbozo democrático y no necesariamente tiene que ser oneroso, más aún, deben quitársele elementos para depurarlo, hacerlo más real.
Que es importante el IFE es verdad, pero más como elemento generador de ingresos para la gente, como que atiende a 300 distritos, con 900 módulos de atención ciudadana, en 600 de ellos fijos, con 14 mil empleados.
Sus establecimientos deben contar con redes informativas, bodegas acondicionadas para control de humedad, aire acondicionado, para resguardar boletas y la papelería electoral.
Y para que haya democracia, no tienen que ser regaladas las credenciales, no se necesita tinta indeleble para evitar la perversión del voto por cuanto hay representantes de partidos y candidatos, el padrón podría anularse o quitarle la foto para abaratarlo, desburocratizar al máximo, tomar modelos de otros países en que se tiene confianza en la gente… gente digna de esa atención y confianza que le han quitado en México.
Los mejores supervisores de la limpieza en el proceso electoral, son los representantes de partidos y candidatos a los cuales no se les paga cantidad alguna y en ocasiones hasta se les escatiman los gastos en alimentación, que son pagados a los partidos sin que les otorguen el destino correcto.
Son además los viejos funcionarios de las casillas celosos guardianes de la limpieza del proceso, igualmente personal que presta sus servicios gratuitamente y se siente honrado de tomarlos en cuenta para realizar esa labor tan importante.
Los demás adornos salen entonces sobrando.
Y pensarán algunos ¡Que hacer con los 14 mil empleados que estarían sin empleo? Seguramente desarrollar funciones más importantes, productivas y sobre todo honrosas.

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