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El PVEM y la trata de blancas

Escribe: Alfredo Reyes Ramos.-

trata

No hace muchos años que la explotación sexual de mujeres de raza eslava era conocida como “trata de blancas” porque eran plagiadas de sus lugares de origen para luego ser obligadas a prostituirse en lugares donde se les consideraba exóticas, un asunto que ahora, para ser políticamente correctos, se le conoce como trata de personas aunque la trata de blancas siga existiendo a muy alto nivel, como quedó de manifiesto tras la muerte de la modelo búlgara Galina Chankova Chanev ocurrida el 2 de abril del 2011, en una fiesta del infame “Niño Verde” en su coto de Cancún, un asunto que ha quedado impune, a menos que el nuevo gobierno panista de Quintana Roo retome el caso y consigne a los culpables.

Y mire usted, estamos conscientes de que los partidos políticos no son colectivos altruistas que aglutinan a personalidades benevolentes y virtuosas sino todo lo contrario, sabemos bien que en los partidos políticos militan personajes truculentos, ambiciosos, ladrones, maromeros y degenerados sexuales, como es el caso del “pederasta verde”, por ejemplo.

Aunque es cierto que también milita gente decente con ideales, convicciones, y una legítima ambición de poder para servir a los demás, lo cual es hacer política, un arte que muy pocos en la actualidad saben dominar.

No es el caso de muchos de los militantes en la cúpula del Partido Verde Ecologista de México, cuyos escándalos con prostitutas europeas han trascendido a los medios y donde Mario Pidev, operador de una agencia de modelos internacionales, es un personaje siniestro cercano a la cúpula del mal llamado partido ecologista de este País.

Todo esto lo traemos a colación porque el pasado 27 de octubre, cuando en el Senado de la República se discutía una ley sobre la trata de personas, senadores en la Mesa Directiva, incluyendo a su presidente Pablo Escudero Morales, Presidente del Senado y militante del PVEM, se burlaban del tema diciendo que ellos también tenían derechos como “usuarios” y no como “víctimas” de la trata de personas.

Y esta perversión en lo más alto del partido Verde también permea hacia sus bases, de arriba hacia abajo, como es la corrupción manifiesta en el gobierno municipal del PVEM en Parras de la Fuente.

Y es que las orgías y adicciones en lo alto legitiman las orgías y los vicios en lo bajo. Sí los de arriba son “usuarios de la trata”, los de abajo, como en Parras, no sólo son usuarios de la trata sino también “padrotes” despreciables que han convertido al centro histórico del pueblo mágico en una zona de congales donde la prostitución masculina y femenina se realiza frente a familias de vecinos, niños de escuela y el turismo que llega a la ciudad.

¿Quiere ver usted un ejemplo fehaciente de la degradación del Verde en Parras? Acuda usted al antro de vicio que el director de Desarrollo Social del municipio abrió a una cuadra de la escuela primaria “Miguel Hidalgo” y de la parroquia de la “Asunción”, verá usted el alto consumo de alcohol fuera de horario y la contaminación auditiva con el volumen de la música frente a una de las funerarias de la ciudad. Y conste que se trata del promotor del desarrollo social municipal.

Son “fuentes de empleo”, asegura un alcalde alcahuete que, para no desentonar, tiene apodo de estupefaciente, mismo que arribó al poder por la simple razón de ser un títere manejable, carente de cualquier valor ético y moral, y como es bien conocido, un poder político carente de valores morales pierde autoridad para imponerse ante la degradación, la corrupción y los abusos de su burocracia.

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