BAILE Y COCHINO…
Por Horacio Cárdenas.-
Al perro más flaco se le cargan todas las pulgas, dicen que dice el pueblo desde antes de motejarlo como bueno y sabio, y sí, así como dicen en otros lados que dinero llama dinero, así las tragedias y los problemas suelen acumulárseles a aquellos que tienen de ambos para aventar para arriba.
Francisco I. Madero, municipio coahuilense, o bueno, municipio lagunero, no es precisamente uno de los más ricos en cualquiera de las dos entidades, al contrario, sin estar tirado en la lona, que sería mucho decir, sí tiene sus complicaciones, entre ellas el que todavía le falta, y mucho, para dar el salto de la muerte, de una economía agrícola a una industrial o de servicios, lo que sea, con tal de huir lo más pronto posible del negro destino que significa la dependencia del agua en un sitio donde ni la hay en abundancia, y la poca que queda fuera del nombre de Laguna, presenta tales niveles de arsénico, que es hasta peligrosa de utilizar para cultivos alimenticios, y no precisamente el mejor insumo para los que no lo son.
Pues bien, de aquel emporio que alguna vez fue gracias a la producción de algodón, y en el que lo poco que queda habría que cuidarlo para que durara el mayor tiempo posible, se reportó el fin de semana un incidente que debió ser menor, pero que debido al pésimo manejo de los involucrados, o más bien, a que a distintos grupos de interés se les ocurrió meter la mano en el asunto, escaló a proporciones que no venían al caso, y cuyas consecuencias todavía están por verse.
La cosa fue más o menos así, viviendo como dizque se vive en un país democrático, se llegó el momento de renovar la mesa directiva de la planta despepitadora 20 de octubre, administrada en forma de cooperativa por parte de la asociación que agrupa a los productores de algodón de la región lagunera. El asunto debió transcurrir en un clima de paz y tranquilidad, había dos planillas en contienda, y una de ellas quedaría como la encargada de la gestión de la planta, tan simple como eso, pero no.
Hasta para decidir si se cenan tacos o enchiladas en cualquier hogar en México, ahora se arma una batalla que de lo ideológico y partidista puede pasar en cualquier momento a los enfrentamientos verbales, a las cachetadas y de allí a violencia generalizada. Resulta que para lo de la planta despepitadora por lo menos dos corrientes decidieron revolver las aguas para luego llevárselas a su molino, así con todo y arsénico, no importa. En la pelotera que se armó había, como decíamos, dos grupos encontrados, priístas por un lado, morenistas por el otro, cada uno con ganas de controlar la nueva mesa directiva, obvio, para darle uso político y electoral, ya lo que sude en lo económico, sirve de aliciente para querer agenciársela por todos los medios.
Originalmente la cosa era entre productores de algodón, y además que estuvieran registrados en la asociación, si no, pues no tendrían que tener vela en ese entierro, ¿pero quién o quiénes les dieron entrada a personajes extraños al proceso, y con qué fines?, ¿Qué tenían que hacer, por ejemplo personajes de negro historial como David Flores, que fue alcalde de allí mismo de Madero, o Raúl Onofre, cacique de Matamoros?, ya de por allí debió adivinarse que había gatos encerrados que habían ido a retozar.
Y se armó la trifulca, que curiosamente no era entre los algodoneros, ni siquiera entre los integrantes de las planillas en contienda, sino entre los que se dijeron “observadores”, y el asunto pudo haber quedado en algo tan elemental como una moción para continuar los trabajos a puerta cerrada y con credencial en mano, pero no, alguien con teléfono celular y con ínfulas que se lo contestan, hizo un par de llamadas, y que se descuelgan de su percha los zopilotes de Fuerza Coahuila y salen de abajo de su piedra los temibles GATES, que según testimonios de gente que sabe contar, llegaron en número de entre 180 y 200, según, a apaciguar una situación potencialmente peligrosa, lo cual se nos antoja un tanto exagerada, pues ¿desde cuándo la democracia laboral es de tanto riesgo?
Allí sí que funcionó el “modo de disuasión” de Fuerza Coahuila y sus hermanastros GATES, ¿Quién quiere ponérselas contra ellos?, había casi un policía por cada cuatro o cinco delegados, un poquito exagerado el que dispuso tal despliegue de fuerza, definitivamente costoso e intimidatorio, a menos que supieran algo que no se ha ventilado todavía, y que fue lo que motivó esa reacción de la autoridad. Ah, pero los locales tampoco se iban a dejar, y así se dejó llegar el alcalde Jonathán Avalos Rodríguez, quien no se anduvo por las ramas: apelando al Artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y citando el convenio firmado con el gobernador del estado Miguel Ángel Riquelme Solís, dijo con todas sus letras que: el encargado de la seguridad en el municipio de Francisco I. Madero es él y nadie más, según sus atribuciones es él el único que podría solicitar la presencia y la asistencia de fuerzas estatales, y que al no haberlo hecho, solo podía interpretarse como una intromisión.
La cosa se puso todavía más tensa cuando salió a relucir que un representante del gobierno del estado, supuestamente hermano del exgobernador interino y reo consentido del penal federal de Querétaro, Jesús Torres López es el que anduvo meneando el pandero de la elección de la directiva de la planta despepitadora, hasta los conocidos apellidos de los hermanos Moreira Valdés salieron a relucir en el entuerto, así fuera solo por la relación que hubo entre ellos y Torres López, pero no descarte que estuvieran metidos, como lo estuvieron, lo están y lo estarán en todo por muchos años por venir.
Lo verdaderamente grave es que se metieron con un alcalde que no tiene miedo de sacar a relucir los documentos firmados con autoridades superiores… y amenazar con romperlos allí mismo delante de todos, que si lo hubiera hecho allí, ¡que papelón!, ¿se imagina a los ocho policías de Madero desarmando a los policías de Fuerza y GATES, arrestándolos y entregándoselos encuerados a la Guardia Nacional?, de veras que qué papelón, ¿y a quien echarle la culpa?
Porque culpables de mal manejo político seguro que los hay, alguien mínimamente debió comunicarse con el presidente municipal para enterarlo de cual era la jugada, no que lo sacaran del juego de béisbol para decirle que había bronca en el ejido, donde se habían ido a meter más gente que la que va de vacaciones a Madero en todo el año.
Las palabras que nadie quiere pronunciar, que nadie quiere oír, se dijeron en Madero el sábado: ¿quieren romper el pacto?, aquí mismo lo rompemos, ¿y luego, y luego que van a hacer unos y otros?, y eso para empezar, porque ya hay quien está llamado a que el resto de los que se sientan maltratados, también manden el pacto federal y el estatal a la goma.
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