BAILE Y COCHINO.-
Por: Horacio Cárdenas.-
Dice el dicho popular que los árboles, a veces, muchas veces, no nos dejan ver el bosque. Ejemplos de esta máxima los encontramos muy frecuentemente en todos los ámbitos de la vida cotidiana… o más bien no los encontramos porque precisamente de eso se trata, de que por estar entretenidos con simplezas distractores y hasta tarugadas, no nos ocupamos de la visión de conjunto, que es la que debería ser la verdaderamente importante.
A ver, aquí le va una pregunta de esas que en otros sitios que no fuera el bonachonamente confiado estado libre, soberano e independiente de Coahuila de Zaragoza, nos ganaría una buena dosis de espionaje, si no por otra cosa, por lo que pudiéramos tener de respuesta a la misma: ¿Qué tan fiable es el conteo final del proceso electoral del 4 de junio pasado, en comparación con el Programa de Resultados Preliminares y el así llamado conteo rápido?… porque hasta ahorita, hallándonos en la chicha calma en que apenas el Instituto Electoral de Coahuila ha presentado ante el tribunal estatal electoral las inconformidades, impugnaciones y pruebas que los partidos le llevaron, los medios de comunicación, haciéndose eco de lo que está utilizando el Instituto Nacional Electoral, en lo que han estado haciendo énfasis es en los dos procesos mencionados, sospechosamente dejando de lado lo del conteo final, que por si nuestra modesta opinión contara de algo, por el solo hecho de haber sido administrado por la misma entidad “ciudadana” estaría bajo el mismo grado de suspicacia, si no es que todavía más.
Recordamos fotografías aparecidas todavía el día anterior a la jornada electoral, allí estaba la fulana esta, la consejera presidenta Gabriela María de León Farías, retratándose en compañía del equipo de los que operarían el día siguiente el PREP, y a los que declaraba perfectamente preparados… para lo que ocurrió, un auténtico desastre, que lejos de dar la debida certidumbre a la elección, la ensució ante los ojos de los ciudadanos más allá de todo intento de limpiarla. Todos se veían muy monos con sus “polos” fabricados ex profeso para identificarlos como los poseedores de “la neta” del proceso electoral, y pues allí tiene, tronaron como el proverbial ejote, que ahorita se andan escondiendo para que nadie les reclame ser el parapeto detrás del que se esconde, según los autores y promotores de las impugnaciones y buena parte de la opinión pública, el fraude.
Sí usted es político, gobernante o mero analista ¿de veras le cabe en la cabeza que dos de los procesos a cargo del IEC hayan resultado un fracaso espectacular, ah pero lo que es la contabilidad final de votos, bueno de las actas, esa está correcta?, el solo postularlo como hipótesis carece de sentido, porque ¿qué sentido tiene para nadie el ganar el PREP y el conteo rápido y perder el cómputo final?, salvo su mejor opinión, ninguno, como no sea dar un espectáculo o caldear los ánimos, ambos de entre lo que menos se desea en un proceso que ante todo debe, como se viene diciendo desde hace lo menos dos mil quinientos años, que la mujer del César no solo debe ser honrada, sino también parecerlo.
Es el caso que no, el Instituto Electoral de Coahuila, dejando de lado lo sospechoso de sus ligas al poder estatal, de su manejo administrativo y financiero, lo cuestionable de su integración, centrándonos solamente en el desempeño de tres procesos operados en el curso de una sola semana, el PREP, el conteo rápido y el cómputo final, ¿es creíble que incumpla con dos, los que podríamos pensar relativamente fáciles, y en uno, el exhaustivo, el importante y el difícil, salga airoso?, eso no se lo traga nadie.
Que sí, si se dignaran contestar, podrían alegar que es que se trata de tres procesos separados llevados a cabo por tres grupos de personas diferentes… ¿estarían diciendo entonces que los dos parciales, pero que dan la visión inicial del desarrollo del proceso, que el final solo viene a corroborar, estuvieron a cargo de gente incompetente, y que la verdaderamente fregona esa se la guardaron para el cómputo final, y que para no contaminarse y encontrarse descansados, los tuvieron aparte, poco menos que aislados?, eso tampoco se lo traga nadie, ni ellos.
Citando al Pi-pi, al Pi-pi, al Pi-pinche Rossas, esta gente no sabe ni siquiera robarse una urna… y hacer pasar las elecciones por creíbles, pues tal cual, esta gente del IEC no supo armar una estrategia de contabilidad de los resultados electorales que aun con el cúmulo escandaloso de irregularidades documentadas por los ciudadanos, por los partidos, por los funcionarios electorales, pudiera hacer aparecer el conjunto del proceso electoral como uno limpio y válido.
La insistencia en hablar del PREP y el conteo rápido, apelando al “socio perdencioso”, el INE, que quedó como el pagano de todas las irregularidades del proceso, y por lo mismo, se siente obligado a defender el proceso electoral contra todos los detractores, da pauta a pensar que el IEC se está curando en salud, lo cual todavía le quita más certitud a los comicios, pues da la impresión de que las ratas están abandonando el barco antes que termine de hundirse.
La bola de momento, está en el tribunal estatal electoral, en una continuación del proceso que tampoco es lo más prístina que pudiera desearse, el solo hecho de que sea el IEC y no las partes interesadas las que entreguen la documentación y evidencias basta para hacer dudar al más confiado ¿o alguien piensa que los 205 millones 564 mil 763 dólares que encontró la PGR en la casa de Zhenli Ye Gon eran 205 millones 564 mil 763 dólares y no el doble o el triple?, estamos en México y de la casilla al IEC se pierde lo que sea, ¿o de donde salieron tantas actas y boletas tiradas en las calles?
En fin, en un escenario en que los árboles no dejan ver el bosque de la legitimidad de la elección del 4 de junio, y que la mujer del IEC no solo no es honrada sino tampoco lo parece… al tribunal estatal le toca dictaminar lo que luego se irá al federal por no quedar tampoco nadie conforme, en un capítulo más de esta comedia de equívocos que es la elección estatal.
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