Los testigos protegidos no han dado ni darán los resultados esperados

Noticias diversas

Escribe Héctor Barragán

Tomar integrantes del hampa o del crimen organizado como suele llamárseles por acá como testigos protegidos, es práctica copiada de los norteamericanos sin adoptar las debidas o mínimas precauciones, con los resultados del caso. Resulta que se trata de infractores, delincuentes, cuya credibilidad merece multitud de reservas.
Reservas que siempre se adoptarán, pero que de ninguna manera se pasarán por alto, ni eliminan la necesidad de investigar. Tan es así que las experiencias mexicanas han sido dolorosas, los fracasos numerosos y han tenido repercusión mundial.
Seguir gastando en ocultar testigos debe resultar oneroso, en reclutarlos para el gobierno habrá de limitarse, restringirse, para que la policía no se engañe en cuanto a que le facilitan sus difíciles funciones.
Puesto que esos famosos testigos de modelo norteamericano ni han dado resultado ni lo darán, en tanto no se cuiden los trámites de verificación de dichos y hechos, que sin el menor recato, los detenidos vierten para impresionar a la autoridad, hacerse los importantes y conocedores, que no han demostrado que lo son.
Porque estarán interesados en «apantallar» u justificarse, así como en desquitarse de la gente prominente que alguna vez los incriminó, como es el sonado caso del General Ángeles Dauahare, quien despojado de su prestigio se retuvo en prisión, injustamente, por un largo período, como fueron 18 meses.
Sin que se trate de solamente un caso, ni se pueda referir a solo un sexenio, debe ser posible el despojo del honor, del patrimonio y de la libertad, así se trate de la autoridad.
La moraleja de la historia lamentable es que no se copien formas, procedimientos de los extranjeros, así sean los ricos del universo, los mejores publicistas, «los que quisieran ser» muchos de los mexicanos… principalmente los empresarios y políticos de alto nivel.
Y a manera de colofón que mejor que la frase del día de Don Tomas Ángeles Dauahare, la víctima recientemente rehabilitada de que da cuenta El Financiero en abril del 2013 «los testigos protegidos no son más que delincuentes pagados por el gobierno.
VISION DEL FUTURO.
Los inversionistas son un grupo de gente poderosa, altamente interesada en proveer cuanto ha de ocurrir en el ámbito de sus intereses, posiblemente más que los políticos, porque juegan su dinero y esperan los mayores rendimientos, utilidades, de lo que arriesgan.
En materia de telecomunicaciones, que es un sector caracterizado por su elevada dinámica, la gran influencia de una tecnología en constante progreso,

pareciera excesivo un lapso de 10 años, para ver cuanto ocurre.
Pero así lo hizo saber por conducto del El Financiero de abril 24 Salomón Padilla, no respecto de dicho sector, sino de los efectos que sobre el mismo ha de producir la modificación de las leyes sobre telecomunicaciones, ventilada desde hace varias semanas en las cámaras legislativas.
Teme que las reformas no produzcan un entorno de mayor competencia en el mercado, que produciría el aumento de inversiones, la diversificación de la oferta de servicios que se ha publicado como el objetivo principal de las modificaciones legales y reglamentarias.
De modo que subsistirán las sospechas de que las dos empresas poderosas aumentarán su influencia y participación en el mercado o cuando más el surgimiento de un poder adicional más, que no sería precisamente un aumento en la competencia, sino un añadido más en un mercado duopolio con un participante más.
Igualmente se recuerda el hecho de que las tales modificaciones investidas de la categoría de reformas habrán servido solamente para que se pierda el potencial de ingresos gubernamentales por varios miles de millones de dólares, a partir únicamente del aprovechamiento de la tan comentada como poco comprendida «banda ancha».
Acusación que se trata de llevar al olvido que hiciera el sindicato de electricistas de la desparecida empresa Mexican Light & Power Co. Cía, de Luz y Fuerza.
Pero, volviendo al capítulo anterior, hay testigos protegidos de otro tipo, desconocidos por acá, los que vieron quienes saben, a los que constan, los comportamientos irregulares de otros, que necesitan ser defendidos de esos delincuentes por haber tenido el valor de denunciar y que por ello corren peligro. Lo

mismo de los mismos infractores, que de sus cómplices incrustados en los cuerpos de seguridad y el mismo gobierno. Vale.
ANTICORRUPCION.
En la página 2 de El Financiero de abril 22 del 2013 se da cuenta de que los Senadores se perfilan para dictaminar esa semana, la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción.
Con anterioridad trabajaron en la reforma del IFAI que significa instituto nacional (federal de acuerdo con su nombre, pero es el hermano mayor de sus satélites estatales) de acceso a la información, que por el mero hecho de informar de las cuentas de organismos y dependencias, se creía que iban a sanear los modos de proceder de empleados, funcionarios y dependencias públicas, pero sin resultados a la fecha.
De manera que además de estas dos instancias hay que mencionar a la Secretaría Federal de la Función Pública, cuyos nombres previos fueron algo relacionado con contraloría, que revisaba los datos y las obras públicas en toda la república, con ayuda de sus similares en el nivel de gobiernos locales.
Dependencias todas que tuvieron su origen en la ineficiencia de la figura Auditoría Superior de Hacienda, nacida con las mejores intenciones en el lejano siglo XIX y tuvo también sus semejantes estatales, con resultados poco menos que nulos y por ello dio origen a la gigantesca burocracia y papeleo legal inherente.
A los señores senadores parece que no les compete procurar la disminución de la corrupción por la vía de la simplificación, sino a los Diputados que tampoco han explorado este camino. El de simplificar el sistema, al máximo, como debió hacerse cuando se corrompió la primera parte, es decir, la administración pública y enseguida la Auditoría superior de Hacienda, dependencia de la Cámara de Diputados a quien correspondió en su inicio la revisión de la cuenta pública y resolver las irregularidades que detectara así como sancionar los delitos y resarcir al gobierno (pueblo) de las pérdidas originadas por los burócratas faltos de honradez y/o de capacidad o una mezcla de ambas.
El futuro de esta colaboración será sin duda el olvido, como tantas instancias que se producen en el país, que pudieran servir para mejorar el quehacer público y la condición de TODOS LOS GOBERNADOS.
Y volviendo atrás nuevamente, ahora con relación al ejército en las calles, es de recordar que no son policías, que su improvisación ha generado demasiadas muertes innecesarias, con perdón de los dirigentes nacionales que opinan lo contrario, la frase

