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De corridos y los Rolling Stones

La Quimera de Pep.-

Escribe: José Luis Cuevas.-

rollingA lo largo de la historia la sociedad ha buscado maneras de expresarse respecto de aquellas situaciones que van marcando, para bien o para mal, el curso de las cosas. Una de las vías más recurridas, es la música, así como todas las artes, y se ha desempeñado como el reflejo de la catarsis social.
El corrido es un vehículo de expresión musical que refleja el sentir de una parte de la sociedad respecto de lo que pasa en el entorno en el que viven, es decir del acontecer diario. El corrido es parte de la tradición oral que va de generación en generación, y que ha ido mutando -como los problemas- desembocando en diversos subgéneros. Recordemos que el corrido es contemporáneo de la Revolución Mexicana, por lo que esta composición funcionó como un medio de comunicación, ejemplo de ello es “El siete leguas” o “El corrido del caballo blanco”, que son parte de la cultura mexicana.
Si el corrido habla sobre actos delictivos, armas, drogas, pudiese ser -y sin afán de ser mal pensando- que algo en ese sentido ha estado pasando, no ahora, sino de años.
La situación es bastante sencilla y puede ser desglosada en base a cuestionamientos: ¿Qué quiero decir? y ¿Cómo lo quiero decir? y para ello se crea un vehículo que represente los usos y costumbres de algún determinado grupo social.
Quien consume alguna droga o quien canta, compone y escucha un corrido que verse sobre hechos delictivos no es un criminal. Los criminales son los que operan en la ilegalidad, y más aun los que al paso del tiempo han sido indolentes con la impunidad.
Si lo que buscas es una medida formativa, lejos de prohibir hay que persuadir mediante actividades que encaminen hacia los productos de las ciencias y las artes con objetivo de a llenar los vacíos que va dejando la tecnología en el tiempo libre de la ciudadanía.
En un mundo paralelo, casi en una quimera, los Rolling Stones, prohibidos durante muchos años en Cuba debido a que se consideraban “voceros del capitalismo”, se presentaran en un concierto gratuito el próximo 25 de marzo en el estadio Ciudad Deportiva de La Habana. En definitiva es una cita con la historia debido a que supone dos cosas, como menciona la escritora Wendy Guerra: el fin de la política musical y una ruptura con la estética oficial.
¿Condicionar la compra de espacios por transmitir o no algún tipo de música -cualquiera- puede considerarse política música o estética oficial?
Y sí, como dicen las autoridades coahuilenses, tienen que reflexionar más. Este tipo de prohibicionismo es tapar el sol con un dedo.

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