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Que renuncien los incompetentes

BAILE Y COCHINO…

Por Horacio Cárdenas Zardoni.-

Será que nosotros venimos de una época en la que estaba prohibido decir que no…

Déjese que hubiera defensoría del trabajador, que existieran comisiones de derechos humanos, que pudiera uno quejarse de un superior, fuera en la casa, en la escuela, en el trabajo, la situación estaba planteada desde antes de haber uno expresado su queja, el superior tenía la razón, y el subordinado tenía que apegarse a ese precepto.

Si esto era válido para las empresas privadas, lo era muchísimo más. No hablemos del ejército, donde la obediencia es ciega, y el cumplimiento de órdenes sin cuestionarlas, una forma de vida, pero también los servidores públicos estaban hechos a esa dinámica. Lo que dijera el superior, estaba bien dicho, lo que ordenara había que cumplirlo, así contraviniera reglamentos, disposiciones administrativas y las mismas leyes, si alguien sabía lo que estaba haciendo, ese era el superior, y los de abajo tenían que acatar.

Alguien con un cierto sentido del humor medio rebuscado y bastante negro lo supo expresar bastante claridosamente: el único derecho del burócrata es a renunciar…

Claro, en cualquier momento lo podían correr a uno, por la razón que fuera, pero obvio, si demostraba uno que podía hacer su trabajo a la altura de lo que se le exigía, tenía más probabilidades de mantenerse en el empleo indefinidamente. Ejemplos de cómo se exigía a los servidores públicos mucho más de lo que era estrictamente su función, sobran, todo el mundo que pasó por alguna dependencia de gobierno podrá contar un sinfín de casos en los que pensó, pero no se atrevió a decir como ahora: eso no está dentro de mi perfil de puesto…

Hoy las cosas son muy distintas. Cualquier funcionario o empleado puede negarse a hacer su trabajo, negarse ante su superior inmediato o ante el titular de la dependencia, y no pasa nada. Hoy el burócrata se porta como la imagen tradicional que se ha tenido de estos a lo largo de los años, alguien que no trabaja, cuando lo llega a hacer lo hace bastante lento y mal, cuando no se corrompe, además de que dispone de montón de recursos para apelar que se le esté llamando a cuentas o simplemente exigiendo que cumpla con lo que se espera de él o ella.

En días pasados nos enteramos de un caso, de un caso más, de esta nueva realidad, la de un funcionario del ayuntamiento de Saltillo, que se declara, a él, al puesto que ocupa y a la dependencia que pertenece, como incompetentes ante una situación de trabajo que, por lo demás, entra en la órbita de sus funciones.

De quien estamos hablando es del arquitecto Juan Fernando Pérez Charles, quien se desempeña como subdirector, adscrito a la Dirección de Desarrollo Urbano del ya citado ayuntamiento de la capital del estado de Coahuila.

La historia es más o menos esta, una comisión de vecinos del norte de la ciudad, concretamente habitantes de las colonias Jardín, Parques, Ángeles y Jardín Oriente acudieron a las oficinas de Desarrollo Urbano, luego de, como suele sucederle a todo ciudadano, peregrinar por distintas áreas de la burocracia municipal, comenzando por Obras Públicas, el cabildo, hasta llegar a la oficina de José Antonio Lazcano Ponce, quien cuando vio mucha gente y siendo la clase de político que es, o quiere ser, se decidió a atenderlos en persona, que acá entre nos, fue la primera y única ocasión, porque después de esa, y enterarse de lo que se trataba, ha delegado en sus subordinados, que para eso están, el darles coba, diferente a darle solución a sus inquietudes y demandas.

Lo que querían, y siguen queriendo los representantes de las colonias mencionadas, es poder disponer del documento aprobado por el consejo de desarrollo urbano, por el cabildo de Saltillo, o por cualquier otra instancia, del Plan Parcial (o especial) de Desarrollo Urbano del polígono conocido como Parque Centro, ubicado en colindancia de las colonias en las que habitan, al estar preocupados por las afectaciones que ya han estado resintiendo, y las que pudieran venir en el futuro próximo, pues según se ha publicado en la prensa por parte de los desarrolladores de Parque Centro, se trata de construir 900 departamentos en diez torres, de las cuales ya está la primera ocupada y la segunda en proceso. La principal preocupación de los vecinos, no la única, es el tema de la vialidad, ¿por dónde van a entrar y salir entre mil y dos mil carros de los propietarios, más los de los que presten servicios a los departamentos?

