ESPEJO CÓNCAVO…
Por Roberto Adrián Morales.-

Un voto es un voto, si la aritmética y las matemáticas no mienten, y como tal tiene un valor específico. Es por esa razón que mi voto, bajo ninguna circunstancia, servirá para que en Coahuila gobierne la izquierda que ha llevado al país a la destrucción, al borde de un barranco social y al punto de un enfrentamiento entre pobres y ricos.
No me interesa saber si es Juan de las Cuerdas o Paquita la de la esquina los que son los candidatos de los partidos de izquierda, porque, definitivamente no votaré por ninguno de ellos.
¿Quieren saber las causas? Sencillo. Coahuila no está preparado para la destrucción de sus instituciones y para aplicar las medidas enfermizas que dictan desde Palacio Nacional para aplastar con la miseria a cuanto pueblo se pone enfrente.
No. Coahuila no merece eso, y lo digo porque formo parte de este Coahuila poblado de gente luchona y trabajadora que día a día es “aspiracionista” aunque les duela a esos de la izquierda. Todos los días veo caminar a los jóvenes rumbo a sus escuelas, a sus universidades y me pregunto ¿qué pasará el día en que estos muchachos en lugar de aprender a hacer cirugías, estudiar leyes, imbuirse en las ciencias, dedicaran su tiempo a desgraciar el cerebro con ideas de izquierda y a volverse otros más de los que reciben migajas del presupuesto que le es arrebatado a los estados.
Mi voto no servirá para alimentar a los cuervos, para destruir a la sociedad, para hacer una fábrica de pobres y holgazanes.
Con todo y sus problemas, Coahuila es un estado fortalecido, con todo y las deudas, con todo y los recortes presupuestales, sigue avanzando.
No imagino un gobierno controlado por la izquierda que lo primero que hará es cerrar la Universidad Autónoma de Coahuila para abrirle las puertas a su Frankenstein de pseudo escuelas en donde no hay maestros ni estudiantes ni nada, como sucede en La Laguna y en Piedras Negras, donde construyeron monumentos a lo absurdo.
O que busque apoderarse de las empresas que dan trabajo a miles de trabajadores, como lo han intentado hacer con Altos Hornos de México sin importar que los obreros queden sin empleo y pasen a engrosar las filas del desempleo, aunque a engrosar las filas de los holgazanes que reciben dádivas asistencialistas, como sucede en los estados del sur del país.
Pero lo más grave, lo más peligroso para los coahuilenses es que llegue a gobernar la izquierda porque sería tanto como destruir los escudos protectores que hoy cuidan a la población de la delincuencia organizada que ya ha sentado sus bases en estados vecinos como los de Zacatecas y San Luis Potosí. De los de más abajo en el mapa de la República, ni hablar. Todo está en manos de los criminales que hacen y deshacen gracias a la protección de la izquierda.
En menos de cinco años, la cantidad de muertos que ha dejado la política de “abrazos no balazos” es mayor a la guerra entre Rusia y Ucrania, pero dicen que vamos avanzando, al menos sí en la cifra que ya rebasó los 151 mil muertos.
Definitivamente, No. No es tiempo de equivocarse. La izquierda destructora no merece un solo voto, al menos no en Coahuila.
Se me hace que son los que están haciendo unos cursos para dejar que el PRI siga gobernado, son tan chistosos.