¡Buenos días, Afganistán!!!

Por: J. Alfredo Reyes.-

En el desastroso final de la guerra de Estados Unidos en contra de los talibanes en Afganistán ya no hubo tragicomedias como lo fue “MASH”, la serie de televisión con situaciones cómicas que batió records de audiencia en los tiempos de la guerra de EU en el sudeste asiático. Tampoco películas como la de “¡Buenos días Vietnam!”, cinta basada en la historia del locutor Adrián Cronauer que en la vida real llegó con el ejército gringo a Saigón para elevar la moral de las tropas con su ingenio en la radio, esto, ante el asedio de la guerrilla marxista del Vietcong, misma que logró, el 30 de abril de 1975, la retirada definitiva del ejército norteamericano de Vietnam tras una evacuación caótica como la que hoy sucede en el aeropuerto de Kabul.

Hay que decir que el caso actual de Afganistán es más crudo y complicado. Carente de algún guión cómico y mucho menos de alguna comedia posible en la cruzada fallida de EU por llevar la democracia y la modernidad a una nación asiática tan alejada de occidente y fanatizada en el fundamentalismo religioso.

En la película de “Rambo III” Sylvester Stallone se une a los talibanes y realiza la hazaña fantástica en que un solo “boina verde”, apoyado por heroicos musulmanes, vence a las fuerzas especiales rusas que de hecho, en la vida real, también fracasaron en su intento de colonizar Afganistán.

Si la lucha contra los marxistas del Vietcong fue desastrosa, en Afganistán ha resultado peor combatir a fanáticos fundamentalistas que se sienten dueños de la verdad absoluta. En ambas guerras el sufrimiento de los aliados de EU es indecible aunque será peor para las mujeres afganas que no logren escapar del yugo talibán.

En guerras de religión han luchado por siglos cristianos y musulmanes, protestantes y católicos, chiítas y sunitas, judíos y palestinos. Los “cruzados” de occidente están en conflicto permanente contra el Islam.

Hoy la realidad es demasiado sombría para las mujeres, las niñas y los jóvenes afganos. Peor aún, no existe un mar cerca al que puedan acceder portaaviones como los que a la caída de Saigón rescataron a miles de Vietnam. Tampoco está vivo Robin Williams para que pudiera emitir el animoso y tempranero grito similar de “¡Gooooooood moooorning, Afganistán!”. Este fin de mes saldrán del aeropuerto de Kabul las últimas tropas aliadas. Entonces las mujeres y los colaboradores quedarán a merced de los vengativos talibanes.

Y contra las mujeres es donde más se ceba la venganza. Las imágenes del fotógrafo Robert Capa sobre las “colaboradoras” en la Francia liberada de 1944 muestran la crueldad de la resistencia francesa contra las propias mujeres francesas rapadas y su frente marcada con un hierro candente acusadas de servir a los nazis.

Cuando las fuerzas de la OTAN llegaron hace 20 años a Afganistán miles de mujeres se liberaron, estudiaron y colaboraron con el régimen que les dio la libertad. Hoy que la resistencia talibana ha recuperado el poder se esperan actos de venganza inaudita. Habrá lapidaciones, torturas, mutilaciones por ablación, aplastamiento de todos los derechos y libertades.

Ojalá que todas las legisladoras, funcionarias y feministas de México se unan para pedir clemencia al talibán. Da grima no ver posibilidades de rescate. No hay modo de defenderlas. Es muy negro el panorama.

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