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2015, año del boom de impresiones en 3D

chuyHace aproximadamente 35 años la industria comenzó a forjar un nuevo camino en el desarrollo tecnológico. La impresión en tiempo real de objetos en tres dimensiones que se podían crear a gusto del desarrollador parecía un invento sacado de una película de ciencia ficción.
Está claro que la tecnología tiene aún mucho campo por desarrollar y algunas visiones futuristas que ha tenido el ser humano a través de la historia, aún no han sido creadas tales como los autos voladores o la conquista de todos los planetas de nuestro sistema solar sin embargo el impacto que ha tenido el internet en nuestras vidas es un fuerte exponente para el desarrollo de nuevas tecnologías como esta, la de la impresión en 3D.
Ya con anterioridad se logró la impresión de piel humana, prótesis óseas, una motocicleta, una pistola y una creciente lista de objetos que se amplía a cada minuto. Hablamos del fascinante mundo de la fabricación digital.
Arturo Zamora, cofundador de Estudio Huella Cero, un despacho de diseño y arquitectura explica que la fabricación digital puede dividirse en 3 grandes ramas, la que extrae material a la pieza, la que agrega material a la pieza y la que simplemente la deforma y en este caso la impresión en 3D cae en la segunda categoría.
Por lo tanto se puede decir que la impresión 3D es un proceso de fabricación por adición de un modelo tridimensional (cualquier objeto físicamente posible) a partir de un archivo digital procesado computacionalmente. En otras palabras se trata de agregar material hasta crear un objeto, tal como lo haría un alfarero.
Desde los años 80 se creó una patente para un proceso de impresión similar denominado «esterolitografía» que utiliza haces de luz y una resina especial que reacciona a dicha luz endureciéndose o moldeándose.
Actualmente ya se venden estos prototipos y la empresa que se ha encargado de introducirlos al mercado es Form Labs. Otro proceso diferentechuy1 de impresión que también fue desarrollado en los años 80 por Stratasys y que se ha popularizado por su practicidad, eficiencia y costo, es el de Modelado por Deposición Fundida el cual adiciona material fundiendo filamentos de plástico, madera o metal.
Desde sus inicios, la impresión en 3D ha revolucionado la industria médica. La creación de órganos vitales ha siempre sido una prioridad. Teniendo en cuenta las altas tasas de mortalidad por falta de trasplantes, la necesidad de un producto como la impresión bio-medica representa un mercado altamente rentable.
Al respecto, Gartner Inc, empresa consultora y de investigación de las tecnologías de información con sede en Stamford, Connecticut, estima que para el 2016 esta tecnología provocará un debate ético y social muy importante. «la impresión de dispositivos médicos no vivos como prótesis, combinada con una creciente población y niveles insuficientes de atención médica en los mercados emergentes, estaría causando una explosión en la demanda de este producto el siguiente año» – Intuye Gartner.
«El futuro que plantea esta nueva tecnología para la economía es disrupción» – Nos comparte la investigadora en el campo de la economía y la ingeniería bio-médica, Gloria García de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Las impresoras 3D «modificaran a la economía en su conjunto, no solo a los mercados sino que va a modificar los procesos de producción, distribución, circulación y consumo de cierto tipo de bienes».
La investigadora prevé además de otras cosas, un fuerte impacto en la industria del transporte ya que se reduciría en gran cantidad el número de bienes distribuidos, se «eliminarían los puntos de intermediación en el comercio a nivel internacional».
«Los retos fiscales son a los que menos les veo una sencilla solución», nos platica Gloría sobre como los productos impresos ya no pasarían por una aduana y que será necesario crear sistemas para la correcta gravación de dichos intercambios económicos.
Aunado a esto, otro de los grandes retos que se plantearán será el de la propiedad intelectual «Económicamente, la propiedad intelectual es un bien público, no uno privado, y en el caso de los bienes públicos, los mercados no funcionan de manera eficiente en la fijación de sus precios, por lo tanto se requiere de la participación de terceros, en este caso el Estado.» – Termina Gloría García de esta forma nuestra breve entrevista.
Si bien este tipo de tecnología nos muestra un futuro promisorio en el que podamos imprimir desde tornillos hasta corazones completos, también plantea fuertes problemáticas que aún tienen que ser revisadas y ordenadas.
Probablemente 2015 será un año de «boom» en este ámbito tecnológico.

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