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LA NARRO: LA TEMPESTAD Y LAS RODILLAS

BAILE Y COCHINO.-

Por: Horacio Cárdenas Zardoni.-

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Estalló la huelga en la Narro. (Foto de El Diario de Coahuila)

¿Para qué tantos brincos, estando el suelo tan parejo?, eso habría que preguntárselo a los trabajadores del Departamento de Ciencias del Suelo, y ya que comenzamos citando odiosos refranes, a lo mejor la gente del Departamento de Riego y Drenaje, o de la Estación Meteorológica de la UAAAN, cómo o por qué ven la tempestad y no se arrodillan, o ya entrando en cuestiones filosóficas a cargo del Departamento de Producción Animal, que nos expliquen ¿Por qué otra vez la burra al maíz?

La cosa es esta, en asamblea sostenida el día jueves 14, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro votó por irse a la huelga, el debate no puede llamarse ni siquiera así, el 95% de los trabajadores votaron por el paro de actividades y  por tomar las instalaciones, para presionar de la manera más antigua que conocen las universidades, a que la rectoría, el gobierno del estado, el gobierno federal, diosito allá en los cielos, cedan a sus exigencias, que el otro cinco por ciento haya votado en conciencia por no ir a huelga, o de plano abstenerse de votar por esto o lo otro, es solo muestra de que la razón no es algo que mueva a los integrantes del sindicato.

Quede clara una cosa, si algo hay que reconocer es el derecho que asiste a cualquier ciudadano a querer mejorar, sean sus condiciones de vida, sus condiciones de trabajo, lo que sea o todo, claro que pueden querer, ahora, lo que no es tan fácil de aceptar es que sea otro el que les mejore, concretándose ellos a estirar la mano, eso por las buenas, y a declararse en huelga de narros caídos, si es por la mala, poniendo en jaque, es un decir, al sistema político mexicano, en particular a la Secretaría de Educación Pública, que se encarga de pastorear a las universidades, a las autónomas y a las otras.

No es muy difícil de seguir la hebra. Desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le dicen a la Secretaría de Educación Pública, la inflación fue de tanto más cuanto por ciento, en consonancia con la política monetaria del gobierno federal, se tomó la decisión de que a las cuarenta y feria universidades públicas estatales por apoyo solidario, a las equis universidades tecnológicas, a las politécnicas, a las universidades nacionales, a todo el sector educativo descentralizado pues, le corresponderá un incremento salarial directo de un tanto por ciento, y si acaso se ponen muy guapos, de otra piscacha a prestaciones, si se ponen feos, se va pelón.

¿Qué importa que en algún momento el mismísimo presidente de la República se haya echado para atrás con lo de que iba a haber recortes a los presupuestos de las universidades, y no solo eso, sino que garantizara que se les iba a incrementar lo que subió la inflación en la bacanal que fue el último año de la administración de Enrique Peña Nieto?, lo que pasa es que no sabemos leer entre líneas, o entre silencios, del discurso presidencial, sí dijo lo que dijo, pero no aclaró que eso no implicaba que las cosas fueran a seguir siendo tan iguales como habían sido antes, manejándose la lana con una discrecionalidad envidiable, ¿o alguien ha olvidado que la así llamada Estafa Maestra utilizó a veintitantas universidades públicas y significó un quebranto por más miles de millones que un año de alegre huachicoleo?, total que sí hubo apretón, y este no les cayó nada bien a los trabajadores de la Universidad Agraria, que repetimos, viendo la tempestad del fondo de pensiones en quiebra, viendo que están en la tablita por haber desviado recursos del gasto de inversión para financiar el pago de plazas no autorizadas, que son mal vistos como institución por los privilegios que tienen y de los que no gozan otras instituciones educativas, valientemente se lanzan a la huelga, que más de uno sospechamos que es lanzarse al mismísimo vacío, agregándole su montón de piedritas al hígado de una administración que tiene demasiados infiernitos haciéndole un infierno grande, ¿ocuparse de los problemas de una universidad que quiere trato especial sin ser especial?, dudamos que López Obrador acceda a ello, y sus subordinados menos, porque estos tienen la piel muy dura y el corazón más.

Veamos, en su mensaje a la comunidad universitaria, el rector ofrecía, y mire que muy, muy estirando sus atribuciones y sus posibilidades de cumplir: no modificar los contratos colectivos vigentes con los dos sindicados, un incremento del 3.35% directo a los salarios y un 1.8% a prestaciones, que es lo que el gobierno federal le ha concedido a todas y de lo cual no se moverá un 0.00001% a favor de nadie; está también lo de gestionar, seguir gestionando, por toda la eternidad si es necesario, el fortalecimiento de los fondos sociales de los trabajadores, y a que se apersonen representantes de los sindicatos en las negociaciones, para que vean que no hay chanchullo, más chanchullo pues, y la cereza del pastel, lo de inventar un Contrato “B”, en el cual vendría la austeridad republicana tal como la ordena el Ganso Mayor, mientras que los actuales trabajadores se quedarían como están… esto es otro suicidio, pero para la institución, pues es un abierto desacato a lo que ordena el gobierno central, que no va a ver con buenos ojos que se siga desviando el presupuesto autorizado para pagar las prebendas de las que los narros no quieren prescindir.

La oportunidad la pintan calva, dicen los que tienen pelo, si los trabajadores siguen en sus trece lo que va a pasar es que de donde mandan, le aprieten el pescuezo al rector, y termine retirando la oferta de lo último, y ahora sí, republicana austeridad pareja para todos, como ha ocurrido ya en otras instituciones educativas, donde cuentan temblorosos que sus sueldos, luego de recortadas las prestaciones, llegaron por cerca de la mitad de lo que solían ser.

Ahora que tienen tiempo de ver pasar las nubes por encima de su plantón en Buenavista, sería bueno que los trabajadores reflexionaran sobre la sabiduría del dicho citado al principio, arrodillarse frente a la tempestad, ahorita que todavía pueden.

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