ESPEJO CÓNCAVO
Por Roberto Adrián Morales.-

Las campañas adelantadas rumbo a la Presidencia de México, de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, se semejan en una cosa: nomás no prenden. La sociedad muestra apatía y desdeña las invitaciones a actos públicos y los que llegan a estar presentes, obligados por los beneficios de los programas sociales, lo hacen solo para reclamar, criticar y abuchearlas, como ha sucedido en algunos aeropuertos del país.
Ante ese crítico panorama, el inquilino de Palacio Nacional sigue analizando las posibilidades que tiene la candidata de Morena para ganar en las urnas. Sabedor, cual viejo grillo de la política mexicana, que las cosas no marchan bien, López volvió a engrasar su “Plan B” que descansa en preparar, por si las dudas, a quien desde siempre es su verdadero alfil: Marcelo Ebrard Casaubón.
Recordemos el experimento que llevó a cabo el gobierno de la Cuarta Transformación en Coahuila. Para nadie es secreto que el senador Armando Guadiana Tijerina fue sacrificado en aras de saber qué sucedería si Morena se partiera en dos. El Partido del Trabajo se prestó a ese juego perverso y, aunque intentó por todos los medios posibles, hacer creer que su candidato, un personaje gris, vinculado a grupos delincuenciales de Guerrero, era legítimo, todos saben que ese organismo político no se mueve sin la orden del que manda en el país.
Así de sencillo, el PT utilizó a un títere del sistema para la “investigación de campo” que tiene el objetivo de llevar al exsecretario de Relaciones Exteriores a sentarse en la silla presidencial.
Eso lo sabe Movimiento Ciudadano, que también se pliega a los designios presidenciales, por ahora. Pues sabe que esa será la única manera de alcanzar el poder para acabar, aparentemente, con Morena. De ahí que mantenga las puertas abiertas hasta donde alcance a estirar la liga.
Las exigencias de Marcelo Ebrard, “Gordo”, diría Brozo, el payaso tenebrozo, ante las autoridades del Tribunal Electoral tienen una finalidad: mantener vivo su movimiento hasta que llegue el momento de definiciones, que no será sino hasta fin de año o inicios de enero.
En el equipo de Claudia Sheinbaum hay preocupación. Saben que, con todo y los cientos de millones de pesos que le inyectan a la pre campaña de su candidatura nomás no prende, no levanta, inclusive se habla de que algunos de sus “seguidores” ya se preparan para migrar a las filas del ebrardismo. Tuvo su oportunidad de oro y la echó a perder. Tal como sucedió con Guadiana en Coahuila. Uno sabía a lo que se enfrentaba y lucho por sacudirse esa presión interna. La otra, debe irse preparando pues ya no tiene nada seguro.
Mientras eso sucede en Morena, la representante del Frente Amplio por México Xóchitl Gálvez observa como los partidos políticos que la postularon han diluido su apoyo, los “enemigos” han dejado de atacarla y ahora ya no sabe de qué o de quién defenderse.
Y pide, como aquellos políticos de la vieja guardia cuando nadie los mencionaba: “Que hablen mal, que hablen bien… ¡pero que hablen!”
Total, todo indica que el sastre López de Palacio Nacional ya está cosiendo el traje a la medida de Marcelo Ebrard para que lo use en el 2024.
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