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Cámaras y mochilas: derechos mal entendidos

BAILE Y COCHINO…

Por Horacio Cárdenas

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Dos asuntos dos, de ninguno de los dos nos sentiríamos con así que muchas ganas de hablar, sobre todo uno de ellos ha consumido suficiente tinta, lágrimas y otras secreciones, pero ya juntos, nos obligan a ponernos a pensar sobre ¿qué es lo que está pasando en nuestra sociedad coahuilense contemporánea, que como dice el dicho popular, ve la tempestad y no se arrodilla?

Ya para estas alturas, hasta los más sensibles han desarrollado su buen callo emocional respecto del asunto del Colegio Cervantes de Torreón, ya sabe, lo del presunto niño que con las presuntas armas del presunto abuelo, balaceó a una maestra y varios compañeros, presuntamente instigado por su pasión malsana por los videojuegos y las armas de fuego. ¿No le agrada la redacción?, pues es a lo que nos obliga la pundonorosa ley, de que no se puede decir nada, ni nombres ni nada ni de los perpetradores ni de las víctimas, así que hasta que no cambie la cosa o el asunto quede totalmente sepultado en el olvido, bajo una montaña de noticias igual o todavía más horripilantes, seguirá siendo conocido como el incidente de la sociedad anónima con fines de lucro conocida como Colegio Cervantes, de Torreón.

Todavía en los primeros momentos, en que el aire de los elegantes pasillos de la escuela todavía olían a pólvora detonada,  y que se comenzaba a buscar culpables, los ojos se volvieron, como siempre, hacia el gobierno, responsable preferido de todo lo que pasa o deja de pasar, corriendo este con tanta suerte, que una burocrática oficina dependiente de la Secretaría de Educación estatal pudo exhibir un oficio firmado y sellado por la dirección del Colegio Cervantes, en el que a grandes rasgos decía que siendo ellos una comunidad inmune a todas esas cosas feas de la violencia y el crimen, se reusaban de plano a que las mochilas de marca súper exclusiva en la que sus retoños transportan sus útiles escolares, fuera sometida al ultraje de que unas manos no lavadas con agua bendita, les revisaran lo que llevan dentro, además de por supuesto, sus implementos de aprendizaje.

¿Se imagina lo que hubiera ocurrido si en la inspección escolar no han tenido o no han encontrado el mentado oficio?, al cuello se le hubieran lanzado al gobierno: a la secretaría de educación, a la de salud, a la de gobierno, a la de seguridad, al DIF, a la PRONNyF, hubiera ocurrido un linchamiento político de impacto imprevisible. A la secretaria de la inspección deberían mínimo subirle el sueldo y ascenderla de puesto. La culpa cayó en los papás, no lo del crimen, que ya se lo cargan al clima de una familia disfuncional, con presuntos vínculos con el crimen organizado, que solo se parecía al resto de la comunidad del Colegio  Cervantes en que tenían suficiente dinero para pagar las nada módicas colegiaturas, y mimetizarse entre ellos con un estilo de vida que solo los billetes pueden comprar.

El centro del debate, que no era debate, era y continúa siendo que revisar las mochilas de los alumnos es un ataque a sus derechos humanos, ¿y qué si los papás las revisan no lo es también, un atentado que podría dar pie a una denuncia de los retoñitos ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila o la Nacional?, pero hablamos de situaciones hipotéticas, porque son raros los padres de familia que pasan revista a la impedimenta de sus hijos cada día, ¿me creerá una vez por semana o al mes o al año?, y aunque lo hicieran los adolescentes no se chupan precisamente el dedo, el porro, las pastas, la manopla, la navaja, la charrasca, la pistola o la subametralladora lo pasan donde sea, no en la mochila, objeto ya quemado de la discusión.

Ahora al otro asunto, nos enteramos que hay un movimiento, curiosamente también en Torreón, en contra de la utilización por parte del gobierno del Estado de las cámaras de vigilancia con reconocimiento facial, programa que ha costado ya una millonada, y que ha instalado los aparatos en muchos sitios de las ciudades más importantes del estado, con el objetivo declarado de ubicar en tiempo real la presencia de personas buscadas por la justicia. El grupo que ya ha constituido una asociación, ya llevó el caso a los tribunales, estando en espera de una resolución de la suprema corte de justicia de la nación para que determine como inconstitucional lo que llaman una supervisión permanente y un espionaje sobre los ciudadanos.

Contaba un típico saltillero en la también muy típica situación de andar de coscolino, lo difícil que era en Saltillo llegar a un hotel de paso. Con eso de que “todos lo conocen a uno”, el señor con su pareja, tenía que andar según él por calles secundarias y de preferencia obscuras, no lo fueran a reconocer e irle con el chisme a su esposa, porque le armaría un pancho tremendo. Es el también clásico comentario saltillero de no te estaciones cerca de la cantina, porque todos conocen tu carro y van a creer que estás adentro. Pues estos paisanos de Torreón tienen la misma mentalidad, nada más que en vez de estarse cuidando de la esposa, de la suegra, del jefe, del párroco, se están cuidando del gobierno.

¿Pues qué tan importantes se creen que son, que Sonia Villarreal, Gerardo Márquez, José María Fraustro, van a estar pendientes de si usted pasó por tal crucero a tal hora el día de ayer, pero que antier lo había hecho cinco minutos antes de la hora, y anteayer diez minutos?, ¿Qué si iba acompañado de su esposa, de su novia, de su compañera de trabajo, de sus amigotes, de si llevaba una lata de coronavirus o una sol en la mano, si iba fumando pese a haberle recomendado su médico que no lo hiciera por su salud y su esposa porque le apesta la ropa y el carro?

Fuera de chunga: si inscribimos los dos programas en el ámbito de la seguridad pública, el primero mencionado, el de la mochila segura, entra en el rubro de la prevención, y el de las cámaras de reconocimiento facial en el de persecución del delito, pensando en que ya cometió alguna falta y por eso está su rostro en una base de datos que dispara una alarma de su ubicación, aunque también puede incidir en la parte preventiva, pues si ya tiene antecedentes delictivos o cuentas pendientes, hay la probabilidad de que vuelva a delinquir, ¡que dieran las víctimas potenciales por la oportunidad de que un crimen no ocurra!, pero no, los derechos son lo más importante para ellos. ¿Qué derechos?, ¿a que sus hijos lleven a la escuela lo que no deben, a que los hijos de otros lo hagan y puedan atentar contra la integridad física o emocional de sus vástagos?  Y respecto de lo otro ¿pues donde andan que no quieren que se sepa, haciendo qué y con quién?, como si la señora fuera a pedir a la SSP los videos y se los soltaran y le dieran pelos y señales de sus pecadillos…

Si más parece con sus actitudes que están del lado de los delincuentes en activo o de los criminales en potencia, que por supuesto, necesitan gente que heroicamente les cuide sus derechos a preparar todo para perpetrar su crimen.

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