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Aumenta el precio del gas a pesar de las promesas oficiales de abaratarlo

gasCUIDADO CON EL GAS.
Vigilar que no haya fugas en la red interna del gas natural y corregir los desperfectos es algo importante para la salud de su familia y su economía, pero cuidado con revisar mediante el fuego, que suele ser peligroso también.
Pero quienes cuentan con el servicio de gas por tubería, deben atender también a cuestiones que en rigor parece que no son de su competencia, pero que les pueden ocasionar costos adicionales. Costos por encima de los elevados precios a los que les sale el combustible; estos se relacionan con el hecho de que, si no les llega el recibo deben reportarlo a la compañía encargada del suministro y del cobro, porque de no pagarlo a tiempo tendrá recargos y el riesgo de suspensión, es decir que le cobrarán recargos; de no pasar la lectura, o que la empresa le haga un cobro «sin lectura o con el dato anterior» reportar de inmediato a la empresa, porque en ese caso les cobrará el «mínimo» pero en los próximos les hará pagar la tarifa más elevada por un supuesto por encima de su consumo mensual razonable.
Dirán que ello les tomara tiempo y gastos, molestias que nadie les compensará y es cierto, pero los empleados de la empresa son inflexibles, no le admitirán razones o explicaciones y deberá pagar lo que les dice el nuevo recibo.
Casi es ocioso escribirles que la empresa es concesionaria y de carácter transnacional, es decir, elegantemente globalizada, por lo cual puede hacer lo que le venga en gana con los consumidores. Pero no es novedad, porque se tiene en Saltillo la experiencia desde hace varios años de su semejante, la concesionaria del servicio de agua potable, cuyas quejas han engordado los archivos de la Procuraduría de la Defensa del Consumidor, que ciertamente no ha tenido un desempeño adecuado o suficiente.
De manera que, disculpando la molestia por la recomendación, ¡A cuidar el gas! Que punto y aparte, milagrosamente aumenta de precio a pesar de las declaraciones oficiales y promesas y dicen que sin contribuir a la inflación.
MEJORES QUE GRINGOS.
Muchas han sido las protestas contra el Congreso Mexicano, por mejor decir, todos los integrantes de las legislaturas nacionales, que han producido infinidad de ordenamientos, dado multitud de disposiciones que mayoritariamente no se acatan.
Lo cual significa que las disposiciones fundamentales como serían las encargadas del orden, la disciplina, el respeto y obediencias a las leyes, la propiedad, las personas.
Y ello es consecuencia de que son demasiado rígidas las tales órdenes y entonces el sistema jurídico resulta utópico, impracticable. De allí nace la impunidad y de su mano la irresponsabilidad de las autoridades, agentes del orden, funcionarios y empleados públicos.
Y es entonces cuando se desconfía de los legisladores y todos sus dependientes, desde el primero al último de los integrantes de la gigantesca burocracia, demasiado cara, generadora delos tortuosos e interminables, cuanto carísimos en tiempo y dinero, trámites administrativos y judiciales.
Por empezar, el régimen legislativo, que supuestamente autoriza la millonaria burocracia directa y derivada, de millones de empleados, se ha autorizado un personal que se desprende de 500 diputados con sus auxiliares, asesores y administrativos, que naturalmente son muchos más de los 500 diputados; luego 132 Senadores y tras ellos varios cientos de ayudantes y demás.
Las población que se supone representa y para la cual trabajan elaborando las leyes no supera con mucho los 100 millones de personas es la mitad de la norteamericana y sus diputados, su Cámara de Representantes son 435. Es decir que su productividad y eficiencia debe ser más del doble de los locales.
Los Senadores norteamericanos son 100, dos por cada una de las 50 estrellas equivalentes a sus Estados y aquí son 132 como se apuntó, para 32 entidades, a lo que cabe un razonamiento similar al hecho líneas arriba.
Los empleados para legislar, además se ser demasiados, que se estorban para trabajar y muchos de ellos no se molestan en hacerlo, se dan mejores emolumentos que los de los vecinos y a juzgar por los resultados, sin hacerse responsables de su actuación.
Podrían argumentar que no les compete vigilar el cumplimiento de las leyes y quizá tengan razón, pero la evidencia de su inutilidad si es de su resorte, a lo menos para establecer los mecanismos que haga respetables y consigan el respeto y cumplimiento de las disposiciones legales. Por supuesto sin que haya necesidad de inventar nuevas dependencias e instituciones.
