El comal le dijo a la olla: ahora te ves más tiznada que de costumbre». Ahora sí, ante la propuesta del líder de la fracción PANista en la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya lanza la formidable e inconmensurable “ideota” de crear una comisión anticorrupción.
¿Pues en qué país vive éste servidor público y recuas de otros partidos que le acompañan?
En primer orden él debe de saber y hasta conocer que la corrupción es un delito que se persigue por oficio, sólo que en el país, la impunidad, la inmunidad y el perverso fuero con que gozan miles de servidores o funcionarios los hace intocables y hasta la misma recontraviolada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se queda atorada.
La corrupción es un gen metido en todos los poros de la sociedad, y como si fuera una endemia, se pega a cualquier nivel y está constante, permanente y en aumento.
La corrupción en México es como el sol del mediodía, sólo basta salir a la banqueta y te lo encuentras, a sido por siglos el padrastro malo que manda en la nación, el mismo presidente, Enrique Peña Nieto hace semanas dijo: «La corrupción es una cultura en el país». Antes, en 1980, Al expresidente (qepd) José López Portillo se le adjudicó la frase: «la corrupción somos todos».
A esta propuesta de crear un comisión (otra) se une el PRI y desde lo alto de la tribuna dice que van por todo.
Ante esto el pueblo se pregunta ¿estarán en sus cabales estos personajes de la farándula y pasarela política nacional? En realidad, son personajes que representan el cinismo en todo su esplendor y son los promotores de la corrupción, ya que si fueran honestos, la verdad, renunciarían o en el mejor de los casos le harían un favor a la nación como se hace en otros países: se suicidarían por corruptos.
La corrupción en nuestro país es el imperio de fortunas labrado a costa del pueblo manso, cojo, ciego, mudo y sordo y a esto agregado la dejadez e indolencia que a pesar de saber que nos roban, nos mancillan, defraudan y ofenden aun seguimos votando por sus parientes, los que brincan de una rama a otra, para seguir mamando de la misma y escuálida teta presupuestal, es decir por la misma caterva de bandidos para que nos sigan robando.
Por el otro lado ¿quién va a decidir o sentenciar a los corruptos? No nos sorprenda que se nombre otra comisión. ¿Acaso los mismos partidos políticos o sus secuaces? ¿De dónde van a sacar a los jueces o simples agentes del ministerio publico honrados?
Si algo está podrido, después del 99.9 % por ciento de los políticos, es la impartición de justicia, desde los agentes de crucero, hasta los más altos jerarcas, desde luego con algunos casos raros, que son aves de plumaje blanco que cruzan el pantano sin mancharse.
La corrupción según datos en México nos cuestan o equivale a 1 billón y medio de pesos, es decir miles de miles de millones de pesos. La tranza que danza en nuestro país es conocida entre los sinvergüenzas como «el que no tranza, no avanza», de ahí que nuestro país esté desde hace muchos, pero muchos años sin avanzar, atascado, atorado, cuando quiere avanzar da bandazos, lo que quiere decir que este sofisma es un mito o al menos este aforismo no a sido eficaz, en el pueblo y la prueba tangible son los más de 30 millones de miserables que contemplan esta corrupción.
Así que otra comisión más a nivel nacional y en el canal de las barras y estrellas es común ver «a los burros hablando de orejas…» Otra vez, la casta divina haciéndense masturbaciones mentales, el onirismo en todo su esplendor. Los cangrejos van para atrás pero avanzan, nosotros ni para los lados ni siquiera pa´tras para agarrar vuelo.
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