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Jericó Abramo inmiscuido en desaparición forzada de personas y crímenes ordenados desde el poder

El exalcalde, ahora candidato del PRI a diputado federal es fundador de la terrorífica policía de élite denominada GROM.

Armando Luna Canales y Jericó Abramo Maso, bajo el manto protector del PRI.
Armando Luna Canales y Jericó Abramo Maso, bajo el manto protector del PRI.

Es secreto a voces. Los saltillenses hablan del ex alcalde Jericó Abramo Maso, candidato del PRI a una diputación federal. Lo señalan con índice de fuego: «es el fundador de los GROMS, el grupo de élite policiaco más agresivo del que se tenga memoria en Coahuila y es el responsable de muchos delitos cometidos por esos «guardianes del orden».

Quienes conocen al exalcalde de Saltillo comentan que un día recibió una llamada de extorsión y fue entonces cuando tuvo la idea de formar un grupo de policías de élite, como los que tiene Brasil, como los que hay en Estados Unidos, (Pase a la pág. 2) «que no le tuvieran miedo a nada ni a nadie».
Pagó decenas de millo-nes de pesos para capacitar a un grupo de hombres previamente seleccionados. Hombres dispuestos a matar y a morir. Hombres armados preparados, gracias a un sala-rio por demás decoroso, para seguir las instrucciones y las órdenes de su jefe: Jericó Abramo.
El los formó, él los mantuvo en una nómina se-creta y él sabía de ciudadanos «caídos» a manos de los ele-mentos del Grupo de Reacción Operativa Metropolitana en un intento por mantener la tranquilidad de la ciudad.groms
Fue el propio alcalde quien solapó y ordenó el abuso, el secuestro, la desaparición forzada de personas, delitos cometidos por los GROM. Así ordenó el cierre de bares y cantinas, de talleres mecá-nicos, yonkes y todo negocio que tuviera «fachada» de estar cometiendo actos ilícitos o estar en combinación con la delincuencia organizada.
El dinero corrió a raudales. Jerico Abramo se lle-nó los bolsillos de millones y millones de pesos manchados con la sangre y el sudor de los saltillenses.
Hubo intentos de comer-ciantes, como los yonkeros, de «moverle el tapete» al entonces alcalde de Saltillo. Los GROMS se encargaron de acallar esas voces. Aún la gente se pregunta: ¿dónde quedaron? Aun siguen desaparecidos.
Cuando concluyó su gobierno, el miedo hizo presa del alcalde quien se autorizó la vigilancia permanente de un grupo de GROMS. Cuando le fue negada esta propuesta decidió salir de la ciudad y se refugió en estados del sur de la república, cobijándose en las siglas del Partido Revolu-cionario Institucional, espe-rando que nadie le hiciera reclamos. Y así permaneció alejado de Coahuila hasta que, de nueva cuenta, fue rescatado por David Aguillón Rosales, el líder estatal del PRI.
Mientras tanto, el alcalde Isidro López, al tener cono-cimiento de las acciones criminales de este grupo, decidió dar por concluida la relación del ayuntamiento con estos terroríficos elementos policiacos. El gobernador Rubén Moreira y el secretario de gobierno decidieron cobijarlos y la nómina de policías de élite, como sucede hasta ahora, fue cubierta por el gobierno de Coahuila.
A últimas fechas, con la caída de comandantes de los GROM en manos del Ejército Mexicano y la Marina, Jericó Abramo pensó que sus malas acciones serían puestas al des-cubierto y que verían esfumar-se su candidatura a diputado federal. Sin embargo, el gobernador Moreira y el líder estatal del PRI, David Aguillón Rosales decidieron protegerlo.
Así, mientras sus an-tiguos sicarios, esocndidos tras la máscara de GROM aban-donaron la plaza de Saltillo, el ex alcalde Jericó Abramo se prepara para hacer campaña y alcanzar un escaño en el Congreso de la Unión. Y cree que el pueblo, los de su Distrito, se volcarán en las urnas para darle el triunfo electoral.

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