BESOS, FRAUDES Y ASÍ

Baile y Cochino.-

Por Horacio Cárdenas.-

¿A quién no le han dicho, medio como consejo, medio como regaño y medio como amenaza: haz lo que digo, no lo que hago?, pocos son los que se habrán salvado, y lástima que sean todavía menos los que hagan caso de tan sabio consejo.

 

Allí tiene usted el caso inimaginable, que el mal ejemplo del proceso electoral del pasado 4 de junio en Coahuila, en vez de servir para que todo el mundo se anduviera de puntitas, ah no, parece que fue el disparo de salida para que todo el mundo quisiera brincarse las trancas, y demostrar que si en la grilla grande, bueno en la mediana porque la grande se rifa hasta el 2018, cualquier desfachatez es permitida, ¿Por qué no en los juegos de canicas, en Minecraft, en las carreteritas banqueteras y en las cada vez más populares competencias de atletismo acá en Coahuila?, cualquiera pueda intentar robarse unos kilómetros, que si nadie se da cuenta, a todo mecate, y si se dan cuenta, para pronto se ponen broncos a exigir demostración del fraude.

Es fecha que el proceso electoral coahuilense sigue empantanado, y no tiene para cuando venga un Superman a sacar al güey, perdón al buey, de la barranca. De momento la batalla se está librando en dos frentes, por un lado en el tribunal electoral estatal están encargándose de la revisión de las pruebas que acompañan al trámite de impugnación de la elección de gobernador y una que otra alcaldía. Sí, pero allí en el tribunal, como le rezan a su santo patrono San Clavillazo, se apegan a la doctrina de que la cosa es calmada, muy calmada, demasiado calmada, y si se llega el día último de noviembre sin haber dictaminado, resultará que tendremos un gobernador todavía sin liberar de todo lo que le cargan, a él en lo personal y a su partido.

Eso por un lado, siendo lo preocupante de que más de uno sospeche que el río no suena porque no lleva agua. Del otro lado las cosas están peor, entre el INE y el IEC no paran de volar las acusaciones veladas, las peladeces, las mentadas de jefa, de que tú tuviste la culpa y yo soy virgencita y rezo las flores. Sí, pero entre que el instituto nacional y su clon estatal no reconocen que regaron el tepache delante del electorado y la ciudadanía abstenida, que si algo confirman es que ni uno ni otro, ni ambos en conjunto, tienen la capacidad para organizar un proceso electoral medianamente confiable y creíble, y tanto, que valiendo sorbete si el fracaso estuvo en la capacitación, en la selección de funcionarios, en el PREP, en el conteo rápido, o en todas las anteriores, la decisión de si Miguel Riquelme es el siguiente gobernador de Coahuila está en manos del tribunal, de momento del local, y más después del federal, porque ni crea que habiendo una última veladora que prender, la oposición dejará de prenderla.

Pero a lo que veníamos hechos la cochinilla, el sábado 23 y domingo 24 pasados se corrió el así llamado “ULTRA COAHUILA GARMIN 2017”, competencia atlética que tiene la particularidad de correrse en la sierra de Arteaga, con pruebas dependiendo de lo que cada quien crea que puede, de 100 Kilómetros, 50, 29 y 12, y si cree que eso no es demencia suficiente para andar a campo traviesa, todavía hay la más criminal de todas, solo para masoquistas más enfermos que las amigas que salen en las 50 sombras de Grey, de 100 millas, que traducido al sistema métrico decimal, son 160 kilómetros y noventa metros. ¿Y correr eso a campo traviesa, entre osos, ocelotes, cerdos salvajes?, ¿y correr eso entre los cerros que lo mismo han servido para bajar fayuca que compran los millonetas de Saltillo en Mc Allen, y que les traen en avioneta a sus pistas en sus ranchos, en las cañadas donde tenían los terroristas de la ETA a los que secuestraban, donde los de los cárteles hacían (o hacen) sus fosas clandestinas, allí donde se escondieron los desertores del Batallón de San Patricio que hasta al general Zachary Taylor le dio flojera ir a corretearlos para colgarlos y así truncar la güera herencia de tanto saltillero?, pues allí, de purititos locos, pero allá cada quien sus rodillas, tobillos, caderas, dientes y columnas.

Pues bien, según se corrió la especie y siguiendo la más pura tradición de Roberto Madrazo Pintado, maestro de maestros del cochinero que es la política a la mexicana… y el atletismo nacastoche, esta justa deportiva que por lo demás debería ser el podio incuestionable de la “mente sana in corpore sano”, se ha convertido en calca de la elección del 4 de junio. Acá no se habla de robo de urnas, de taqueo de votos, de carruseles, ratones locos a cargo de los mapaches que se aprovecharon de que los institutos electorales andan de la greña tratando de escurrirse de su incompetencia, de lo que se habla es de la así llamada Operación Madrazo, consistente en pocas palabras, en saltarse unos cuantos kilómetros, unas cuantas decenas de kilómetros, o hasta alguna centena.

Según dicen, el candidato ganador, perdón es que acaba uno por enredarlo todo, el corredor que llegó primero en la elección, en la carrera de cien millas, fue José García, para más señas, líder y entrenador del Team “Besos y así”, ridículo nombre que solo podía ocurrírsele a gente sin quehacer de aquí de Saltillo, con un tiempo de 29 horas y 50 minutos. Sí, nada más que los del otro partido de inmediato soltaron el aullido del coyote serrano de que este competidor pasó sin tocar baranda, es decir, sin quedar registrado su paso, por los controles de los kilómetros 36, 41, 49, 89, 97 y 152… Madrazo seco… como el otro Pintado, pero especialmente incómodo en el momento político que vive Coahuila, y es que ¿a poco no puede resolverse en este estado una carrera pedestre o una elección por la buena, sin impugnaciones de ninguna clase, que tienen que ir a los tribunales unos y a la comisión organizadora otros, para saber quién ganó?

Que lo del GARMIN se resuelve en un par de días, lo de las elecciones del 4 de junio, quizá en un par de meses…si es que no se llega a una toma de protesta con protestas afuera del recinto legislativo habilitado como bunker.

El respetable no quiere ya saber que los GPS no funcionan, que los chips valen puro sorbete en el pedregoso trail arteaguense, que los corredores son tan veloces que ni los jueces los ven pasar por los controles; tampoco quieren averiguar por qué se robaron las urnas, por qué las actas estaban ilegibles, por qué todo lo que hemos oído y lo que solo saben los partidos y la dupla infernal del IEC y el INE. ¿qué pasó con esos triunfadores incuestionables? ¿ahora todo tiene que ser fraudes, besos y así?