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La Notificación

BAILE Y COCHINO…

Por: Horacio Cárdenas Zardoni.-

Fachada de la Clínica de la Sección 38 del SNTE. (Foto Facebook Sección 38).

La burocracia para eso se pinta sola, para inventarse palabras y nombres nuevos, muy elegantes y pomadosos, pero que de forma edulcorada, homogenizada y pasteurizada, le quitan el significado a las cosas… o al menos eso es lo que quisieran, porque ya ve como es la gente, a los pocos días, si no es que a las poquitas horas, ya las nuevas palabras y expresiones tienen la misma connotación que aquellas que vinieron a sustituir, si no es que las adaptamos con algún chiste, chascarrillo o hasta intención alburera.

Cuando éramos chicos, los que no veían eran ciegos, los que no escuchaban eran sordos, y así con cada trágico padecimiento del cuerpo y la mente humana, cuando alguien hablaba de un paralítico, entendía a la primera de qué se trataba. Ahora no, con tantos eufemismos suavecitos, nos tardamos un rato en saber a ciencia cierta qué es un minusválido, un discapacitado, un débil visual, alguien con capacidades diferentes, las cuales pueden ser inferiores, pero también superiores a las del promedio, sin que de estos últimos se ocupe nadie con el merecido interés, ahora hay que ponernos a averiguar que están queriendo decir con lo que están diciendo, o quizá más puntualmente, que es lo que están ocultando o dilatando para que no sepamos.

En días pasados apareció una nota en los medios de comunicación, se hacían eco de un boletín o comunicado que alguien escribió para que otros recibieran, y en buena hora consideró alguien que era indispensable darlo a conocer a la opinión pública, amén de los directamente interesados, o vale decir, afectados, porque estas cosas no deben quedarse así nomás.

El asunto podría parecer estrictamente local, de interés muy secundario para la sociedad en general, como no sea que está deba estar enterada y ocuparse de las cuestiones que afectan a un sector o minoría de entre el gran conjunto, no dejando a nadie fuera, y menos en casos en los que se advierte una clara injusticia.

De lo que estamos hablando es de que se dio a conocer un comunicado en el cual la dirección del Servicio Médico de la Sección 38 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, informaba a sus derechohabientes, que a partir de equis día y hasta nuevo aviso, se suspendían las cirugías en las clínicas que administra, así nomás. ¿Tenías cita programada para que te quitaran la vesícula, te hicieran un cateterismo, cualquiera del sin fin de enfermedades humanas que se resuelven o se aminoran mediante la intervención en el cuerpo de la persona afectada?, pues te esperas…

Operación en algún quirófano. Foto Redacción Médica.

Poniéndose un poco más guapos que de costumbre, en cuanto a amabilidad, que realmente no es su especialidad y les cuesta bastante trabajo, los administradores de la Sección 38, como cada vez menos cariñosamente conocen al Servicio Médico, que redactaron el comunicado, abundaron con que la decisión se debía a la falta de insumos y materiales para los quirófanos.

Ah bueno. si es así, está bien, es lo que pensaron que pensarían los profes, trabajadores, pensionados y derechohabientes, si no hay, pues ni modo, nos quedamos cada quien con su tumor, su obstrucción, su lo que sea que ameritara una intervención quirúrgica, hasta mejor, no fuera que lo metieran a usted al quirófano, lo abrieran en canal porque el equipo de laparoscopía no sirve y el médico que lo va a destazar es de los de antes, imagínese resultara que no había, no sé, yodo para desinfectar, aguja o hilo para suturar, anestesia para que no le duela o algún otro insumo, de los que suelen contarse por decenas o cientos en el funcionamiento cotidiano del área de cirugía de un hospital, así sea de medio pelo como los de la 38.

Pues no, la gente no tiene por qué contentarse con una explicación tan falta de sustancia como la de que no hay insumos… ¿por qué demonios no hay insumos, materiales, medicamentos en un Servicio Médico que se financia con el dinero que aportan los trabajadores?, y aquí estamos hablando de los trabajadores en activo que lo siguen aportando y también de los que en su momento se pensionaron, pero que durante su vida laboral de varias décadas, religiosamente les fue descontada la parte correspondiente al servicio médico, hicieran o no uso de él, la aportación se hizo para los casos de necesidad, que pudieran ser, como en cualquier otro ámbito, desde accidentes y atención de una sola vez, hasta el tratamiento de enfermedades crónico degenerativas, que demandan la dotación continua y permanente de medicación, a veces por el resto de la vida.

Suena burocrático ‘no hay insumos’ a lo que solo puede uno responder ‘sí ¿y?’, o ‘¿y luego?’

Desafortunadamente en México estamos demasiado acostumbrados a que la atención pública de las enfermedades depende de la disponibilidad de equipos, médicos y quirófanos, entre otros recursos.

En otros países, en Dinamarca para no ir más lejos y porque lo suele citar el presidente Andrés Manuel López Obrador cada vez que se acuerda del sistema de salud, que no es muy frecuentemente, si a uno le detectan un padecimiento, lo programan para cirugía de inmediato o casi.

Nos cuentan que sobre las carreteras y avenidas en Texas, aquí nomás brincando el río y si no lo atrapa la Migra, hay anuncios de hospitales y centros de salud que le ofrecen atención en estos términos: desde que llega hasta que está en presencia de un médico para que lo examine y diagnostique, no más de tres minutos ¿cuánto es lo que le toma a un paciente cualquiera que lo atienda su médico familiar o el médico general en el caso de la Sección 38?, pueden ser horas, eso para el primer contacto, y ya para algo de interés…

Lo comentan los derechohabientes del Servicio Médico del SNTE, ha habido no pocos casos de profesores y sus familiares que se han muerto mientras esperaban que les programaran una cirugía. Lo mismo pasa en el ISSSTE y en Seguro Social, casi podríamos apostar que existe una directiva, no escrita por supuesto, en la que alguien de autoridad dilata en el tiempo los exámenes, los estudios, por no hablar de las cirugías en sí, que para llegar a ellas, de veras que hay que haber recorrido un camino largo, largo, armado de una paciencia de santo.

Regresando a lo de la 38. Hace escasas semanas publicamos un artículo en el que hablábamos de una estrategia echada a volar por una de las instituciones dizque beneficiarias del servicio médico, se trataba y se trata de un seguro de gastos médicos menores y mayores, mediante el cual los contratantes pueden hacer uso de los mejores hospitales privados, siempre y cuando hayan cubierto las primas correspondientes, hasta eso no demasiado onerosas, en comparación con lo que les descuentan por concepto de servicio médico de la 38, que va a perderse quien sabe a donde, porque a la compra de insumos para el departamento de cirugía, allí nomás no llegan.

De esta manera están tratando de quitarle presión a un asunto que se torna explosivo.

Ya que de plano se hallan rendido, que suspendan las cirugías porque dadas las carencias, no hay garantía de que salga vivo y bien de su operación, punto y aparte de la capacidad del personal, que es otro cuento, sino solo porque no hay los requerimientos esenciales para su atención y supervivencia.

Si algo hay de peor en este asunto es la desfachatez: hasta nuevo aviso, ¿y eso es cuando, cuando todavía esté vivo el paciente, cuando todavía la intervención signifique más tiempo de vida, o simplemente nunca?, y repetimos ¿y luego?

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