La 38: Crónica de una muerte anunciada

Baile y Cochino.-

Escribe: Horacio Cárdenas.-

Si tiene ganas de reírse un poco, imagínese el velorio, perdón el evento, en un salón de higiénico vitropiso blanco, con paredes color verde hospital, ventanas y persianas sucias, el plafón con sus infaltables manchas dejadas por las goteras del techo de lámina mal impermeabilizado, y un ambiente asfixiante por el aire acondicionado que para variar, no funciona, y por los ánimos por los suelos de los convocados al evento. Ese es el escenario en el que según, se realizó la Reunión Estatal de Capacitación Administrativa y Contable para el personal que administra la Clínicas y Farmacias de eso que, nos venimos a enterar, ahora se llama Instituto de Servicio Médico de los Trabajadores de la Educación del Estado de Coahuila, elegante denominación que esconde uno de los fraudes más descarados, crueles e impunes de que se tenga registro.

La parte de la risa loca, imagínese lo que “la directiva”, tiene que decirle al personal de ventanilla de las farmacias, a los encargados de las áreas de administración de las clínicas y al resto de la plantilla: no muchachos, a partir de ahora ya no le van a contestar “no hay, profe, véngase la próxima semana”, ahora le van a decir “no señor profesor, en este momento se han agotado las existencias de los medicamentos que usted requiere para seguir viviendo, pero haga usted uso extensivo de la paciencia de la que lo dotó Dios Padre Todopoderoso, y haga usted el favor de visitar esta, su clínica en unos diez o quince días, a ver si ya le tenemos la respuesta positiva que usted está esperando recibir, y nosotros deseamos con toda el alma darle, ah pero recuerde, que sea antes que se le venza su receta, porque ya sabe que pierde vigencia, y así tiene la oportunidad de saludar a nuestros preparadísimos médicos, que con gusto actualizarán su expediente, incluyendo por supuesto el número de veces que ha religiosamente acudido a sus citas y que lo hemos regresado a la calle con las manos vacías”.

A ver ¿Sobre qué pueden capacitar al personal de las farmacias, el de contabilidad, y otro de las antes llamadas clínicas del magisterio, y que ahora desde la aprobación, a las calladísimas de la Ley del Servicio Médico para los Trabajadores de la Educación del Estado de Coahuila de Zaragoza el 9 de noviembre del año 2018, pasan a llamarse clínicas regionales o periféricas, nombre que no acaba de cuajar en la mente de los derechohabientes, que con la denominación anterior en los últimos tiempos o la actual, aquella atención privilegiada que destacaba sobre cualquier otro servicio asistencial en el estado de Coahuila y buena parte del norte del país, es cosa del pasado… que no va a volver.

Con eso de la pretendida reunión de capacitación, es con lo que el “titular del organismo” Ing. (ha de ser profesor, médico y contador en sus ratas libres, ratos libres) Alejandro Treviño Saldaña, se la barre de una nota aparecida en El Demócrata, en la que se decía que efectivamente se estaba organizando una reunión, pero con una finalidad muy distinta que actualizar al personal que no tiene materia sobre la cual actualizarse, y así permanecerá hasta en tanto no haya medicamentos en las farmacias que surtir. Lo que decía la nota de El Demócrata es que le están buscando quienes medran de los recursos que catorcenalmente les rebajan a los trabajadores del sector educativo en Coahuila, es una salida a la crisis que vive el servicio médico, salida que no pase por meterlo a él como tapadera y a sus antecesores en la cárcel, por beneficiarse económicamente de forma ilegal, a costa de la salud de los derechohabientes. Pero de que están preocupados, lo están, de que ha habido reuniones y las seguirá habiendo cada vez más seguido, más secretas y en cualquier rato, en algún país donde no haya tratado de extradición, las hay.

La razón es muy simple, y esto nos lleva al segundo hecho reciente relacionado con la Sección 38, el grupo de profesores jubilados y trabajadores en activo que han promovido el amparo contra la aplicación de la ley del servicio médico, acaban de recibir, esta misma semana, la suspensión definitiva a la aplicación de las medidas que previene la ley, entre las cuales destaca el cobro de coaseguro, el cargar cuotas a los trabajadores pensionados, los cargos por medicamentos, y sobre todo, y que es lo que más interesa al grupo de los amparados: la entrega sin condiciones de las medicinas que requieren para mantener su salud, mismos que de no existir en la farmacia, deberán ser cubiertos por el Servicio Médico mediante un vale para cualquier otra farmacia, sin costo adicional para el derechohabiente. Esto puede ser visto como el principio del fin de las Clínicas de la 38, como se han venido manejando hasta el momento, como un negocio privado del grupúsculo en el poder sindical, negocio del que han salido fortunas escandalosas.

Uno se podría preguntar ¿Y por qué le han dado tantas largas a la solución de un asunto que solamente tiene una salida?, ah, pues porque mientras que a los profesores y trabajadores que acuden a la clínica a consulta y a recibir los medicamentos que les recete el médico de allí mismo, llevándose en más del 90% de los casos la pura receta y las consabidas promesas de que llega la próxima semana, les siguen descontando a ellos y a todos los trabajadores sus cuotas, que van directo al pozo sin fondo de la administración del servicio médico. Es un hueso que no piensan dejar estos pit bull mientras haya todavía un resto de médula que sorber. Pero el momento crítico se está acercando. Según lo dispuesto por el juez que está viendo la causa, con que el profesor exhiba la copia de la suspensión definitiva del juicio de amparo, con eso solo, tiene derecho a exigir lo que requiere, sin que se le cobre, creando una tensión difícil de describir entre los otros derechohabientes que despachan con “una disculpa profe”, pero además, presionando las finanzas del supuesto Instituto, que si se mantienen estables es precisamente porque no surten los medicamentos.

El profesor tiene el derecho, y nos deleitará mucho comprobarlo, a que si se le niegan sus medicinas o se las quieren cobrar, a llamar a la fuerza pública para que proceda a cumplimentar lo ordenado por un juez. Bonitos se van a ver los policías de Fuerza Coahuila, armados y pertrechados, respaldando a una profesora a la que los empleados de la farmacia le quieren dar la aburridora de costumbre, el asunto puede llegar hasta que se lleven detenido al empleado y hasta al director de la clínica, si no es que al mismísimo Pasha, el inge Treviño Saldaña. Va a estar de lo más divertido. Con gusto esperamos el siguiente comunicado del Instituto de Servicio Médico de los Trabajadores de la Educación del Estado de Coahuila, para encontrarle sus mentiras y sus falacias, para bateárselos cómo se debe.