¿Alguien sabe qué es México?

Pensar el indigenismo, el mestizaje, las culturas de Mesoamérica y del Norte de México

Antiguo territorio mexicano.

Por el Dr. Eugenio Deister Mateos.

Pensar el valor utópico de las obras maestras de sus autores, ¿acaso dan respuestas a un México fallido?

Según Nietzsche, la obra maestra nos mira con cierta negligencia, como una vaca pastando. Es un oráculo que acepta con benevolencia todas las preguntas, hasta las más peregrinas, pero no responde a ninguna de ellas. El que cree escuchar una respuesta clara es porque, inadvertidamente, la ha dado él mismo o porque es víctima de una alucinación doctrinaria o erudita, o la trampa de un estafador o un ventrílocuo, como los que debían de operar en los santuarios antiguos.

Acaso habrá razón de más para qué encontremos en estas obras maestras, la magna pregunta: ¿qué es México? Al igual qué, cómo le sucedió a Ortega y Gasset al leer la obra maestra Don Quijote y preguntarse ¿qué esconde?, así Antonio Muñoz Molina lo interpretó como si Ortega en realidad se preguntaba, un: ¡Dios Mío! , ¿qué es España?

¿México hoy Fallido?

Es que en fecha reciente el pueblo de México le señaló al gobierno que finalmente decidió que aún cuando él diga que es la mitad del día y el sol brille, el pueblo que manda ha decidido que es la media noche.

Ante este trascendente evento, cundió el pánico en los corredores del gobierno federal, el congreso y el partido político dominante, de inmediato la presidencia de la República convocó al asesor particular para solicitarle una propuesta de solución, pronta y viable.

La respuesta del asesor fue: urge emitir un decreto presidencial de irrestricto apoyo a la educación, la salud y la seguridad ciudadana, elaborando un plan de emergencia en colaboración con la UNAM, universidades públicas e institutos de investigación como el Mora de CDMX, estatales y de la frontera, al igual  la OCDE para abordar temas relativos a salud, economía y seguridad.

Cuando el asesor presidencial decide y le es aprobado consultar al gabinete federal en nombre del ejecutivo, ellos y los líderes del congreso, responden:  mejor empleamos tácticas audaces de postergar falsas promesas a corto y largo plazo. Sin embargo, las huelgas, paros y bloqueos en todo el país ya no permiten tácticas dilatorias, el mismo expresidente de la República sugiere tener absoluto control militar, por ende asegura, puede encabezar un golpe de estado, garantizando cuenta con la mayoría de la población. Los Estados Unidos se oponen a este plan del expresidente como a las tácticas dilatorias y «aprueban» el del decreto de inmediato apoyo a la educación, salud y seguridad.

Al convocar la presidencia a la UNAM y universidades públicas e institutos de investigación cultural y económicos para aprovechar a sus académicos e investigadores, surge  la oposición del gabinete federal y líderes de las cámaras del congreso.

Ante esas circunstancias los académicos e investigadores les presentan el valor con historia probada tangible y útil de la educación, la salud y la seguridad de un país, reflejado a corto lapso en su progreso en seguridad social, educación, económica y política como ha sido el caso de Finlandia y Corea del sur desde el año 2000, ocupando hoy el 1er y 4to lugar entre los 38 países de la OCDE, y asentar que México ocupa el lugar  35,37 y 38  en  todos los apartados destacando el de corrupción e incumplimiento absoluto en, seguridad, educación y salud.

UNAM.

El primer diálogo del gobierno con el líder y el comité del movimiento popular o más bien la discusión acalorada, se da al abordar el conocimiento o ignorancia de la historia de México por parte de los políticos a través de los tiempos, también es convocado un historiador, lingüista y antropólogo  quien lanza la  pregunta, ¿conocen el significado de mestizaje e indigenismo? Pues destaca la importancia histórica, social y política de México, ningún miembro del gabinete o líder del congreso logra dar una respuesta ni lejanamente atinada.

El académico les proporciona la respuesta:

El mestizaje se refiere a la mezcla biológica y cultural entre pueblos indígenas, europeos, africanos y otros grupos que convivieron en América tras la llegada de los españoles. Es importante aclarar ni mestizaje, ni indigenismo constituyen un término peyorativo y menos insultante como se ha venido empleando desde hace siglos en la sociedad.

Indigenismo es un movimiento político, social y cultural que busca reconocer, valorar y defender los derechos culturales y aportes de los pueblos indígenas.

Nacen ambos términos como respuesta a siglos de marginación y discriminación, por lo tanto es de toral utilidad este conocimiento para los políticos, ya que hoy que los campesinos (mestizos e indígenas) han llegado al hartazgo por ser  siempre marginados, participan en los bloqueos exigiendo sus derechos, al reclamar que ellos constituyen las poblaciones originales  y autóctonas de México.

