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Aviones Uber de la GN y Civilidad Política

BAILE Y COCHINO…

Por Horacio Cárdenas.-

Viajando como debe ser, la secretaria de Seguridad Pública del gobierno federal Rosa Icela Rodríguez Velázquez, la secretaria de economía Tatiana Clouthier Carrillo, y el subsecretario de seguridad y protección ciudadana Ricardo Mejía Berdeja, llegaron al aeropuerto de Monclova a bordo de un avión de la Guardia Nacional, que a lo que vemos, se ha convertido en algo así como el UBER, en que se transportan los funcionarios de gobierno, de cierto nivel para arriba, claro, los otros que se rasquen con sus propias uñas, se vengan por AeroMéxico, por Viva, por Volaris, y que soporten los retrasos, riesgos y otras nimiedades que implica salir y llegar al Valle de México y sus increíblemente mal hechos y todavía más ineficientes aeropuertos.

Ponga que Rosa Icela tenga mando sobre esa parte de la Guardia Nacional como para ordenar que le pongan un avión a su disposición para viajar a uno de esos puntos de la geografía nacional que no tienen comunicación aérea por vía aviación comercial, ¿pero para un evento de orden eminentemente civil?, pues como que contraviene la política de austeridad republicana del presidente Andrés Manuel López Obrador, ¿pero quién se fija en esas cosillas a estas alturas del sexenio, en el que parece que el Año de Hidalgo llegó con dos de anticipo? Felices ellos que pueden despegar del AIFA, del AICM, o de donde sea, con prioridad de la Guardia Nacional, y no tengan que llegarse a Monterrey primero y de allí venirse por una de las excelentes carreteras que comunican la capital de Nuevo León con la Capital del Acero, según reza todavía un letrero todo herrumbroso en la entrada.

Pero bueno, ya llegaron “haiga sido como haiga sido”, como hubiera dicho el ranchero que le enseñó todo lo que sabía de política a Felipe Calderón, que la importó al manual de política a la mexicana. El evento es de esos tantos que hacen pensar a cualquier mediocre analista de la cosa política nacional, que MORENA, la cuarta transformación, el mismo presidente López Obrador, piensan que el sexenio va a durar toda la vida, ni más ni menos que lo que se pensaba Enrique Peña Nieto, que todavía en el cuarto año andaba haciendo aeropuertos y reformas educativas… bueno, pues en el caso que nos ocupa ahora el gobierno de la república por vía de un conjunto amplio, amplísimo y algo desarticulado desde nuestro punto de vista, echó a volar su “estrategia Constructores de Paz”, el cual no sabemos bien a bien, qué alcance tiene, y esto porque el boletín de prensa de la Secretaría de Seguridad Pública dice que “Para brindar oportunidades a jóvenes, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, presentó el programa “Constructores de Paz” para el municipio de Frontera, Coahuila”.

Se nos hace demasiada atención de parte del gobierno federal para un municipio que en el año 2015 tenía menos de 81 mil habitantes, y que dadas las condiciones económicas de la región centro, es probable que tenga todavía menos. Eso si es que el evento era solo para los fronterenses, como dice el boletín, o sea para el área metropolitana de Monclova, que sería más interesante, o para todo México, que es lo que nos imaginamos, después de todo, mover a dos secretarias de estado, además de a un buen número de funcionarios federales de primero y segundo niveles, nomás para ir a tomarse la foto a Frontera, como que no tiene mucho sentido.

El evento fue como todos los eventos, nada relevante, discursos y más discursos de los que no se acuerdan ni quienes los escucharon, ni quienes los leyeron y ni siquiera los que los escribieron. Habló Rosa Icela, habló Tatiana, habló Mejía Berdeja, que nos da la impresión que no tendría gran cosa que decir, después de todo estaba presente su jefa, y es ella la que tendría que lucirse, estaba presente otra secretaria, a la que también habría que darle su espacio, pero no, se coló en el programa para echar sus intenciones políticas a retozar, y es allí donde nos parece que a Ricardo le falta, le faltan tablas para la grilla o le sobra desesperación por aparecer donde, cuándo y como se pueda en Coahuila.

Ya desde su misma presencia en el evento. Definitivamente como dice el presidente cuando le echa porras a los soldados que salieron huyendo de Pequeña Italia corridos por los narcos, es otra clase de política completamente diferente, y así como él se fue de gira llevándose a los secretarios de defensa y marina, dejando la casa en manos de… ¿quién sabe quién?, así Rosa Icela y su subsecretario de seguridad se vinieron a Coahuila a hablar de lo que muy, pero muy forzadamente puede considerarse un programa de la SSPC, lo de Constructores de la paz, un apéndice de Construyendo el futuro, que solo sería comprensible si hubieran convencido a los empresarios de contratar a los jóvenes como guardias de seguridad… y aún así, es una interpretación muy con ganas de entender el asunto.

Qué bueno que sigan promoviendo el empleo, aunque este programa de constructores de paz hubiera venido mucho mejor a principios del sexenio, antes que comenzaran a apilarse cadáveres que ya rebasaron las montañas que les dejaron Peña y Calderón. El programa debería depender de la Secretaría del Trabajo, de la Coordinación de Programas Federales, muy apretado también, de la Secretaría de Economía, ¿pero de la de Seguridad?, pero de todos modos Frontera les da la bienvenida, aunque se hayan quedado esperando un programa emergente de rescate de la región centro, en vez de grillitas electoreras.

En un video que filmó Mejía Berdeja con posterioridad al evento, señal de que en la subsecretaría no tiene mucha chamba, se retrató de cuerpo entero: había estado en Coahuila en compañía de dos grandes mujeres, Rosa Icela y Tatiana… No, mi estimado, ambas mujeres, son sus superiores jerárquicos, en la Secretaría y en el gabinete, así que la condescendencia y el trato alzado no van para nada bien, como que todo lo que aprendió de mano izquierda con Raúl Sifuentes ya se le olvidó. Pero esto es al margen.

Lo que es de llamar la atención es que por lo menos en dos oportunidades el subsecretario se vio platicando más que animadamente con el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, quien junto con el alcalde de Frontera Roberto Piña eran los anfitriones en el evento.

Muchos que lo presenciaron y otros más que vieron la secuencia de fotografías, notaron una cierta cordialidad, significativa por darse entre quien gobierna y quien aspira a sucederlo, imposible que no lo tuvieran allí en segundo plano todo el tiempo.

Que si se contaron chistes, que si se acordaron de cosas… y los periodistas pensando ¿estos se conocen de antes?, laguneros, políticos, priístas, uno declarado y el otro que no puede negar la cruz de su parroquia, ¿habrán coincidido en la secretaría de Gobierno? ¿y si sí, qué tan afines eran? Bueno, el evento estaba tan aburrido que daba espacio para especular en lo único que importa en esos casos, el futurismo político…

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