A Lazcano, el político, se le salió decir, en confianza, que en el plan parcial estaban contempladas cuatro salidas, dos por la calle Sauce, dos por la Colonia Parques, que ahorita son calles cerradas, y una más por la calle Leones, que ya está funcionando sin permiso. A la hora de mostrar el documento el director se rajó, viendo que la cosa iba en serio, y no una conversación “de amigos”.

Eso fue por allá por julio. De entonces para acá, los representantes vecinales han entregado cuatro solicitudes por escrito del documento, así como han solicitado primero y exigido después, que no se autoricen las cuatro salidas mencionadas, pues afectarán la vialidad de una calle estrecha, que es Sauce, la famosa calle del Árbol, y la privacidad del fraccionamiento Parques, que es cerrado… y quieren abrir.

Bueno, pues, atingentemente el subdirector del área, el arq. Juan Fernando Pérez Charles, es al que le ha tocado capotear el temporal, no precisamente de la mejor manera posible: se ha enojado, ha querido salir por piernas de las reuniones, ha tratado de chantajear a los asistentes, no queriendo contradecir a su superior, ha dicho desconocer lo del plan especial, así como lo de las entradas y salidas autorizadas, pese a que él, él y no otro, ocupaba el puesto que hoy detenta Lazcano cuando se autorizó el Plan Parcial en el año 2015, durante la administración de Isidro López Villarreal en la que ambos eran directores, de que sabe y sabía, sabía y sabe.

La última fue que Pérez Charles respondió lo ya dicho, se declara incompetente para atender las demandas de los ciudadanos. Ah sí… ¿y luego?, ¿la autoridad se declara incompetente y ya con eso se resolvió la cuestión, o sea se quedan las cosas como están?

Pues no, la cosa no es así: si antes uno burócrata se declaraba incompetente, en ese momento se le despedía, o para no caer en cosas que mancharan su currículum y expediente, se le permitía renunciar.

Bueno, pues estamos esperando el despido o la renuncia de quien clara, abierta y además por escrito, se declara incompetente de lo que es su trabajo, cancelar las salidas por Sauce, Leones y Parques, y obligar al fraccionador, a usar sus propias vías de acceso, concretamente el elegante bulevar Galerías…

¿Qué se va a dañar el asfalto, el mármol que pusieron, con el paso de camiones pesados?, tienen años dañando las calles de las citadas colonias y ni un bache han ayudado a tapar. Eso para que los compradores de sus exclusivos “depas” vayan sabiendo de a cómo les va a tocar: todo su tránsito por Galerías, ese que topa en el atorón de Venustiano Carranza de un lado y en el otro atorón de Nazario Ortiz, a ver cuántos se les venden.

Como ciudadanos que somos, exigimos las renuncias de Pérez Charles y Lazcano Ponce en este instante. Eso para que nos eviten la pena de declararnos nosotros también, incompetentes para seguirles pagando sus cómodos salarios, que está perfectamente demostrado, no se merecen ni se están ganando.  Estamos esperando.

One thought on “Que renuncien los incompetentes

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  1. El Plan de Desarrollo Urbano se traza con el fin de que los involucrados en las obras nuevas sean trabajadoras municipales ,propietarios de la obra y ciudadanos recidentes vecinos no sufran daños en sus propiedades ni en su diario vivir , las tres partes deben estar enteradas y en completo acuerdo del Plan. De Desarrollo parcial y totalmente respetando el derecho de quienes tienen antigüedad de vivir y ser propietarios de las viviendas en las colonias vecinas al proyecto inmobiliario en desarrollo .Las autoridades Municipales son responsable de mantener el órden, respeto y la vida en armonía de todos los ciudadanos. De lo contrario no son dignos representantes del pueblo que les encomendó la tarea de la Administración Pública Municipal . Cómo ciudadanos tiene el derecho a manifestar su legítima inconformidad de los hechos que les afectan de forma directa hasta encontrar la solución justa a sus demandas. Unicamente unidos y organizados así como son ustedes buenos vecinos , encontrarán la fuerza para lograr ser respetados. Adelante con su defensa ciudadana .

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