Al igual en una presentación referente a las obras maestras por reconocidos autores provenientes de estás culturas, por un académico e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM versa sobre las leyes y derechos que la Constitución desde la Consumación de la Independencia les otorga.

Dada la premura de tiempo con la que las circunstancias políticas presagian un cercano desencadenamiento de una crisis social a corto plazo, el  propuesto plan educativo de la UNAM, institutos nacionales de cultura e investigación y la  misma OCDE les diseñan un programa al gobierno que consiste en : seminarios piloto muy específicos para alcanzar, un requerido conocimiento básico respecto a ese México que tanto ignoran y desconocen irónicamente quiénes dirigen el país, como son los secretarios de Educación, Salud y Seguridad, y sus cuerpos operativos.

El diseño del plan contempla, uno urgente dada la contingencia y uno preventivo dirigido a la educación básica, media y superior y otro a los Institutos Estatales de Educación del Adulto, institución en el total abandono desde hace casi 15 años, el plan diseñado propone se incorpore ese conocimiento respecto a los valores y aportaciones provenientes de estás culturas como son ; organización social, agricultura, arquitectura, astronomía y ciencia  hoy mundialmente reconocidas, es decir los  contenidos del gran aporte de las  culturas indígenas de México al mundo, a partir del 2,500  a. C y hasta 1521 d. C  año de la derrota y conquista de Tenochtitlan.

Entre los contenidos para los políticos se elaboró un programa para coadyuvar su entendimiento del indigenismo y su impacto social, a partir del México independiente a la actualidad.

Ya que no pocos indígenas participaron en calidad de tropa en los ejércitos como en las guerrillas dirigidas por los caudillos de la Independencia que eran en su gran mayoría de filiación mestiza o criolla, o sea a ese aporte cultural se agregó su actuación a lado de Hidalgo, Morelos y Guerrero, en carácter de cofundadores del nuevo país independiente.

Amable lector ¿qué opinión les merecen estos hechos? con ello habrán hecho estos personajes históricos los suficientes méritos para ganarse y merecer un lugar preponderante en las decisiones de México?  Y que hoy se les siguen negando en un esquema de unificación nacional cultural y social. Además, está población mestiza prosiguió desde la Colonia en un constante incremento en número, dando lugar a una incipiente clase media, coexistiendo con los grupos de ascendencia europea y las numerosas comunidades que mantenían su sentido de identidad indígena.

Hoy toca abordar el tema; culturas del norte, su interlocución y aculturización con las de Mesoamérica.

 Las Culturas Norteñas.

Más Allá de Mesoamérica : Pluralidad Cultural Norteña en los Períodos Prehispánico y Colonial. Según Miguel León Portilla.

En México la expresión «norteño» tiene diversos significados cuando se le aplica a grupos humanos, a su cultura y a la enorme porción geográfica que ocupa, en las varias apreciaciones sobre lo que es el norte, una serie de rasgos definidos aparecen de manera constante.

Al norte se le piensa siempre como tierra de frontera física y cultural, muy frecuentemente como país en donde pueden existir las riquezas, y donde el desenvolvimiento de la vida humana no es fácil, estos rasgos del carácter del habitante del norte se describe así y se repiten una y otra vez, como entendido en las diferentes épocas cuando se ha hecho referencia a las regiones del septentrión o sea el norte.

En la época prehispánica los pueblos nahuas de alta cultura consideraron al norte como país de las grandes llanuras, y de las tierras pedregosas, frontera de su civilización, frontera en lengua náhuatl  «in Ixtlahuacan, in texcallan», donde se decía que vivían los vagabundos chichimecas del norte.

Los chichimecas, la gente de la flecha y el arco, amenaza para el mundo mesoamericano. En esas épocas en el norte se situaba «Chicomoztoc», el lugar de las siete cuevas», y «Aztatlan el sitio de las siete garzas» regiones míticas de donde habían venido sus ancestros. Aunque en esos lugares del norte habían ocurrido portentos es decir sucesos singulares extraños de logros, a pesar de las prevalentes y adversas circunstancias climáticas y geográficas, por ende se reconocía que la vida allí era en extremo difícil, por esto mismo en el norte subsistían precariamente los chichimecas o bárbaros de rudimentaria cultura. En algunas épocas los límites de Mesoamérica se habían ensanchado hacía el norte pero en otras, la presión de los chichimecas los había hecho contraerse, prueba de la hostilidad característica de esas regiones y de sus habitantes rudimentarios.

Durante los siglos de la Colonia, desde muy poco tiempo después de la Conquista, el norte, sin perder nunca su carácter de frontera física y cultural, se presentó como campo abierto a nuevas formas de expansión. Miguel León Portilla. Se ubicaron tierras de fabulosas riquezas que desde la época prehispánica debían existir, en vez de siete cuevas, siete maravillosas ciudades.

