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Poder contra poder

BAILE Y COCHINO…          

Por Horacio Cárdenas Zardoni.-

La diputada Edna Dávalos pide ayuda a CFE para solucionar problemas de apagones en el sur de Coahuila.

México y las democracias al estilo mexicano, o francés, o donde quiera que se haya originado y donde se aplique el principio de la división de poderes, no la tienen fácil. ¿Hasta dónde un poder es autónomo de los otros dos, o tres, o los que sean?, y antes que responder a esto está la cuestión nada menor de ¿existe un poder que esté por encima de los demás, o por el contrario, deben considerarse equivalentes uno de otro?

Recordamos que durante muchos años en la Constitución General de la República estaba establecido que al faltar el presidente, quien asumía el poder era el presidente de la Suprema Corte de Justicia  de la Nación, de hecho se suele mencionar que de esa y no de otra manera, llegó Benito Juárez al poder, la primera vez, pero al parecer luego de tantas modificaciones que se le han hecho a la Constitución, y viéndolo más como un asunto político que uno de administración pública, se habría cambiado para que quien quede en la presidencia, al fallecer, enfermar gravemente o renunciar el mandatario constitucional, deba ser el secretario o secretaria de gobernación quien asuma la magistratura.  

Lo interesante de la disposición anterior era que, política aparte, había una transferencia del mandato entre dos poderes distintos, que podían tener mucho o poco que ver, mucha o poca afinidad, pero que dejaba en claro que, en esos momentos críticos, lo que importaba era la continuidad en el gobierno y en la república, no las grillas y las amistades entre unos y otros.

Hoy lo que cuenta es “el legado”, que el presidente que fallece o enferma, pueda estar tranquilo de que su sucesor vaya a querer cancelar todos los supuestos o reales beneficios que había puesto en marcha para el país.  

Para la hora de leer estas líneas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya respondió al “escrito” enviado por la secretaria de gobernación a nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien les pide explicaciones de por qué ganan más que él, en lo que se supone, supone él, que es una violación al artículo 27 Constitucional, algo que tendrán que ser los propios ministros los que decidan si es o no es, y dependiendo de eso, si merece que le respondan a gobernación, y esta vaya con el chisme al presidente.  

La relación entre los poderes nunca es sencilla, demanda mucha mano izquierda, eso pensando en que se trata de iguales, en cuanto a que todos son servidores públicos, y en cuanto que son seres humanos, fuera de eso, seguro que cada político enquistado en la jerarquía del ejecutivo, del legislativo y del judicial, estará seguro que él y no otro, es quien manda o debería mandar, obvio, los demás quedando reducidos a obedecer, bien y rápido.  

A lo mejor es usted de los que recuerda cuando el poder público era monolítico, independientemente de dónde estuviera ubicado un político, se reconocían entre ellos como parte de una sola estructura, a la cual más le valía trabajar junta, sin enfrentamientos, sin pleitos, por el simple hecho de que lo contrario podía tener repercusiones indeseadas para todos los que anduvieran sintiéndose y portándose muy gallitos. Mejor actuar con inteligencia, y llevando la fiesta en paz, era probable que a todos nos fuera bien, no solo a ellos, sino también a los ciudadanos.  

La semana pasada en el Congreso del Estado de Coahuila, la diputada Edna Dávalos presentó un punto de acuerdo que fue aprobado, en el cual la legislatura estatal exhorta a la Comisión Federal de Electricidad, a atender el espinoso tema de los apagones y las fallas en el servicio eléctrico, específicamente en el municipio de General Cepeda.  

No creemos que General Cepeda esté peor que Saltillo, Ramos Arizpe, Arteaga o Parras de la Fuente, a los que mencionamos además por estar en la misma región sureste, y si a esas vamos, General Cepeda tiene menos población y menos industria que los otros mencionados, donde las continuas fallas han ocasionado millonarias pérdidas a la industria, amén de molestia y perjuicios a la población, pero bueno, así se presentó el acuerdo y así pasó, y a como están las cosas, antes que se corrija lo que pasa en General, habrá oportunidades suficientes para quejarse de cómo están los demás, elevando los exhortos hasta el Congreso de la Unión, de camino al cielo, a ver si allá sí los escuchan.  

¿Qué posibilidades hay de que una legislatura estatal, en este caso la de Coahuila, puedan generar y recibir la atención de la segunda empresa más grande y emproblemada del país?    

Desafortunadamente pensamos que pocas. Nada más por ponerlo en negro sobre blanco, estamos hablando del pleno del poder legislativo de un estado libre, soberano e independiente, que de manera respetuosa acude ante una importante, pero subordinada dependencia del poder ejecutivo de la federación, a la que ambas, es más, todos, pertenecemos.  

Solo por eso, la CFE debería dar debido trámite a la petición del congreso coahuilense, pero como sabemos, estamos en México, en el México de la cuarta transformación, en el que lo que menos importa es la civilidad entre ciudadanos, burocracias y poderes.  

¿Qué los cepedenses la están pasando mal por culpa de la Comisión?, seguro que sí, pero pregúntenle como les va a los parrenses, a los saltillenses, a los habitantes de cualquier municipio del estado, donde se han venido registrando cortes de energía, atribuidos casi siempre, a sobrecarga de las líneas, lo que equivale a decir que es culpa de los ciudadanos, nunca de la empresa de gobierno, que así se la barre con la mayor tranquilidad del mundo. Si se sobrecargan las líneas y se botan los transformadores, o lo que sea, es porque están usando luz de más, usen menos y ya verán como todo se restablece, sí, pero… el calor está del cocol, bueno, pues ya saben a qué atenerse, porque más luz nomás no hay, ni modo de ir ahorita con Iberdrola y con todos esos fifís que querían conectar sus parques eólicos y sus parques solares a la red nacional, pagando cacahuates por la interconexión, y seguir haciéndose millonarios.  

La verdad es que ni queriendo, podría la CFE incrementar la energía, la razón es que no hay capacidad para producirla y transportarla, y ni hablar de almacenarla, que allí ya estamos en el terreno de los imposibles.   Todavía recordamos que cuando Armando Guadiana era de los hombres fuertes de la 4T, era recibido con los brazos abiertos por Manuel Bartlett, su director general, y no por ello consiguió mejores condiciones para la venta de carbón a la paraestatal, eso entre otras peticiones que hizo en su calidad de senador, pero tampoco podemos decir que sus gestiones hayan sido un éxito, ni de lejos. Se le dio el trato amable, hasta selfie con Bartlett, pero fuera de eso nada.

Ahora toca a la legislatura estatal ir a tratar de trepar el muro, a ver qué consiguen, si es que algo.   Ya lo estaremos viendo pronto, eso y qué le dice la corte al presidente, y no, ninguno de los temas en disputa, pinta bien para nadie.

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