En un abierto desafío al titular Poder Ejecutivo Estatal, el alcalde de Saltillo, Isidro López Villarreal, protege a algunos de sus funcionarios y policías y evita que sean sometidos a pruebas de Control y Confianza, que seguramente revelarían sus nexos con malandros, sus adicciones, sus conductas ilegales y enfermedades psicóticas.
Y en un mensaje directo y claro, el gobernador Rubén Moreira Valdez, le recordó al alcalde que solo son mandatarios y se tiene que ajustar a la ley, le pidió que no le saque la vuelta y que cumpla enviando a todos sus policías y funcionarios a los centros oficiales donde se aplican los exámenes de control y confianza, en especial a Jorge Salcido Urroz, quien es justamente quien opera el centro donde se encuentran las cámaras urbanas, capaces de espiar a la gente hasta dentro de sus dormitorios, salas, baños y cocinas.
El mandatario estatal advirtió sobre el posible mal uso de esas cámaras y por eso insistió en mandar a los centros de aplicación de los exámenes a Jorge Salcido Urroz, porque él puede, desde ese lugar espiar y usar todo el sistema para cometer delitos.
Pero al alcalde le vale sorbete y no se ajusta a la ley, con el argumento de que ya los evaluaron en un centro privado que se especializa en eso, pero la ley es muy clara y esos lugares no sirven para ese propósito y de ese modo no puede evadir la ley, ni seguir solapando y encubriendo a muchos de sus funcionarios y policías, sobre todo a gente como Salcido Urroz, quien cuenta con un negro historial por el robo de combustible a Petróleos Mexicanos y por las atrocidades que hizo en Saltillo contra, hombres, mujeres, niños y adultos mayores, a los que entraba hasta su casa para madrearlos.
Un psicópata como Salcido Urroz, nos vigila desde las cámaras urbanas y además de invadir la privacidad de la gente, violando la Constitución, también las puede usar como equipos de espionaje y todavía más, halconear para la delincuencia organizada, diciéndole donde puede golpear, a quien y en qué momento.
El alcalde sin embargo no muestra interés en transparentar su actuación y por el contrario se empeña en desafiar al gobernador, como lo hizo el viernes, cuando decidió despedir al comandante de los Groms, que si bien es cierto tuvo su origen en el municipio, en noviembre se firmó un convenio para transferirlo al gobierno del estado, del cual depende ahora.
De inmediato el Secretario General de Gobierno, Armando Luna Canales, mandó llamar al alcalde Isidro López Villarreal, quien salió del Palacio de Gobierno, como perro regañado, con la cola entre las patas, después de que se le hizo ver que no tiene facultades para hacer y deshacer y el panista echó reversa, aunque con su acción ahondó las diferencias que a cada día se hacían evidentes entre la administración estatal y municipal.
El gobernador en su enérgico mensaje, le recomendó también al alcalde que se asesore debidamente por gente que sepa de leyes y bien intencionada, y al parecer el alcalde ni siquiera se tomó la molestia de escuchar el consejo y sigue apoyándose en gente como Carlos Orta Canales, Zitamar Arellano Trueba y José Guadalupe Martínez Valero, quienes lo siguen incitando a meter la pata y a echarse enemigos de gratis, solo por su terquedad de no ver las cosas como son y no como creen que son.
De nada les sirvió la vergonzosa derrota electoral, en la que los coahuilenses les demostraron que no los aprueban y mucho menos los respalda, y sobre todo, que no los quieren, por las burradas que están cometiendo.
Pero además la actitud del alcalde es muy poco inteligente, porque con su cerrazón de no querer certificar a los malandros que tiene en las corporaciones policíacas, está provocando que no le lleguen recursos federales para el combate a la inseguridad, ya que desde México le pueden decir, Fulano de Tal fue investigado y tiene nexos con tal o cual grupo, si no lo corres, no recibes dinero.
Y bueno el que saldría perdiendo sería el pueblo saltillense que necesita que los avances en seguridad se mantengan y no sean flor de un día, porque en cualquier momento podría retornar la violencia y aumentar los eventos de la delincuencia organizada.
Si el alcalde persiste en su decisión de proteger a malandros dentro de la corporación corre el riesgo de que el Ejército, la Marina y la Policía Federal, tomen en mando de la seguridad y detengan, investiguen y procesen a quienes agarren movidos y además le finquen responsabilidad a la autoridad municipal, o sea, a Isidro López Villarreal, quien parece más interesado en poner bardas en las calles que en arreglar los baches.
Eso ya ocurrió en muchos municipios y estados, así es que la posibilidad existe y abonaría a la mala imagen que el alcalde se está haciendo a sí mismo, primero con los negocios turbios de sus funcionarios, sacados a la luz pública por prácticas de espionaje, ese mismo que pusieron en práctica en la administración de Rosendo Villarreal.
Y luego por la torpeza de caer en lo mismo que estaban denunciando ante las autoridades, cuando Zitamar Arellano Trueba y Carlos Orta Canales, hablan de grabar la conversación del gobernador con el alcalde, a quien “seguramente le suplicaría que no pusiera un desplegado”, si Chucha y tus calzonzotes, como diría María Victoria, en su papel de la Criada Bien Criada.
Muy valioso tiempo está perdiendo el alcalde de Saltillo en tarugadas, y por eso se está ganando la animadversión de la gente. Y le pongo un ejemplo que aunque no pareciera tener importancia, es realmente un asunto cruel para los niños.
Hace unos 20 años había un lote baldío en la colonia Isabel Amalia, en donde los vecinos como pudieron lo desmontaron, lo emparejaron e hicieron canchas deportivas, en donde desde hace 15 años se realizan torneos, entre 54 equipos de niños de todos los barrios cercanos.
El sábado de la semana pasada, les avisaron que ya no tendrán acceso a ese campo, que ahora tiene barda, un centro comunitario, construidos en otras administraciones por supuesto, y una serie de arreglos, aunque la cancha sigue siendo de tierra y piedras puntiagudas.
Y se amenazó a los padres y a los niños con sacarlos mediante el uso de la fuerza pública, para hacer un torneo, en beneficio de solamente 4 equipos.
Los padres molestos como es lógico, expresaron su queja y su repudio al alcalde y sus funcionarios por esa acción que pretende despojarlos de su campo y afectar a unos 500 niños, entre los que juegan y los que asisten a divertirse o ver los encuentros.
Los padres amenazaron con llevar a los niños a jugar en pleno bulevar Francisco Coss, justo frente a la Presidencia Municipal, si los panistas no encuentran una mejor solución, con ello lógicamente interrumpirían el tránsito vehicular y pondrían en boca de todos a nivel nacional, para mal, lamentablemente, a Saltillo.
Estas cosas son las que afectan al alcalde Isidro López Villarreal, quien con toda la torpeza que le caracteriza no es capaz de buscar una mejor solución para no lastimar a nadie.
Además en ese campo deportivo hay algo que huele muy mal y no es precisamente un perro muerto, es el hecho de que la administración municipal afirma que invirtió
750 mil pesos en su rehabilitación y los padres de familia mostraron las mangueras rotas del agua potable, la falta de vital elemento en los baños, la suciedad que impera, y una serie de desperfectos que no deberían existir con semejante inversión, sobre todo porque los mismos padres se cooperan hasta para el jabón, escobas, trapeadores, con que medio hacen la limpieza y pusieron algunos focos porque ni para eso les alcanzó con los 750 mil pesos que seguramente se embolsaron… porque con ese dinero solo pintaron las paredes de azul.
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