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Si yo fuera priísta, votaría por…

Espejo cóncavo

Escribe: Roberto Adrián Morales

¿Por quién sufragar en el 2017? Vaya pregunta difícil, hay siete tiradores… hasta ahora.-

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Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, son los aspirantes que tiene el PRI en Coahuila hasta el momento de escribir estas líneas. Son siete políticos que quieren sentarse en la silla principal de Palacio Rosa para desde ahí gobernar a más de dos millones 800 mil habitantes.

Hasta ahora, pese a las derrotas que les infringió el PAN-PRD en siete estados de la República, ninguno de los que han levantado la mano para subirse al ring político interno del Revolucionario Institucional han desistido en su intentona por ser mandamases de Coahuila durante los próximos seis años, cosa contraía a lo que sucede con las alcaldías de un año, ahí sí nadie se anota.

Los aspirantes, todos ellos, tienen sus pros y sus contras, algunos son más buenos que malos y otros más malos como los más. La lista por orden alfabético de estos políticos es la siguiente: Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, Armando Luna Canales, Enrique Martínez y Morales, Hilda Flores Escalera, Javier Guerrero García, Jericó Abramo Maso, Miguel Ángel Riquelme Solís, más los que se acumulen en las próximas semanas en tanto llega la decisión del PRI para nombrar a su candidato.

¿Por cuál de estos personajes votaría yo, si hoy fueran las elecciones y si además de eso el PRI fuera el partido de mi agrado?

El primero en la lista es Alejandro Gutiérrez Gutiérrez cuya diosa de la política brilló menos que una estrella fugaz. En un abrir y cerrar de ojos se fueron sus aspiraciones. Primero se encumbró con la llegada de Manlio Fabio Beltrones, su amigo y socio, al Comité Ejecutivo Nacional del PRI, después cayó estrepitosamente desde las alturas tras las derrotas políticas y aún es tiempo que no se sabe nada de él. Aunque se asegura que estará como miembro de la nueva dirigencia priísta hasta que entreguen todos los bártulos a la nueva generación de políticos que abrirán la brecha para el próximo presidente de México.

Definitivamente, la política, ya no es cosa que se le dé al empresario minero de Saltillo. Sus posibilidades de ser el candidato a gobernador de Coahuila son escasas, por no decir nulas.

Armando Luna Canales, un personaje gris, hecho a la sombra de quienes han mandado en Coahuila durante los dos últimos sexenios.  Si bien ha ocupado cargos importantes es muy poco lo que se puede decir de él, salvo de los negocios realizados a la sombra del poder que le han permitido tanto a él como a su familia amasar una fortuna considerable. Pero ese no es su peor talón de Aquiles. El haber sido quien manejaba desde la Secretaría de Gobierno a cuerpos policiacos de élite, como GROMS y GATE en los tiempos en que se cometieron graves abusos contra la sociedad, es un punto que definitivamente pesa en su contra. Pero el PRI es partido que acostumbra a pasar muchas cosas por alto.

Enrique Martínez y Morales es un aspirante que pertenece a la cuadra política de su padre, el actual embajador de México en Cuba, Enrique Martínez y Martínez. Este joven político tiene pasta para crecer, pero necesita quitarse el saco de soberbia con que se encuentra investido. La humildad es una forma de hacer política y parece que a Martínez y Morales no conoce esa palabra. Y esto lo afirmo con conocimiento de causa. No me dejará mentir un grupo de estudiantes que lo invitaron como su padrino de generación. Hasta ahí llegó partiendo plaza, sin saludar a casi nadie, ni siquiera a los maestros del plantel que se encontraban en el estrado. Ahí fue tan magnánimo que obsequió a los tres primeros lugares de la generación un reloj chino de los que venden un puño por dólar. Frente a todos se mostró molesto y solo sonrió con aire de perdonavidas cuando se mencionó su nombre y el público le prodigó un insulso aplauso.

No sé la causa por la que no esté funcionando en este caso esa frase de “hijo de tigre… pintito”, pero si en este tipo de acciones Enrique basa sus aspiraciones, de una vez por todas es mejor que se vaya despidiendo.

La senadora Hilda Flores Escalera ha logrado sobrevivir ya a cincos sexenios de gobiernos priístas, es la única mujer que aparece en la lista de aspirantes. Hay que ir atrás para ver que su carrera la inició en el sexenio de Eliseo Mendoza Berrueto, pero su posicionamiento político se lo debe a Rogelio Montemayor y Enrique Martínez, a quienes parece deberles su ingreso a las ligas del barrio coahuilense, ya después los traicionaría para colarse al grupo de los Moreira.

Entre sus pecados más graves se encuentra el hecho de haber levantado la mano para votar en favor de la validación de la megadeuda que hoy tiene sumido a Coahuila en la miseria. Esto ocurrió cuando Jorge Torres, hoy prófugo de la justicia y fichado por la DEA, era gobernador interino.

