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Parras chico, infierno grande

BAILE Y COCHINO

Por Horacio Cárdenas.-

Parras de la Fuente es un típico ejemplo de la materia de la que está fabricada la Cuarta Transformación, invento discursivo, que no ideológico porque carece de pies y cabeza, que pregona el presidente Andrés Manuel López Obrador, y bajo el que se cobijan todas las administraciones estatales y municipales que se hallan en poder de Movimiento de Regeneración Nacional. En otros tiempos los politólogos y los analistas llamaban a casos como el de Parras, laboratorios, en los que se experimentaba en pequeña escala lo que, si funcionaba más o menos como se deseaba, se pudiera luego probar en cada vez mayor escala. Lo malo es que ese tratamiento de conejillos de Indias resulta sumamente perjudicial para los sujetos de experimentación, que viven de primera mano el frío encono de los gobiernos para con sus gobernados, y en el caso parrense, golpea en uno de los puntos más sensibles del entramado social, el de las pensiones para los jubilados del servicio público, específicamente el del R. Ayuntamiento.

Ahora que mucha gente en Coahuila, en México y en el mundo se las ha visto negras con sus ingresos más o menos reducidos por efecto de la contracción económica asociada a la pandemia de coronavirus, la desesperación ha hecho presa de muchos, y más porque sienten que las cosas no van a regresar al estado anterior en el corto plazo, con lo que si antes sus ingresos les permitían vivir al día, en los próximos meses u años se hallarán con que habrá días en que no tengan ni qué comer, mucho menos para pagar renta, pagar los servicios, y adquirir el cúmulo de satisfactores que hacen digna de vivirse la existencia moderna. Pues bien, en Parras este experimento que con la pandemia tiene desde abril o mayo, marzo para los más desafortunados, se está llevando a cabo desde el mes de enero del 2019, coincidiendo con la toma de posesión como presidente municipal de Ramiro Pérez Arciniega, que en una de sus primeras y más impopulares acciones, determinó la suspensión del pago de las pensiones a los ex trabajadores del Ayuntamiento, alegando lo de costumbre entre los politiquillos de su extracción, que había corrupción, que no tenían derecho a la pensión, que cobraban demasiado dinero, entre otras razones.

Nada más a nivel de ejercicio mental, y con el sincero deseo de que no se convierta en realidad para nadie, imagínese que es usted trabajador en activo o peor tantito, jubilado dese hace pocos meses o muchos años, y que de buenas a primeras le cortan su salario o su pensión, que en Parras rondan la mayoría por el salario mínimo. Además del trancazo seco a su economía, le va el no menos doloroso de ser señalado de corrupto, de estar disfrutando de una prestación obtenida por malas artes y a la que no tiene derecho, y ya en el colmo del desprestigio social, amenazarlo con que en un descuido, si se mueve mucho, hasta lo obligan a devolver lo que ha cobrado indebidamente.

Si usted es trabajador en activo, ponga que pese a todo, pueda obtener otro empleo, poner un pequeño negocio que le reponga el ingreso perdido, algo, ¿pero para un pensionado, a veces en condiciones físicas y mentales que no le permiten reinsertarse en la actividad productiva?, estamos hablando de un golpe que podrá resultar hasta mortal, y no estamos exagerando.

Piense usted también en Parras de la Fuente, pueblo mágico, pero también infierno grande. La gente que durante décadas laboró para el Ayuntamiento, conocida de todos, llegó a la hora del retiro, y lo hizo conforme a las leyes vigentes, todo el pueblo está enterado de los problemas por los que está pasando, y como suele suceder, habrá quienes se conduelan de su suerte, y otros que se alegren, así somos los seres humanos, pero ¿qué necesidad hay de sufrir una situación tan incómoda, tan desagradable, y regresando a lo económico, tan difícil?

Si les cortaron la pensión en el mes de enero de 2019, esto quiere decir que ya acumulan año y medio sin ingresos. Hay gente que a lo largo de su vida laboral se hizo de un patrimonio, pequeño o no tan pequeño, que le permita sortear una crisis semejante, pero hay otros que no son tan previsores, o de plano su salario no permitía más que lo dicho, ir viviendo de día en día, y su pensión era su único ingreso fijo, que ahora les está retenido por necedad del presidente municipal, que en estos dieciocho meses no ha podido comprobar legal y fehacientemente, que de veras hubo algo irregular en el otorgamiento de pensiones y montos.

Tan es cierto este hecho que el asunto está en manos de los tribunales, y muy al estilo de la Cuarta Transformación, el alcalde consideró que la mejor estrategia no era examinar el asunto desde el punto de vista administrativo y llegar a un mal arreglo, sino que decidió jugarla a la segura ¿cómo?, pues por un lado emplazando a los abogados del ayuntamiento, ninguno de los cuales trabaja de a gratis, y por el otro, y aquí entra la marrullería morenista, conchavándose al abogado de los jubilados, para que actúe en contra de estos y a favor de su administración.

Estas cosas son de a tiro de mafiosos, y denotan que a los parrenses los gobiernan ciertos personajes con antecedentes de lo más negros, que hasta peligrosos podrían resultar para los ciudadanos, o uno que otro periodista, que tengan la mala fortuna de atravesárseles en el camino. No estamos exagerando, eso de que el abogado Christian Estévez, contratado por los pensionados que buscan que el Ayuntamiento les vuelva a pagar su pensión, y que en una sola exhibición les cubra los dieciocho meses que les ha retenido, este abogado sea ni más ni menos que el hijo consentido de la Síndico del Ayuntamiento Celia Ávila, habla, lo menos, de un conflicto de intereses que debería ser ventilado en la Fiscalía Anticorrupción, en la Fiscalía General del Estado y en el Poder Judicial de Coahuila.

En su definición más elemental, el trabajo del síndico es el de velar por la aplicación adecuada de los recursos de la administración municipal, antes que la Contraloría, el Síndico, en tanto integrante del cabildo, tiene que enterarse y avalar las decisiones del Ayuntamiento en materia financiera, se supone, queremos pensar, que Celia estuvo enterada de la maniobra de Ramiro Pérez para perjudicar a los pensionados.

Debió pararla y no lo hizo, pero allí mismo vio la oportunidad de sacar tajada para junior, y para pronto promovió que su hijo emprendiera la defensa de la causa, no por la causa misma, sino por lo que pudiera “sudar” en honorarios, que además, al jugar para ambos lados, la defensa está a disposición del mejor postor. Desde la sindicatura la tal Celia presiona a los regidores para que como cuerpo edilicio se inclinen para uno u otro lado, para el lado que más le convenga a Ramiro Pérez y sus socios en la familia Estévez.

Este es el estilo de la 4T de tratar a los trabajadores pensionados, imagínese que quieren hacer en todo México o que está experimentando en Parras…

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