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Cambia Morena de caballo en Coahuila a la mitad del camino

Por Horacio Cárdenas Zardoni.-

Reyes Flores dejó la “superdelegación” a mitad del camino, cuando más lo necesitaba Armando Guadiana. El gobierno federal decidió dejar ese encargo a Claudia Garza del Toro.

Dice un viejísimo dicho popular, que no se debe cambiar de caballo a la mitad del río. Tan antiguo es el consejo, que habla de caballos, no habla de bicicletas, de motos, de automóviles, ni de ningún otro tipo de vehículo fabricado por el hombre, además de que habla de ríos, refiriéndonos a una época en la que el agua corría libremente por el paisaje, si no de manera permanente, sí con una frecuencia notable y con un volumen de la corriente lo suficientemente respetable como para hacer recomendable no andar haciendo faramallas que en vez de mejorar las posibilidades de cruzar hasta la otra orilla con éxito, la pone en riesgo.

Mal que bien el cuaco que en el que veníamos montados, nos mereció la confianza de parte del trayecto anterior, y también para intentar atravesar un curso de agua, y suponiendo que nos importaran los sentimientos de los animales, ¿qué cree que sentiría un caballo de que a medio río lo desechen, para sustituirlo con otro?, ahora que… ¿y quién nos da la seguridad de que el caballo nuevo es más fuerte, está más descansado, tiene la actitud correcta, para primero, participar en la maniobra del cambio de jinete en las peores condiciones posibles, y segundo, en llevarlo a lomo hasta el otro lado?, nadie.

Pues algo así es lo que ha decidido el gobierno federal hacer con la delegación de la secretaría de Bienestar, o mejor dicho, con la superdelegación del poder ejecutivo en el estado de Coahuila. Durante mucho tiempo, prácticamente desde que asumió la dependencia, se habló de que la persona designada, Reyes Flores Hurtado, sería pronto sustituida por cualquier otro u otra, atendiendo a que aquel nunca pudo manejar correctamente las distintas áreas que quedaban subordinadas a él, además de que, nadie puede decir, ni al principio del sexenio ni ahora, que Reyes, político de extracción panista, y sumado con calzador a la cuarta transformación, fuera un morenista químicamente puro, suponiendo que esta categoría existiera, no tampoco estrictamente un hombre cercano al presidente López Obrador.

Como suele ocurrir, a la hora que el mandatario comenzó a barajar sus perfiles para ocupar los distintos puestos de su administración, se topó con que coahuilenses entre sus seguidores, no había demasiados, estaba Javier Guerrero, estaba Mejía Berdeja, quien no presumía de su origen coahuilense sino guerrerense, estaban los panistas, perredistas, priístas que se habían fugado de sus partidos de origen para treparse al tren de la cuarta transformación, pero así como que cercanos, no mucho. Total que la designación recayó en un personaje medio gris, con la consigna de: no me molestes con problemas.

Y así se desempeñó, grismente, cuando que Flores Hurtado era el hombre más poderoso en Coahuila después del gobernador, o a veces compitiendo con él con ventaja, lo cual lo sirvió para poco o nada. Así como que diga que Reyes traía todas las canicas, pues no, y ahora que dejó la superdelegación, pues menos, la atención se centra en su sucesora en el puesto, Claudia Garza del Toro, un nombramiento que parecería inexplicable atendiendo a sus antecedentes tanto partidistas como parte del gobierno federal, administrando los programas federales en la región centro, una zona crítica y a la que se le debió poner particular atención, dada la agenda presidencial de destruir Altos Hornos de México, la población quedaría expuesta al empobrecimiento, la inseguridad, la migración, la desesperación… y no, aquello se convirtió en foco de escándalos, protestas, señalamientos de malos manejos y corrupción.

Visto desde un punto de vista estratégico, la secretaría del bienestar, sus delegaciones, la coordinación de programas federales, se ideó y se estructuró como el brazo político, económico y electoral del régimen, pues sí, pero al menos en Coahuila no funcionó como se esperaba, la superdelegación se convirtió más en fuente de problemas que como de una sola solución que le importaba al presidente, ganar adeptos, simpatizantes y ultimadamente votos a favor de MORENA.

Pero bueno, si una ventaja tenía Reyes sobre cualquier otro morenista, era que ya había llevado el jinete a la mitad del río, y ahora se entera que ¿qué crees?, que estás out.

Sí, es cierto que Flores Hurtado era desde el principio el suplente de Armando Guadiana Tijerina como senador de la República, y habiendo este dejado el escaño para buscar la gubernatura de Coahuila como candidato de MORENA, lo obvio es que fuera llamado al senado, nada más que el tiempo pasó y pasó, y no se le llamaba, ni aun cuando al partido presidencial más votos le hacían falta en el senado para la aprobación de los proyectos de reforma que enviaba el ejecutivo al legislativo. ¿Va a resultar que ahora sí tienen necesidad de sus servicios?

Aunque también existe la posibilidad de que ni a Mario Delgado Carrillo ni a Andrés Manuel López Obrador le hayan hecho gracia las críticas que hace un par de semanas lanzó en contra del proceso de selección de candidato a gobernador, en lo que fue interpretado como un ataque, no muy efectivo pero imposible de pasar por alto, del superdelegado, al candidato único, según la nomenclatura que se le ha dado de manera oficial, extraoficial o partidista, que ya ni sabemos quién.

Si no gustó y decidieron deshacerse de él, pues como que no es el mejor momento, Reyes como enemigo puede causar mucho daño, y resentido como sale, pues más. Pero lo peor es que llega en su lugar Claudia Garza, quien desde que era perredista, y luego como morenista, fue acusada de malos manejos de los dineros para el pago de los alimentos de los representantes de partido en los procesos electorales, ah, pero como cumple con  la descripción de puesto que exige López Obrador, el puesto fue suyo: 90% leal y 10% capaz… sí, nada más que nadie sería capaz de probar que esta señora es realmente fiel al presidente, al partido, al movimiento, a nadie más que a su bolsillo, y bueno, lo de capaz, todavía menos.

Si las cosas pintaban complicadas para MORENA antes del cambio de jamelgo a mitad del arroyo, ahora se han puesto más difíciles, ¿podrá Garza del Toro movilizar las fuerzas vivas de los beneficiarios de los programas sociales federales, a favor del candidato Guadiana?, si algo le ha faltado siempre, aparte de honradez, es mano izquierda,  indispensables para la misión que se le ha encomendado, bueno, eso si ya se enteró que es lo que se espera de ella.

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