INSTITUCIONES Y DEPENDENCIAS.
Y hablando de instituciones y dependencias, es de observar que son muchas y que su acumulación les hace inoperantes, pero se ha mencionado bastante el tema, como para quitar de nuevo el tiempo a los lectores, si los hay, pero se recuerdas a quien deba hacerlos, como funcionario que labore todo lo conscientemente que se necesita y dando el tiempo y esfuerzo mental necesario, enumerar esas dependencias que coinciden en sus objetivos y sin embargo ninguna ni el conjunto.
CALLE PEATONAL.
Hay muchísimas más personas recorriendo la ciudad de Saltillo a pie que en unidades motorizadas, como ocurre en el resto del país, pero en todas ellas se ha dado preferencia a las obras que facilitan en tránsito en auto.
Y consta que la situación más difícil para los transeúntes se presenta en esta capital coahuilense, por sus angostas banquetas, sus desniveles, la siembra de postes para alumbrado, de la red telefónica, la falta tan notable de mantenimiento, es decir, fracturas y baches, ausencia de pavimento.
Que los alcaldes dispongan de la vía pública para sus particulares gustos y preferencias es tradicional porque han dejado de caminar en su pueblo y desde los vehículos es casi imposible que se percaten de las necesidades y problemas del tránsito pedestre.
De manera que cerrar a la circulación alguna vía, restringir otra, modificar los sentidos del tránsito y crear exclusividades en exceso es común, debido a que adicionalmente no cuentan con gente práctica o profesional mucho menos, en materia de ingeniería vial.
Se ampliaron banquetas en la calle Victoria, pero no de manera continua, sino irregularmente.
Es verdad que se hermoseó tan importante avenida, pero con resultados limitados, en este caso, para automovilistas y peatones. La supresión de circulación de autos una vez por semana parece que perjudicó a los comerciantes, cuando pudo establecerse el paseo familiar de los domingos en sitios diferentes cada semana, para dar vida, que tal era el propósito, a toda la ciudad y no solo a la privilegiada con la cuantiosa inversión.
Qué harán con la Calle Aldama es todavía incógnita, pero se confía en que mejoren sus banquetas, que casi no tiene espacio para viandantes y se organice la cuestión del tránsito de autos, en caso de que se continúe usando a ese fin, revisando el servicio de autobuses que es intenso en esa vía, pero el de peatones es sumamente intenso también, como ocurre en la de Pérez Treviño. Pero eso se verá luego.
GOBIERNO Y POLICIA.
Vale la pena recordar de vez en cuando el significado de las palabras, que el uso y la comodidad tiende a cambiar, a desnaturalizar, además de los caprichos de los académicos de la lengua y la complicidad de los profesores. Gobernar significa guiar, conducir, dirigir, mandar, por medio de sus orgnismos políticos y las personas que ejercen el poder.
Es evidente que la actuación de los gobiernos cercanos deja considerables huecos sin cubrir, algunos en los que concurren personas y organismos particulares, pero que sin embargo no alcanzan a satisfacer, tales como la educación que se ha dejado decaer y lejos se haya de alcanzar la cantidad y calidad de lo que se requiere.
La policía es el conjunto de reglas necesarias para el orden y la seguridad y proporcionar asistencia ciudadana por medio de sus agentes. En este capítulo son más patentes las deficiencias, cuando por una pretendida democracia se permite que grandes masas de personas se manifiesten, estorben la buena marcha de la sociedad y aprovechando los grandes números, se infiltran intereses ajenos al orden y la disciplina necesarios, se solapan desmanes.
Resulta innegable que falta gobierno y se ha perdido autoridad, además de que la policías y sus importantes auxiliares carecen de estrategias adecuadas para controlar a los grupos y aislar a los vándalos, encargados de aumentar el desprestigio gubernamental.
Quienes afirman que el crimen se ha controlado, ignoran las manifestaciones delictivas en el país, no solamente en los lugares preferentemente atendidos, donde siguen sucediendo, sino en todas partes. Delitos que obstruyen el desempeño social y económico y dan al traste con los esfuerzos de la sociedad por encontrar sitio y actividades productivas, donde proveerse de medios de subsistencia y desarrollo.
Los que aseguran que la delincuencia desarrollada no perjudican los esfuerzos productivos, mienten.

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