ESPEJO CÓNCAVO…
Por Roberto Adrián Morales.-
El alcalde de Arteaga, Ramiro Durán, no será reelecto para ese cargo debido a su proclividad a agredir al pueblo, para lo que utiliza a sus policías y, además, por su desmedida ambición que lo ha llevado a convertirse, junto con su camarilla, en una especie de cartel que ha impuesto cobros por derecho de piso entre quienes tienen la ocurrencia de construir una cabaña para disfrutar los fines de semana del clima y naturaleza de la sierra.
Es tal el ansia de allegarse dinero fácil que el edil anda con las uñas muy afiladas y quiere que todo mundo lleve el diezmo hasta sus bolsillos, que no a la tesorería municipal.
Pero vamos por partes, si a este abuso de poder deleznable, esos ataques al pueblo, que ya no lo quiere, y esa corrupción que campea en Arteaga, se puede comentar en partes. Pues se trata de un todo en uno.
Este alcaldete de marras, al que le heredaron el puesto sus parientes los Durán, que mantienen asolados a los arteaguenses desde hace ya varios años, parece que ya sabe que el próximo año se va, que el voto de los ciudadanos será para cualquier persona, menos para quien se apellide Durán, por aquello de que, por tres años más, sigan manteniendo el rumbo delincuencial con que actualmente opera el ayuntamiento.
Un caso concreto de esos abusos de poder tocó vivirlo en carne propia a la familia De la Cruz, porque Cayetano Sr. tuvo la ingrata ocurrencia de tomarse unas cervezas y hablar verdades de Ramiro, además de afirmar que ninguno de su prole, con mayoría de edad, irá a votar nuevamente por este político que resultó más falso que una mañanera de López Obrador.
Y sí, el lengualarga de Cayetano de la Cruz más tardó en llegar a su casa que los policías en invadirla y golpear a su familia. Así se vive en Arteaga. O se pliegan a los deseos y exigencias de este pillo en mala hora electo como alcalde, o se atienen a las consecuencias, como ocurrió con la familia De la Cruz en donde hasta una menor de edad fue esposada por los policías que, a pie juntillas, siguieron las instrucciones de su patrón. Ya cuando hubo “montón” de ciudadanos, los policías llamaron al “jefe”, le informaron que había muchas mujeres y pidieron nuevas instrucciones. Inclusive preguntaron si “cargaban” con todas directo a la ergástula municipal. Un poco de prudencia corrió por las pocas neuronas de Ramiro Duran y ordenó que los dejaran en paz, aunque con la idea de que habría ajuste de cuentas contra Cayetano.
Ya después, en una improvisada conferencia de prensa, el alcalde dio su versión, que si Cayetano andaba borracho, que si chocó una camioneta, que si huyó del lugar y lo persiguieron los policías. Y así, una mentira sobre otra para tratar de diluir ante la opinión pública el uso abusivo e ilegal de la fuerza pública.
Y después de un hecho más de violencia contra los arteaguenses, ¿en verdad cree este Ramiro Durán que tendrá todo para reelegirse como alcalde?
Yo no volvería a votar por él y creo que nadie lo hará, bueno si hay quien emitiría uno que otro sufragio: sus 40 ladrones.
De los abusos y cobros de cuotas, habrá tiempo para comentar.
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