Cirios en la noche

LA CIENCIA CERCA DE TI

Por: Margarita Mondragón* y Luis E. Elizalde**.-

Cuando es primavera o verano, esperamos ver a pleno día, campos llenos de plantas con flores de muchos colores, pero ¿en la noche? Que sorpresa saber que podemos ver flores blancas donde abundan cierto tipo de cactus y más sorprendente aún, saber que algunas de estas flores mueren en el transcurso de la mañana siguiente. El tamaño de las flores y la hora en que nacen depende de la especie de cactus.

Hermosas flores blancas y redondas de tamaño entre 6 y 15 centímetros nacen al crepúsculo, de las areolas de los tallos de los cactus Cereus repandus (L.) Mill mostrados en las fotografías, adornando la noche como cirios titilantes. El nombre cereus proviene del latín y significa vela o cirio, muy acorde a estas flores nocturnas. Su familia apareció hace cerca de 80 millones de años y aunque es endémica de Sudamérica se le puede encontrar en zonas áridas y semiáridas de nuestro país. Son cactus columnares que crecen en vertical o postrados, con numerosos tallos verdes cilíndricos donde están las aréolas de donde también salen las espinas; los tallos presentan ramificaciones y pueden sobrepasar los 10 metros de largo.

Estos cactus tardan aproximadamente cuatro años en florecer y cada flor abre por solo una noche estando presentes en ellas a la vez, los órganos masculinos (estambres) y los femeninos (gineceo). Aunque estas delicadas flores blancas no son tan famosas como las exóticas y aromáticas “reinas de la noche” de los cactus Epiphyllum oxypetalum (DC.) Haw, son muy importantes para la vida en las zonas desérticas, ya que suelen atraer a polinizadores nocturnos como mariposas nocturnas o polillas y principalmente, murciélagos que también dispersan semillas ¿lo sabías? Además, son visitadas por las abejas que, aunque polinizan flores diurnas, llegan muy temprano para alimentarse de su polen y néctar mientras la flor sigue abierta, antes de que cierre y perezca. Una vez que se caen, la planta produce un fruto de color rojo anaranjado que llega a medir como siete centímetros de largo.

La escasez de estas flores y frutos puede propiciar la falta de estos polinizadores llevando a un empobrecimiento biológico de las comunidades desérticas y semidesérticas de México.

*IPN-CIIDIR Unidad Oaxaca, **CIQA.

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