Asi, con más éxito que los mesoamericanos prehispánicos, los conquistadores, frailes, misioneros y toda clase de gente ambiciosa de poder y  ganancias  como de aventura, lograron expandirse y penetrar el norte, al ampliar su área de dominio, alejando más la frontera una y otra vez.

Aquí una semblanza del período prehispánico que permite conocer las culturas del noroeste de México, previo a la penetración de las expediciones españolas desatadas desde 1522 por Cortes al enviar a sus diversos capitanes con el propósito de lograr el dominio absoluto del vasto territorio del noroeste que abarcan los actuales estados de Sinaloa,, Sonora y Baja California Norte y Sur, con referencias a zonas colindantes de Durango y Chihuahua.

El territorio en que ocurre la evolución pluricultural que deseo describir, se presenta integrado por una diversidad de «provincias fisiográficas», Jorge A. Vivo’, es decir áreas geográficas con características distintas y bien definidas. Regiones naturales, que total o parcialmente forman parte del noroeste mexicano, iniciando con las culturas de sus más antiguos pobladores, Ralph  L. Beals, Edward H. Spicer, J. G. Grimes, T. B. Hinton, C. L. Riley, E. R. Service.

Los indígenas que, al tiempo de la conquista poblaron diversas regiones de esta área, a pesar de múltiples diferencias culturales tenían, con sólo dos excepciones – las de los indios seris y los yumanos- importantes afinidades.

Pimas altos, ópatas y pimas bajos; los miembros del grupo cahita, es decir yaquis y mayos, hablaban lenguas que pertenecen, todas, a las familia lingüística uto-azteca, de la que también forma parte del náhuatl del centro de México. También todos estos grupos contaban entre los más desarrollados, únicamente, superados por los «indios pueblos» de Nuevo México y del norte de Chihuahua. Todos practicaban ya la agricultura y todos manufacturaban asimismo cerámica. En lo referente a sus formas de establecimientos, aunque con diferencias, también se percibían muchos rasgos en común.

Los pimas habitaban en rancherías relativamente compactas, conservando movilidad pues en el norte, bajaban de las montañas a los valles durante el invierno para cultivar allí el maíz, frijol y calabaza. Al sur los ópatas, yaquis y mayos, tenían sus rancherías, algunas ya pueblos incipientes en los valles de los ríos, en el curso superior (ópatas) en las cercanías de las costas (yaquis y mayos). Sus formas de organización social de estos grupos eran complejas, dando cabida a curanderos y hechiceros, al igual a un incipiente sacerdocio. En formas más o menos intermitentes estos grupos, desde la región costera de Nayarit, estuvieron expuestos particularmente a la influencia cultural mesoamericana. As{i, los señoríos o cacicazgos de la región de Jalisco mantuvieron con ellos diversas formas de contacto.

En síntesis, está provincia fisiográfica del «corredor occidental» tuvo la población indígena más desarrollada dentro del noroeste mexicano. Las dos excepciones a que aludimos, previamente, los yumanos que vivían en el valle del río Colorado, en la cercanía de  su desembocadura, y los seris de la isla del Tiburón y regiones cercanas  en la costa de Sonora, pertenecían desde un punto lingüístico, a una familia enteramente distinta, a la hokana.

La cultura de los yumanos aún cuando menos desarrollada que la de los pimas, guardaba ciertas semejanzas con la de ellos. El caso de los seris constituía, un ejemplo único en la región, de considerable primitivismo de vida muy precaria. comparable únicamente con los grupos cochimies o yumanos peninsulares de la Baja California. con por lo menos un parentesco lingüístico.

Méxicodestinos.com

Cabe señalar que desde mediados del siglo XVI  a través del «corredor» se iniciaría la más antigua forma de penetración española en el noroeste.

Región de la sierra madre occidental, una provincia fisiográfica, totalmente distinta  a la anterior, la constituye  la región limítrofe al este, es decir la Sierra Madre Occidental, la cordillera, más importante  de los sistemas montañosos  de México. En su porción norteña, de nuestro interés, habitaban los tarahumaras, los conchos, y más al sur los tepehuanes, los acaaxes, y xiximies, los coras y huicholes.

Estos grupos al igual que los de la mayoría del «corredor occidental», hablaban lenguas del grupo uto-azteca.

Sus formas de vida incluían también el tipo de establecimiento en rancherías, más dispersas que la de sus vecinos occidentales, y todos practicaban la agricultura. Los tarahumaras y conchos cultivaban reducidas sementeras de maíz en los pequeños valles de las laderas de las montañas y bajaban en el invierno a las planicies o se refugiaban  en cuevas, costumbre que hoy persiste.