Y la puntilla se la dio la votación de la Ley 3 de 3, ahí se ganó el desprecio generalizado de la sociedad y sus bonos se vinieron abajo. Posiblemente con esa ley perdió mucho de su avance político, si no es que cavó su propia tumba. En el PRI no hay decisiones propias, y con todo y su oposición a la 3 de 3, tuvo que seguir a pie juntillas las instrucciones de sus líderes y se clavó justo en medio del pecho la daga del desprecio ciudadano. Y es que con la obediencia total sabe que puede seguir medrando con los presupuestos de gobiernos municipales, estatales y federales.

Ahora difícilmente levantará el vuelo, porque lo primero que tendrá que hacer Doña Hilda será intentarla convencer a los electores que no fue ella quien votó en favor de la megadeuda y en contra de las 3 de 3. Vaya tarea difícil.

Javier Guerrero García es otra opción dura del PRI. No forma parte del actual grupo en el poder y eso le regala algunos puntos ante los ojos de la sociedad coahuilense. Sin embargo, su “institucionalidad” lo hace ver como un personaje oscuro, sin ideas propias, con poco poder de decisión, atenido a lo que le dicten quienes controlan su grupo, que en este caso es el de Enrique Martínez y ahora, inclusive, el de la ex jefa del gobierno del Distrito Federal, Rosario Robles, quien lo dejó en el cargo de subsecretario de Desarrollo Social.

Desde esa posición, Guerrero García ha estado operando sus actividades proselitistas en pos de amarrar grupos en diversas regiones del estado. Hay quien acusa a sus parientes de condicionar los apoyos que entrega Sedesol para que los beneficiados apoyen su campaña.

Con todo, parece ser una buena carta del PRI. ¿Qué pueda ganar? Esa seria pregunta aparte.

Jericó Abramo Maso, el GROM mayor de Saltillo, el abusador de ciudadanos, el que amasó una fortuna incalculable desde el ayuntamiento de Saltillo al entregar la mayoría de las obras de su administración a la constructora de su padre Dante Abramo, se perfila como otro de los aspirantes. Desde siempre, cobijado con la sombra sexenal, este oscuro personaje pretende gobernar la entidad.

Durante su gobierno municipal los abusos, los crímenes en aras de la “delincuencia organizada”, las ladronadas, el saqueo de negocios, la imposición de multas a bares y cantinas y hasta la desaparición de una veintena de propietarios de yonkes, son lecturas que la gente tiene en la mente.

No van a olvidar tan fácilmente tanto abuso, tanta fechoría. Lo único bueno que pudo hacer Jericó, si a eso se le puede llamar bueno, es remodelar la plaza de los libaneses, donde asegura tener su origen. Bueno hubiera sido que reparara la plaza del mexicano, o del saltillense, pero el “harbano” se quiere sentir extranjero.

Con todo, piensa que con la ayuda de exgobernantes podrá conquistar su sueño de gobernar Coahuila. Lo malo es que sus reuniones no han tenido eco y apenas si acuden a ellas sus ex colaboradores y quienes se vieron beneficiados con programas de gobierno durante su administración.

Y el último de los aspirantes en esta lista es Miguel Riquelme Solís, el “candidato oficial”. ¿Qué se puede decir este político lagunero? Más que cosa semejante de Armando Luna y Jericó Abramo. La diosa fortuna le giñó el ojo y lo cobijó la actual administración al grado de convertirlo en alcalde de una de las poblaciones más importantes de Coahuila.

Aquí debe decirse que, pese a la inversión que ha hecho para promover su imagen, está se encuentra más deteriorada que la del resto de los aspirantes. El ex porro del Tec de la Laguna ahora es un flamante millonario que tiene residencia en Las Trojes, gracias a los fraudulentos contratos de obras y hoy asegura que está listo para escalar el poder. Solo necesita conquistar el voto ciudadano, y esto no parece tarea fácil.

Después de estos siete hay unos cuantos más que quisieran estar en el caldero ´político pero ya andan muy lejos del desfile,como el líder del Congreso José María Fraustro Siller y el dirigente de la CTM en Coahuila, Tereso Medina Ramírez.

Después de revisar los “valores” de cada uno de los aspirantes sigo en esa preocupación que posiblemente tendrán la mayor parte de los simpatizantes del PRI. ¿Por quién votar en el 2017? Vaya pregunta difícil.

2 thoughts on “Si yo fuera priísta, votaría por…

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  1. Siendo priísta y NO siendo yo busco un perfil como Enrique Martínez y Morales.
    Ignoro el porqué del comentario del columnista hacia él.
    Definitivamente no es como lo describe.
    Los invito a conocerlo realmente, su formación, sus valores familiares y a pesar de su juventud, su trayectoria dentro del servicio público.
    Tengo la fortuna de conocerlo, al igual que su padre y su abuelo de una firma cercana familiar.
    YO CON E. M. y M.

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