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CRÍMENES TOLERADOS

(Fotografía de Red es Poder)

NOTICIAS DIVERSAS…

Por: Héctor Barragán.-

Cuando el primer discípulo Simón Pedro planteó al Rabí si debía perdonar 7 veces la ofensa, deuda, daño que le hiciera su prójimo, le fue indicado que debería hacerlo 70 veces siete, con lo cual se plantean diversas dudas.

Si con la orden recibirá la inspiración, la fuerza, la generosidad necesaria para otorgar el perdón, olvidar la ofensas borrar 198 daños recibidos y ofrecer su generosidad a cuantos prójimos actuarán en su contra.

Porque una sola deuda, un robo sufrido, un golpe, pero difícilmente puede  olvidarlos, sin imaginar lo que suceda con más de uno. El alma se amarga y persiste en la conciencia y memoria, en perjuicio de la víctima y nada para el victimario, en la mayoría de veces ni gratitud.

Los malos hábitos comienzan como travesuras en las pequeñas organizaciones infantiles, como travesuras, superadas paulatinamente con la edad, en pandillas que por diversión ocasionan daños a inmuebles, negocios, personas.

Y las pandillas posteriormente comentarán asaltos, asesinatos, tropelías, obstrucciones de circulación de calles, empresas, ferrocarriles, cruceros, para obligar a la autoridad a conceder derechos, muchos de ellos ilegítimos o por lo menos a la mayoría de los contingentes humanos.

El divino Rabí podría intervenir en contra de esos delincuentes en masa, como hizo en favor de la adúltera condenada a morir a pedradas (sola, aunque la pena por adulterio se debería aplicar también al otro culpable, de acuerdo con la Ley del profeta Moisés)

Algo semejante al perdón y olvido que se ordena a los agentes de la ley, encargados del orden público, los cuales reciben por el trabajo de combatir hasta solucionar los conflictos de la masa contra los individuos, sus propiedades, sus derechos o los de la sociedad en general.

Y dejando pendiente el grave caso de los asesinatos que por decenas de millares se cometen anualmente en todo un país, – sin que se haga una previsión suficiente, una investigación aunque fuera mediocre, aunque se tenga noticia de que muchos de esos asesinatos sean cometidos por organizaciones, personas especializadas, señaladas por reiterados delitos.

Grupos profesionales encargados de privar de su patrimonio a quienes lo ostentan, aunque sea por medios lícitos y grupos de personas que atentan contra el patrimonio de modestos trabajadores y gente humilde y laboriosa.

Con todo respeto a la filosofía mencionada inicialmente y a los personajes modelo que se mencionan, se ocurre la excesiva tolerancia como un aliciente a la persistencia de los hechos delincuenciales de marras, con el objeto de evitar con las sanciones, la reiteración de casos e invariablemente la reincidencia, es decir, es necesario el castigo severo y la corrección en sitios ad hoc, que no los reclusorios actuales aunque tengan los risibles y burdos títulos de centros de rehabilitación.

Extender urgentemente esta acción a los sitios de reclusión de niños y jóvenes, que están en mejores condiciones y situación de regenerarse y ser encaminados por el lado del bien y no por la especialización criminal, misma que han tenido desde hace siglos en el mundo entero.

Pero es preciso que los agentes del orden y los administradores de la justicia sepan su responsabilidad y sean capacitados para actuar rigurosamente abone al cumplimiento de su deber. ¿Que será difícil? Seguramente, pero ¿Es imposible?

Seguramente hace falta detener la práctica creciente de graves delitos de diversas clases, coadyuvando a cuanto se consiga con la mejoría en los sistemas policíacos y de conseguirse una campaña general de buena voluntad, del respeto de cada quien a sí mismo y derivando de ello el respeto a cada uno de los demás, que probablemente sería lo deseable, la solución a los conflictos de las familias, de los pueblos, las naciones.

PERO HAY MÁS.

Menudo trabajo tendrían las madres y padres de familia para convencer a sus críos de que se deben regir por un principio de equidad, de justicia, dispuestos recibir un salario justo y pagar a sus colaboradores de igual manera un sueldo justo, suficiente a sus necesidades y aspiraciones legítimas y razonables, con objeto de que sean muchos más los empleos y más vendidos los satisfactores, bienes v servicios de utilidad.

Que su conducta se encuentre lejos de la producción y comercio de materiales nocivos, como son las drogas y el alcohol, – los cuales perjudican la salud humana, al tiempo que provocan accidentes, violencia y otras actitudes perjudiciales y con frecuencia mortales a sí propios, sus familiares y semejantes.

Mientras contribuyen a la producción y negocio con productos útiles y de consumo generalizado, alimentos ropa, herramientas, materias primas e intermedias para abastecer grandes empresas, capaces de generar los millones de trabajos que requiere una nación justa, próspera y con tribuya a su felicidad.

Con alto sentido cívico y de responsabilidad, para evitar las actividades nocivas y las actitudes injustas de personas o grupos que deterioran las condiciones de vida de la comunidad, que son ejemplo negativo a la sociedad desde los núcleos en que surjan los elementos y actitudes antisociales.

El desarrollo social se produce por la labor de cada uno de sus integrantes, de modo que una comunidad modelo, puede serlo únicamente cuando la mayoría son elementos altamente positivos y tienen influencia para eliminar los daños de los pequeños grupos antisociales, que invariablemente se quedan al margen de los propósitos de la mayoría y aún de los que sistemáticamente se oponen a la buena marcha y los esfuerzos de su país y de las personas que sostienen ese movimiento ascendente.

Será sano cuando la mentalidad general tienda al desarrollo y se sostenga en estudio, autodisciplina, trabajo, con la inteligencia y el tesón debidos.

Porque tienen razón quienes sostienen que el respeto a sí mismos se corresponde con el respeto de los demás a cada uno de los individuos, lo cual es posible que cueste no poco esfuerzo y dedicación en un principio, pero invariablemente será correspondido y en breve tiempo.

COROLARIO.

Entre tanta utopía cabe recordar que el individuo, la persona en lo particular, tiene prohibido matar, robar, defraudar, ofender y varias cosas más, pero la sociedad se reserva la fuerza y la facultad de ejercerla para controlar la paz social y la equidad, que al no cumplir incurre en delito y si participa, tiene dobles culpa, así que mejorará su policía y sistema de justicia.

Pero de la misma manera en que los padres no están calificados para desempeñar la tarea de configurar a los hijos perfectos, ni los profesores de completar la tarea necesaria para lograrlo al cabo de muchos años y trabajos, los policías están verdes en la tarea de corregir las fallas de la ciudadanía o la juventud, pero habrá modo de mejorar esos tres niveles de educación.

Y LOS VERSOS INCLUSOS.

Al menos en un par de ocasiones se ha registrado la frase presidencial de Amor con amor se paga, con la idea del perdón suficiente para perfeccionar a la humanidad, pero la continuación de los versos es…y algún día me cobraré; si hoy tu traición me amaba como hombre me aguantaré; pero anda con mucho tiento y mira por dónde vas; que las heridas que siento, con otro las pagarás…

Es posible que cobrar los daños, corregir los entuertos, castigar si es preciso, ande volando por ahí, como medidas indispensables para corregir la difundida y grave situación de inseguridad prevaleciente en este México del 1021,… aunque viniera de otros países.

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