del día de El Financiero de una fecha consignada en líneas atrás, «Yo levantaría las dos manos a favor de retirar a las fuerzas armadas de las calles en el combate contra el crimen» palabras del secretario de la defensa nacional.
Pero el concepto fue repetido a manera de recomendación por prominentes funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas.
Lo que acontecerá solo el tiempo tiene facultades para saberlo, si los soldados mal capacitados para labores policiales permanecerán en las calles, sangrando a la población civil y un tanto a los criminales, si lo harán en parte o totalmente o bien regresan a sus cuarteles a continuar su preparación para su especialidad, defenderá a la patria contra las agresiones extranjeras.
Pero volviendo a líneas anteriores, considerar el origen de la corrupción, donde aparece en primera instancia, pues en la Contaduría Mayor de Hacienda, la primera revisora de las cuentas nacionales. Seguramente desde un principio informaban de las irregularidades observadas, de los desvíos de los fondos aprobados para algo específico hacia destinos diferentes y también en el principio se hacía poco caso de ello, para corregir, sancionar, recuperar los fondos oficiales de parte de los responsables, castigar para que otros no cometieran iguales infracciones.
Luego de mucho tiempo, la labor de revisión con intenciones controlar, se repitieron en el ejecutivo, para vigilar dentro de sus dependencias el manejo adecuado de los recursos. Su aplicación a los fines autorizados, en los montos correctos, con sanciones para los desvíos y corrección. Se publican esporádicamente los resultados de esa revisión, que duplica la de la contaduría mayor de Hacienda, con similares resultados, es decir, prácticamente nulos.
Sin embargo de ello, las entidades federativas hicieron lo propio, creando unidades de revisión u supuesto control dentro de su entidad, con iguales frutos, o sea ninguno; pero cada dependencia en lo Federal y en los Estados integraron sus mini contralorías o como quieran que se llamen, pero sin avances apreciables.
Total una pérdida de dinero en burocracia que se frustra porque su trabajo no sirve al propósito prefijado, que no produce algo importante.
Por lo que hubo necesidad (?) de integrarlos IFAIs y similares minis, instituciones de acceso a la información, otra fuente de empleos oficiales de alto costo por su elevado número

de empleos en todo el país, así como por sus altos mandos, como es costumbre.
Señores representantes legales ¿ Adonde queda su sentido de responsabilidad, su visión del cuidado que deben tener del manejo de los fondos públicos que deben procurar se destinen al beneficio del mayor número de personas de su pueblo?.
SEGURIDAD PUBLICA.
.Noticia sorprendente y tanto que circuló por el mundo entero, fue el asalto a la guardia de Palacio de Gobierno de Coahuila, por un individuo solitario, desarmado, que sin embargo desarmó a uno de los guardias y con su propia arma lesionó a 5 guardianes del establecimiento sede del poder ejecutivo de la Entidad.
Lo sorprendente en mayor grado es que una sola persona logró controlar a 5 más, armadas, supuestamente capacitadas para defenderse y hacer frente a la contingencia de que extraños tomen posesión de oficina pública tan importante.
Por supuesto que se considera elemental que un guardián del orden pueda ser despojado de su arma de cargo, dado el peligro que supone estar frente a un sujeto capaz de hacerlo y en actitud, necesariamente hostil.
Y también que los otros 4 guardias no hayan tomado acción contra el agresor, es decir utilizando sus armas para controlar al susodicho, eliminarlo si fuera preciso.
Lo cual significa que el grupo de resguardo del Gobernador y su sede de poder, es ineficiente, porque no se eligió a los mejores elementos de dicho cuerpo de vigilantes, de policías para labor tan significativa, la más importante del Estado.
Que los guardias del palacio han permanecido en su puesto, probablemente desde que eran jóvenes y probablemente competentes para su labor policíaca. Que no les pudieron asignar tareas más tranquila y sencilla para premiar sus años de servicio.
O que quien los designa, no le tiene el menor respeto a su jefe y sus funciones. Vaya usted a adivinarlo.
Recuerdo que en otro pueblo, se pasaban revista cada mes al cuerpo policíaco y al de bomberos. Desfilaban y hacían gala de sus adelantos en artes marciales, rigurosamente cada mes, para lo que tenían que practicar diariamente, adquiriendo habilidad y conservando facultades físicas, útiles para su trabajo y que este les resultara más sencillo y con mayores índices de seguridad personal.
Pero ese era otro tiempo y otro pueblo.

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