
En Parras es notable la Transformación. El gobernador Miguel Riquelme y Fernando Orozco entregan obras.
Por: J. Alfredo Reyes.-
La leyenda que durante muchos años acompañó a la pequeña ciudad inglesa de Nottingham fue la del bandido Robin Hood. Pero luego esa fama se convirtió en un obstáculo para atraer a los inversionistas alemanes y japoneses en la era tecnológica a los bosques de Sherwood, donde el famoso forajido robaba a los ricos para repartir a los pobres.
Esa mala fama socialista era veneno para los inversionistas tecnológicos.
Y fue el alcalde (Sheriff) Roderik Greensmith y su consejo municipal los que decidieron acabar con esa fama negra del bandido como símbolo de la ciudad y que no era bien visto por los capitalistas para lo cual, contrataron empresas de publicidad y lograron impulsar una frase sencilla ajena a las redenciones socialistas; Notingham First. “Primero Notingham”, en temas de respeto a la ley, el orden y la consecución del progreso. Campaña que insiste en que los ladrones son motivo de vergüenza y no de orgullo, como solían presumir los últimos alcaldes de Parras desde el año 2000.
Y es que en Parras hubo alcaldes que siendo ricos asaltaron a los pobres para ellos hacerse más ricos, contrario a la leyenda de Robin Hood. Como ese avariento que hoy vaga por ahí perseguido por sus propios pasos. Con un brazalete electrónico como el último de sus amigos. Una vergüenza municipal.
Fueron dos décadas de saqueo y atraso para el pueblo mágico que tanto batalló para terminar con el estúpido mito de que si alguien es rico no tiene la necesidad de robar.
Hoy en Parras es notable la transformación que realiza el político Fernando Orozco Lara, un alcalde diferente a los que desde hace algunos años le precedieron. Parece sencillo pero es algo muy complejo el ir reconstruyendo años de abusos, omisiones, saqueos, tinieblas e inseguridad.
Y nos referimos a las tinieblas porque Parras durante todos los años inútiles en que parasitó el Partido Verde Ecologista de México, fue un pueblo sin alumbrado público a pesar de que en cada casa con contrato de luz con la CFE se pagaba un impuesto para ese servicio, algo que siempre se esfumó
Y es que Fernando Orozco Lara tiene esa visión vertical de los asuntos públicos tratados de una manera políticamente correcta.
Pero es claro que lo más grande de Parras de la Fuente es su gente, su pueblo, sus fuerzas vivas que lo han hecho sobrevivir a sus últimos alcaldes nefastos con igual estoicismo con que nuestro pueblo resistió la peste, la tuberculosis o la viruela loca, lo cual fue más fácil que defenderse del avariento, del Coco, el Guachi, Ramiro o Paulino, verdaderos fentanilos sociales, la peor droga que atacó a los parrenses en su historia, porque lo hicieron desde adentro, desde el interior de la presidencia municipal.
Hoy Parras es un emporio turístico gracias a la promoción, a la vocación, a los excelentes servicios con que esa nueva rama empresarial ha sustituido la antigua vocación textil del municipio que tuvo que reconvertirse y, ya lo vemos, de mane exitosa.
Aquí propusimos hace muchos años la vendimia al estilo de Baja California. Hoy ya vemos que con la señora Olga Lara en la promoción turística ya es una realidad. Hay vendimias en el Rincón del Montero, Las Pudencianas, El Marqués, Casa Madero, Marqués de Aguayo y Perote, Bodegas Rivero González, Parvada, Sotelo y La UTP.
Parras se está transformando para bien. Con seguridad, paz y progreso. ¡Enhorabuena!
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