Los privilegios de un presidente sinvergüenza

Por: Marco Tulio C.

Andrés Manuel López Obrador prometió, y sigue prometiendo, combatir enérgicamente la corrupción, y esa es una de las banderas más airosas de su campaña y forma de gobierno, lo cual nos obliga a averiguar qué hizo y ha hecho a ese respecto como gobernante.

Su principal operador político, de entonces y de ahora, es René Bejarano, quien, como es sabido, siendo su secretario particular hizo cuantiosos retiros de fondos negros, del contratista Carlos Ahumada para agilizarle pago de obras ejecutadas.

López Obrador nunca se deslindó de manera categórica de Bejarano, a quien benefició con un proceso que lo dejó libre en poco tiempo y acusó de que fue un complot “de la derecha”. Y, por supuesto, Bejarano siguió a su lado y sigue siendo una de las columnas fundamentales del “morenismo”, igual que su mujer, Dolores Padierna, de larga trayectoria como agitadora  y dirigente, en dos ocasiones, de las turbas de perredistas que tomaron el Congreso.

En ese mismo tenor, el funcionario que las pantallas nos mostraron en una mesa de juego VIP de un casino de las Vegas  se llama Gustavo Ponce y es a quien López Obrador puso al frente de la finanzas del Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Dicho señor estuvo preso en La Palma al ser descubiertos sus frecuentes traspasos en millones de dólares a Estados Unidos con los que pagaba cuantiosas deudas, como se comprobó con los videos que son de dominio público,  esa noche en que  las pantallas mostraban cómo dilapidaba el dinero de la nación, fuertes sumas de recursos provenientes del erario.

A dicho funcionario de primer nivel de su mal gobierno, López Obrador no lo arraigó ni le puso vigilancia para evitar que huyera, por lo que pudo regresar a limpiar su oficina y su casa de documentación reveladora de sus desfalcos, dándosele incluso oportunidad  para “defender” su conducta en declaraciones de televisión, y así mismo a dicho personaje ratero y corrupto, solapado por su jefe pronto quedó, en la campaña de Morena, en donde se esconden y actúan todos esos bandidos que son escoria para el país, como Mario Delgado, Fernández Noroña, Martí Batres, López Gatell, Claudia Sheinbaum, y todos esos ineptos, Y cobardes que saquean a nuestro país, mientras falsamente aducen ayudar a los más pobres.

Ahora bien, la Contraloría de López Obrador, en su época de Jefe de Gobierno en la Ciudad de México, y ahora como inútil Presidente de la República, quien todos los días miente, y como merolico afirma que  el mismo que va a limpiar de corrupción al gobierno, dicho mitómano hizo algo real para procesar y castigar los casos de Bejarano  y Ponce, claro que no lo hizo, porque él es el Jefe de esa pandilla de rateros y miserables corruptos.

Y como era de esperarse por quienes ya los conocemos, solo hizo mutis, concluyendo en no aplicar sanción alguna, de la misma manera dejó correr la corrupción de los taxis piratas, de los antros, de la venta de droga, de prostitución y de la corrupción burocrática en las delegaciones, y ahora en todas las dependencias del Gobierno Federal, donde las asignaciones directas de obras y servicios, dejan mucho que ver en la trasparencia pues solo sirve para beneficiar a amigos y cómplices de su raterio.

Son evidentes los privilegios de sus hijos y de sus hermanos, quienes ahora son los nuevos millonarios mexicanos, sin haber trabajado un solo día para ganarse un sustento honesto, pues no se les conoce a ninguno de ellos una forma honesta de vivir, y ahora desde la Presidencia de la República, viven de todos los privilegios que ningún mortal podrá disfrutar, lo cual es categórico, que solo son una plaga de roedores, que se comerán y contaminaran todo lo que tengan a su alrededor.

Lo anterior son sólo ejemplos evidentes de que quien ahora es el Presidente de la República, López Obrador, quien proviene de los extractos más sucios de la gobernabilidad y carece totalmente de la voluntad y de la capacidad necesarias para limpiar a México de la corrupción pública y privada que todo lo envuelven.

El nefasto personaje en mención, solo es un merolico que cada vez que habla y pronuncia una palabra, es para decir más mentiras, las cuales el verdadero pueblo y ciudadanía consciente, ya no debemos estar dispuestos a soportarlo, salvo sus peleles seguidores, cómplices de su corrupción, ratería e inequidad.

Solo recordemos como un hecho histórico más de su conducta ilegal, a las falsas promesas de respetar al Poder Legislativo, que cuando se iba a votar la reforma del artículo 123 de la Constitución para que la hoy ciudad de México, antes Distrito Federal, participara  en el pago de la Educación en la capital, como ocurre en los estados, el PRD tomó por la fuerza la Cámara de Diputados, en dos ocasiones, e introducidas las turbas por Dolores Padierna a quien dirigía Martín Batres por radio desde la Subsecretaría de Gobierno, como se comprobó por una grabación hecha pública, es decir, desde  el Poder Ejecutivo de lo que era D.F., Martí Batres usó a Diputados locales para sabotear al Poder Legislativo Federal en dos ocasiones, y así impedir una votación contra sus intereses, eso lo vimos todos por televisión, y la pregunta lógica es,  ¿Cuál fue la sanción para Batres?  ¡Ninguna!

¿Bajo esas reales condiciones históricas, los Coahuilenses ninguna confianza deberíamos depositarles a López Obrador y su Frankenstein que es morena, así que, si usted no le dará esa confianza, yo tampoco, por lo tanto, ni un voto a Morena y sus Bandidos en la próxima elección en nuestro querido Estado de Coahuila?