Tanto ellos como los tepehuanes, los coras y huicholes complementaban la dieta gracias a la cacería y a la recolección. En conjunto todos estos grupos uto-aztecas de la Sierra Madre se encontraban y encuentran en un mayor aislamiento. Los coras y huicholes resistieron por muy largo tiempo durante la época colonial, la penetración y contacto con los españoles.

Las investigaciones etnohistóricas llevadas a cabo en relación a los tarahumaras y tepehuanes dejan entrever ciertas formas de contacto de estos grupos durante la época prehispánica, con los pobladores algo más desarrollados de la vertiente occidental de la misma Sierra Madre.

Las planicies del norte, constituyen la tercera provincia fisiográfica, es decir la mesa del norte, se refiere al territorio de ambos lados del bajo río Bravo, corresponde a la zona noroeste del estado de  Chihuahua, allí habitaban grupos totalmente distintos a los del «corredor occidental» y a los de la Sierra Madre. Tribus que hablaban lenguas de la familia atapascana, a la que pertenecían los apaches: lipanes, mezcaleros, navajoes, y otros, de breve presencia en esas regiones, habían migrado del noroeste, sin lugares fijos de residencia de vida seminómada vivían de la caza y recolección.

En particular el grupo de los apaches que tenían gran movilidad, podían realizar incursiones en lugares apartados, habrían de ser temidos durante la Colonia como verdaderos bárbaros, por ello los españoles se sorprendieron al descubrir que también en las regiones del norte habitaban, los llamados pueblos, que se mostraban poseedores de la cultura más desarrollada de todos los territorios norteños. Las evidencias arqueológicas e investigaciones etnohistóricas comparativas dan indicios que tuvieron formas de contacto o intercambio  con grupos en diversos grados portadores de elementos culturales mesoamericanos.

Bibliografia.

1-Anales históricos de la nación mexicana (anónimo de Tlatelolco) edición facsimilar, de Ernst Mengin, Corpus codicum americanorum, medi aevi, t. II.  Copenhaguen 1945, fol. 34.

2-Libro de Chilam Balam de Chumayel, introducción y versión del maya de Antonio Mediz Bolio, San José, Costa Rica, 1930, p. 119-120.

3- Toribio de Benavente, Motolinia, Memoriales o libro de las cosas de la Nueva Españs y de los naturales de ella, edición preparada por Edmundo O’Gorman, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas 1971, p. 21.

4-En diversos lugares de su obra expone Fray Bartolomé  de las Casas su pensamiento sobre asunto que tanta importancia tenía a sus ojos;  Del único modo de atraer a todos los pueblos de la tierra a la verdadera religión, texto latino con versión española e introducción por Agustín Millares Carlo y Atenógenes Santamaría, México, Fondo de Cultura Económica, 1942.

5-Gerónimo de Mendieta, Historia Eclesiástica Indiana, reedición de Salvador Chávez Hayhoe, 4 v., México 1945, t, I, prólogo al libro.

6-Una evaluación de la obra de Sahagún la ofrece Ángel María Garibay Kintana, en Historia de la literatura náhuatl, 2 v., México, Editorial Porrúa, 1953-54,t.II, p 63-88.

7- George M. Foster, Cultura y Conquista: la herencia española de América, Jalapa, Universidad Veracruzana, 1962.

8- Francisco A. de Icaza, Diccionario autobiográfico de conquistadores y pobladores de Nueva España, 2.  v., Madrid, 1923.

9- Miguel León Portilla «Algunas ideas fundamentales del doctor Gamio», América Indígena, México, Instituto Nacional Indigenista Interamericano, octubre 1960. v. xx, 4, p. 295-303.

10- Andrés Pérez de Rivas, Historia de los triunfos de Nuestra Santa Fe entre las gentes más bárbaras y fieras del Nuevo Orbe, conseguidas por los soldados de la milicia de la Compañía de Jesús en las misiones de la provincia de  Nueva España. Segunda educion7, 3. v., México, reimpresión de Luis Álvarez y Álvarez de la Cadena, 1944.

11- Juan Matheo Mange, Luz de tierra incógnita en la América Septentrional y Diario de las exploraciones en Sonora, notas e índices de Francisco Fernández del Castillo, México, Publicaciones del Archivo General de la Nación, t. x, 1926.

12- El texto del tratado  de límites de 1832 en Edumndo O’Gorman. Historia  de las divisiones territoriales de México, 3a ed.., México, Editorial Porrúa, 1966,  p. 214-218.

13- Acerca del concepto de «provincia fisiográfica» y su aplicación al caso de México,  véase :Jorge A. Vivó , Geografía de México, México 4a. ed., Fondo de Cultura Económica, 1958, p. 48-59.

14-Ralph L. Beals, The comparative Ethnology of Northern Mexico Before 1750, Iberoamericana 2,  Berkeley, Unuversity of California Press  1932.

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