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El salario del miedo

salariosEl idioma español o también llamado castellano (por el lugar de origen donde comenzó a usarse esa lengua: Castilla, España) es considerada como la segunda lengua más usada del mundo por el número de gente que la habla aproximándose a los 550 millones de personas.
El español, como las otras lenguas romances, es una continuación moderna del latín hablado (denominado latín vulgar), desde el siglo III, que tras el desmembramiento del Imperio romano fue divergiendo de las otras variantes del latín que se hablaban en las distintas provincias del antiguo Imperio, dando lugar mediante una lenta evolución a las distintas lenguas romances.
Dentro del idioma Español existen una clase particular de palabras llamadas Homógrafas, son aquellas se escriben y suenan igual pero tienen significados totalmente diferentes.
En estos tiempos tal parece ser el ejemplo de la palabra: Salario Mínimo, que parece tener diferentes significados según la óptica con que se mire.
Recordando un poco de la historia reciente sobre la forma de pago por trabajo realizado, en el Porfiriato a los trabajadores de las Haciendas, aparte de que se les daba una mísera cantidad de dinero por toda una jornada de trabajo mayor a las 12 horas diarias sin prácticamente días de descanso, solo se pagaba con moneda que podía ser cambiada en la tienda de raya de la misma hacienda donde los precios de los artículos más indispensables costaban mucho y hacia necesario que el trabajador pidiera que se le anotará la diferencia para la siguiente semana con lo que prácticamente quedaba endeudado de por vida.
Tras la Revolución mexicana el tema de los salarios causo grandes controversias en cuanto a su fijación por la cantidad de trabajo realizado, prácticamente fue un logro colocar en la Constitución de 1917 un apartado que lo definiera de alguna manera.
En el Articulo No. 123 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, fracción VI dice: “Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los segundos se aplicaran en ramas determinadas de la actividad económica o en profesiones, oficios o trabajos especiales.
Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijaran considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas.
Los salarios mínimos se fijaran por una comisión nacional integrada por representantes de los trabajadores, de los patrones y del gobierno, la que podrá auxiliarse de las comisiones especiales de carácter consultivo que considere indispensables para el mejor desempeño de sus funciones”.
Desde 1917 solo había quedado la fijación del salario mínimo como letra muerta hasta que en 1934 fue promovido por el presidente Abelardo L. Rodríguez.
El 17 de agosto de 1934 envío un mensaje a la Nación por radio, para explicar la importancia del salario mínimo en México:
“Aplicando mis experiencias en el Gobierno del Territorio Norte de la Baja California y en la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, al asumir la Presidencia de la República, persistí en mi actitud tendiente a elevar el estándar de vida de las clases laborantes, pues he sustentado el criterio de que, no sólo pesa sobre el hombre la obligación de trabajar, sino que también tiene un derecho indiscutible a percibir un salario que le permita satisfacer sus necesidades, tanto las más apremiantes como aquéllas que lo capaciten para acrecentar su cultura y desenvolver su existencia progresivamente, hasta que no haya un solo trabajador que desconozca el disfrute de una vivienda confortable, de una comida nutritiva y de una indumentaria que lo proteja de las inclemencias del tiempo”.
Quiero demostrar que desde su origen la definición del salario mínimo está ligada al concepto de satisfacción de las necesidades básicas del trabajador y de su familia. Sin embargo existe otra definición del mismo concepto que por lo menos durante los últimos 30 años ha prevalecido.
En el sentido empresarial el salario mínimo está ligado a la definición contable de costo fijo, es decir, para cualquier empresa independientemente si sea una micro o multinacional el pago por concepto de salarios es un costo que debe sufragar regularmente ya sea semanal, quincenal o mensualmente; sobre ese costo conjuntamente con los gastos de operación y materia prima, fija el precio final de sus bienes o servicios al público en general.
En un ambiente tan competitivo como en el que se ha vuelto la economía mexicana, el consumidor tiene muchas más opciones para adquirir bienes y servicios a bajo precio, por lo que si la empresa desea sobrevivir necesita calcular todos sus costos, más un margen de ganancia adecuado, al precio mínimo que determina el mercado de bienes o servicios.
A raíz de la crisis de 1994, aunque no sea oficial pero los salarios mínimos se determinan tomando en cuenta la tasa de inflación esperada, esto es con el fin de “apoyar” a los empresarios para evitar que el costo por concepto de salarios crezca y se mantenga en niveles constantes, es decir como un costo casi fijo que solo depende del número de trabajadores que laboren para él.
También está sustentada en la vieja idea sobre que el nivel de los salarios influye en el nivel de precios y si se quiere evitar que la inflación crezca se deben mantener los salarios en un nivel aceptable. Sobre todo esta escuela de pensamiento económico tuvo su auge en los 80´s y principios de los 90´s cuando en varios países de América latina la inflación era un problema grave para sus economías incluida la nuestra.
El Partido Acción Nacional abrió la “caja de pandora” con su propuesta sobre una consulta ciudadana básicamente sobre una pregunta especifica:
¿Estás de acuerdo en que la ley federal del trabajo establezca que la comisión nacional de salarios mínimos fije un nuevo salario mínimo que cubra todas las necesidades de una familia para garantizar al menos la línea de bienestar determinada por el CONEVAL?
Y aunque no debería ser consultado puesto que por Ley y mandato constitucional debería ser aplicado en esa forma, la realidad, como lo muestra la grafica, es que el salario mínimo esta indexado (o ligado) al nivel de precios y mientras permanezca así jamás recuperara el valor de compra que se tenía en los años 40´s y 50´s del siglo pasado.
Las cámaras de comercio y los empresarios nacionales ya fijaron su posición de no permitir un incremento de salarios, dentro de sus argumentos exhiben el hecho de que perderían competitividad frente a los demás países y las inversiones extranjeras irían solo a los países donde el nivel salarial sea bajo.
Creo que al contrario, en este momento un incremento calculado del salario mínimo permitiría que la economía nacional empezara a crecer.
Baso mi comentario en una premisa simple: Si un trabajador (como se ha demostrado en los meses de Mayo y Noviembre) ve incrementado su nivel de compra es muy probable que adquiera bienes y servicios diversos, con lo cual incrementaría las ventas y por ende el crecimiento de la economía.
Pero los empresarios solo piensan con la mano en el bolsillo y no con la mirada en el camino.
Esperemos como avanza la consulta ciudadana y sobre todo la postura del empresario, como dije anteriormente el salario mínimo significa diferente dependiendo de quién lo mire.


Economía Básica

Escribe: Arturo R. Zamarrón       

ar_zamarron@outlook.com  

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