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REYES FLORES Y LAS BENDITAS REDES SOCIALES

BAILE Y COCHINO.-

Por: Horacio Cárdenas.-

Las redes sociales son un gran invento del hombre blanco, uno de los más importantes que registró el fin del siglo pasado y los primeros años del presente, habiéndose convertido en el espacio de muy poco tiempo, en una revolución, usando el lugar común tan sobado, en un parteaguas de cómo la gente se relacionaba antes de la existencia de Facebook, de Twitter, de Instagram, de WhatsApp, de Tinder, y cómo se relaciona ahora.

Anteriormente la gente podía sentirse sola viviendo rodeada de personas, en cambio ahora puede estar completamente alejado del vecino más próximo, y sin embargo estar conectado con decenas o cientos de personas, pero el detalle de la cantidad no es el más relevante, sino que a través de las redes sociales puede uno contactar con gente afín, con sus mismas inquietudes, ilusiones, intereses, loqueras, tendencias, vicios, aberraciones, algo que era imposible hasta hace poco tiempo. Para quienes son “nativos digitales”, no pueden creer que en ciudades como la nuestra, se contaban con los dedos de la mano personas con las que compartir las pasiones por los temas más extravagantes, por algo se formaban las tribus urbanas, que literalmente atesoraban a cada uno de sus integrantes, pues encontrar otro estaba del cocol, ¿hoy?, digamos que siga siendo poca la gente con la que algunos pueden identificarse, pero pueden entrar en contacto con ellos sin importar la distancia donde estén.

De todos es sabido que hay individuos, afortunados, que en las redes sociales nadan mejor que peces en el agua, en tanto que otras por más circo, maroma y teatro que hacen, apenas tienen unos pocos seguidores Twitter, unos cuantos amigos en Facebook, nadie se suscribe a su canal de YouTube, y en Tinder no les tiran ni un lazo. Algunos cuentan millones en sus redes, y otros cuando mucho tres gatos. Ni modo, las redes son como la vida misma, hay quienes parece que son monedita de oro, y hay los que no. También es cierto que las redes son un espacio de interacción social, que a veces logra una intensidad, que algunos pensarán que es digna de mejor causa, la gente le dedica demasiado tiempo a sus redes, y como siempre, no es fácil obtener lo que uno está buscando.

Allí tiene por ejemplo a los integrantes de la Cuarta Transformación, esos que citando al senador Armando Guadiana, les corre sangre color vino por las venas, no roja como al resto de los mortales o azul como a los panistas, sino ese color medio raro que es el de su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional. Las redes sociales fueron un instrumento de primer orden del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, para ganar simpatizantes para su causa, que terminaron convirtiéndose no solo en votantes en la elección de hace dos años, sino en promotores para que otra gente, tan bien le funcionó, que les tenía hasta hace poco un gran cariño, y tanto que las nombraba frecuentemente como las benditas redes sociales, hoy el amor se ha convertido en odio y hasta en pleito.

Muchos morenistas han querido imitar lo que López Obrador logró en las redes, y les está yendo tan mal como ahora al presidente, y es que no entienden que no es que la gente los quisiera particularmente, sino que simpatizaban con sus causas y sus métodos, ah, pero en el momento en que se sienten traicionados… los tuiteros, los feisbuqueros, se vuelven temibles, dejando manchados los teclados y pantallas de secreciones viscerales. De los morenistas a los que les ha llovido está en primer lugar el propio presidente, seguido muy de cerca de su esposa Beatriz Gutiérrez, de la que han hecho pasto, al grado que ha suspendido sus cuentas en un par de ocasiones; está el cuate este John Ackerman y su señora contralora, la esposa Eréndira Sandoval, sin faltar la secretaria de energía Rocío Nahle, cuyas redes por momentos parecen fosas sépticas de todo lo que la gente les dedica, a veces con razón y otras muchas sin ella.

De entre los que nomás no le hallan a las redes sociales está el superdelegado en Coahuila de la Cuarta Transformación, Reyes Flores Hurtado. A él, que se cree un político fogueado y de muchísimas tablas, piensa que la transmisión de mensajes políticos o partidistas a través de sus redes sociales, es algo que se le da naturalito, y la verdad es que no, al contrario, da pie a la burla, a comentarios mordaces, y por supuesto, a que la prensa se dé cuenta de qué anda haciendo… que anda haciendo mal.
Recordamos un video que filmó, bueno que grabó Reyes afuera de la Clínica 7 de Monclova, cuando este hospital era el epicentro de la pandemia de coronavirus en Coahuila y centro de atención de la opinión pública nacional, por el número de contagios entre el personal médico. Nomás salió el video pixeleado donde vestía Reyes un elegante chalequito color ladrillo, chedrón, sangre seca o vinito del que se empina el senador Guadiana, y comenzaron a lloverle acusaciones de que todo era mentira, ni se había recibido el equipo, ni se contaba con los insumos, ni se habían contratado médicos, ni había atención especial de la autoridad, ni nada. Era para que hubiera aprendido la lección de que las redes sociales sirven más que para contar mentiras, para demostrar que son falsas, pero como en aquel tiempo traía pleito comprado con Javier Guerrero, se fue a Torreón, igual, a hacerse un video afuera del hospital del IMSS, según él, para dar a conocer a todos que en lo personal estaba dando solución a las exigencias de medicamentos, programación de cirugías y demás, de parte de los ciudadanos que protestaban, también le llovió.

Luego estuvo el montaje que hizo en la aduana de piedras Negras, donde se hizo la víctima de que le habían extorsionado como si de cualquier ciudadano se tratara, cuando que por su jerarquía y poder, es el superior de todos los aduanales en Coahuila, y para el caso de todos los burócratas. Lo mínimo que le dijeron es que ¿cómo le hacía para cruzar la frontera si esta estaba cerrada, y qué andaba queriendo pasar mercancía sin pagar los impuestos correspondientes?, pero no la pesca.

La última de Reyes es una auténtica joya de la manera que tienen los jerarcas de la 4T de saludar con sombrero ajeno, colgándose medallitas que no les corresponden, y adjudicándose acciones en las que no intervinieron para nada. Se trata del video en el que Reyes, con cubrebocas para que vea la gente que no es como su presidente, promociona un pequeño negocio denominado “hospedaje mascogo”, el que presume que se construyó con recursos del gobierno federal, en una “cabaña” que lo que tiene de atractivo es su techo de lámina de ese que los locales usan para demostrarle a los visitantes que se calienta tanto que cuece un huevo nomás del puro sol. Eso más una decoración en la que, a falta de otra cosa, pusieron unos huaraches originales, como si hubiera de otros, en lo que dice es la apuesta de la 4T para detonar el turismo en la zona. Lo mínimo que pensó la gente que vio el video es, Coahuila ahogado en problemas, AHMSA, carbón, coronavirus, y el señor paseándose por donde no lo encuentren los que exigen soluciones. Lo dicho, las redes, no son lo de Reyes Flores.

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