..».al ex gobernador lo van a sacrificar por corrupto, demostrando que Enrique Peña Nieto no protege corrupto…»
BAILE Y COCHINO.-
Por Horacio Cárdenas.-
Dicen los que fueron a la escuela, que hay dos tipos de jefes, modelos gerenciales les llaman, aquellos que se rodean de gente mas inteligente y mas capaz que ellos, gente que los haga lucir, que haga bien la chamba, y que en general, cumpla el objetivo de elevar el nivel de la organización… Y están los otros jefes, los que se rodean de gente mas tonta que ellos, siempre obedientes, que en ningún momento los opaque. Excusamos decir que con estos jefes y alelotes las cosas van siempre de mal en peor.
Si esta clase de jefes es perjudicial para un negocio cualquiera, Imagínese lo que pasa cuando un vanidoso así es el gobernante, como lo dijo ominosa y bulonamente Andrés Manuel López Obrador, Peña Nieto nos iba a conducir… Al despeñadero, eso fue hace 6 años y parra nuestra desgracia no se equivocó ni tantito.
De su gabinete, nadie es más intolerante, más vanidoso, ni mas corrupto que Enrique Peña Nieto, pero por lo mismo se busco pura gente igual a él. Ejemplos,escandalos, nos sobran. No hay semana en que no brinque un nuevo caso de corrupción gubernamental en básicamente dos vertientes: el gobernante que se corrompe primero, seguido de la incompetencia,la complicidad o lo que sea, de la autoridad para castigarla.
Muchos fueron los que se preguntaron porqué o cómo llegaba Ruben Moreira Valdez al Comite Ejecutivo Nacional del PRI, primero como secretario de acción electoral y luego como secretario de organización. Definitivamente no podia ser por la eficiencia fe si administración, de su control politico en Coahuila, su carisma o don de gentes, no, fue por la desfachatez para el saqueo de recursos públicos, y nos sospechamos a la luz de los últimos acontecimientos, para servirse de él como chivo expiatorio.
Examinemos lo ocurrido en las semanas recientes: primero se encumbra a Rubén y se suelta el borrego de que en breve sustituiría a otro corrupto de marca, Enrique Ochoa como mandamás del PRI nacional, todo para que en un de repente la Auditoria Superior de la Federación lo acuse no solo de inconsistencias o errores, sino de deposito de recursos federales en cuentas personales… Un delito de lo mas burdo que pueda haber, en un descuido de las formas que mas parece burla… O suicidio político.
Ampliando el panorama, en los mismos dias se suelta el escandalo de que Risario Robles es responsable directa del desvio de miles de millones de pesos, destinados originalmente a la cruzada contra el hambre y el combate a la pobreza, que fueron a dar nadie sabe a donde, pero que embarran a quien desde el inicio de su campaña se vendió como funcionario honesto, pues ni como sucesor de Rosario en SEDESOL ni como secretario que fue de Hacienda se dio cuenta de nada. Peor se la contamos, ahora el mismo Pepe Meade es acusado de desvío de fondos por 500 millones de pesos… Justo a la altura de las expectativas presidenciales.
En este vasto escenario de corrupción ¿qué papel juega Rubén Moreira y el cochinero de su desvio de fondos gubernamentales a cuentas bancarias personales, obvio ajenas a los fines del programa? Se nos ocurre que lo dicho, sacrificarlo en caliente.
Si usted se fija, Rubén no formó parte del primer equipo de refuerzo de la campaña de Meade, su esposa Carolina Viggiano si junto a su padrino Osorio Chong, tampoco en el segundo equipo, ese que jocosamente los penados memes bautizaron como Ali Baba y los cuarenta ladrones. Cabe preguntar entonces ¿Rubén Moreira que pitos toca?, la respuesta mas inmediata que se nos ocurre es que ninguno: a Rubén lo van a sacrificar por corrupto, demostrando que Enrique Peña Nieto no protege corruptos. Rubén, él solo se empinó, solo falta la patada que lo precipite.
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