Regresaré a la política con la cara en alto y con el apoyo de los coahuilenses
** “La deuda contraída legalmente es mi responsabilidad, yo la solicité para ayudar a mi gente y eso lo demuestro aquí, ahorita y cuando quieran”, asegura el ex líder nacional del PRI.
** Desde un principio sabían que yo simpatizaba con Peña Nieto, pero creyeron que podía darle una puñalada por la espalda. Y no. Yo soy un político hecho en el norte, gente de palabra y de ley.

La residencia de Humberto Moreira –en la colonia Lomas de Lourdes, al sur de Saltillo– no tiene cambios, sigue luciendo las mismas puertas, las mismas paredes, los mismos colores. Lo único que falta en ellas, que se ausentó, no sé si temporalmente o para siempre, es el bullicio constante de la gente, el ruido de decenas de tacones, de pisadas, por los amplios corredores, las carcajadas de «seguidores sexenales» y las mesas y sillas que dejaron su lugar a un puñado de rosales y matas que arrojan flores de mil colores.
Solo unos dos juegos de jardín hacen contraste con el verdor del pasto y los rojizos ladrillos de los corredores. En una de esas mesas, en mangas de camisa, el ex gobernador revisa una montón de papeles que van y vienen de un portafolios de piel a la mesilla blanca. Su auxiliar nos conduce hasta ese sitio.
Humberto, con su cordialidad de siempre, sonríe y nos invita a tomar asiento. Se rompe el hielo con las preguntas tontas, de las que suelen hacerse para ir preparando el terreno para los cuestionamientos importantes.
Se habla de la familia, de las comidas, de los viajes y de todas aquellas cosas que ocurrieron o dejaron de suceder, hasta llegar al punto que nos condujo a esta residencia, a estar enfrente de quien fuera, no hace tres años, uno de los hombres más fuertes de la política nacional.
-Profesor… hemos sabido que buscará postularse a un cargo de elección popular, en este caso diputado federal por el Partido Humanista. Se trata de simples rumores, de hacer que el PRI voltee hasta donde usted se encuentra, el inicio de una revancha política o…
-No. No son rumores. La política es parte de mi vida, es mi vida misma. Desde joven participé en movimientos sociales estudiantiles, hasta que un día tuve la oportunidad de participar como candidato a gobernador de Coahuila, elección que gané con la gran mayoría de votos que jamás candidato alguno logró… Y sin invertirle mucho dinero.
He recibido duros golpes en los últimos años pero tengo la satisfacción de caminar por las calles, por los barrios de Saltillo, de Torreón, de Monclova, de Piedras, de Acuña, de Parras, de cualquier ciudad o pueblo de Coahuila y que la gente me salude con afecto, soy una persona a la que su pueblo lo consiente. Yo soy gente del pueblo.
Y es ese afecto, el que me prodiga la gente, el que me hace pensar en regresar a las lides políticas. Tu sabes, sientes cuando el pueblo te guarda aprecio y también cuando ese mismo pueblo te desprecia al grado del insulto, como le sucede a algunos políticos en la actualidad.
Por otro lado, no sé si el Partido Revolucionario Institucional, del que fuí dirigente nacional, me cierre las puertas en la búsqueda de cristalizar mis aspiraciones, no he tocado esa puerta aún y nadie me la ha cerrado. Lo que si puedo afirmar es que cuento con las propuestas serias de los partidos Humanista, Popular Campesino y Joven. Yo agradezco la invitación que me hicieron Gerardo Covarrubias, José Luis López Cepeda y Orlando Israel Puente Carranza. Las siglas de sus partidos me gustan, ojalá y pudiera darse una coalición de ellos con el PRI.
Lo único que tengo claro, de todo esto, es que regresaré a la política con la cara en alto y con el apoyo de mi gente.
-No tiene temor de que la gente reclame el endeudamiento en que dejó al estado…?
-No. Temo a que me reclamen que durante mi gobierno, pese a todos los esfuerzos que hice, no pude sacarlos del lugar donde se encuentran las grandes mayorías. Forjé un gobierno popular, social, de servicio a las mayorías, jamás al de unos cuantos y mucho menos solo para los poderosos.
La obra física y social realizada en el estado suma más millones que los que se deben a la banca. Son muchos, muchos más. La gente lo sabe y, en su momento voy a aclarar todo. Voy a dar a conocer las cifras de inversión en obra pública, hablo de puentes, carreteras, calles pavimentadas, caminos vecinales, apoyos s los agricultores, a los ganaderos, a los mineros. Hablo de programas sociales que permitieron paliar las carencias de mi pueblo, la contratación de miles de personas, las becas, las farmacias, los uniformes de la gente, los desayunos y útiles escolares, los hospitales, intervenciones quirúrgicas para quien las requiriera con costos mínimos… y mínimos casi alcanza la palabra nada.
Hay estados más endeudados que Coahuila. Y no reflejan las obras que se desarrollaron en la entidad.
-Entonces ¿por qué criticar ese endeudamiento?
-Desgraciadamente todo provino de una falsificación de documentos oficiales que hizo el principal colaborador financiero del gobernador interino Jorge Torres para adquirir un crédito con la banca privada. Yo ya andaba defendiendo candidatos en el Comité Ejecutivo Nacional cuando se dio el escándalo. Jorge debió dar la cara a los medios informativos para aclarar ese asunto pero justo en esos días falleció su señor padre. Mis enemigos utilizaron esto como arma para «bajarme» del PRI… Y vaya que son enemigos muy poderosos que intentaron, inclusive, echar abajo la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto.
Pero le entré con todo. Intenté defenderme de esos ataques que fueron orquestados por mis enemigos. No importaba que yo no tuviera nada que ver en todo eso. Aclaro, la deuda contraida legalmente es mía, yo la solicité para ayudar a mi pueblo y eso lo demuestro aquí, ahorita y cuando quieran. La otra, la de Jorge, es asunto de ellos. Lamentablemente vino a rebotar conmigo y en esto de la política todo se vale. Algunos personajes se cobraron la que les debía porque no les di entrada con sus propuestas. Desde un principio sabían que yo simpatizaba con Enrique Peña Nieto, pero creyeron que podía darle una puñalada por la espalda. Y no. Yo soy un político hecho en el norte, gente de palabra y de ley.
-¿Quienes son esos enemigos?
Humberto Moreira piensa un momento y luego con movimientos nerviosos mira a este entrevistador.
-A su tiempo. A su tiempo hablaré. No es el momento. Pero se trata de los mismos que llevaron a mi amiga, la maestra Elba Esther Gordillo a la cárcel arguyendo una serie de delitos que solo en sus mentes enfermas existe. Son las venganzas que suelen darse en la política mexicana.
-Entonces ¿Usted cree que orquestaron una campaña de desprestigio y linchamiento en su contra…
-No solo lo creo. Lo afirmo. La viví. Pero esos que me alejaron, temporalmente –recalca esa palabra, la subraya, la dice poco a poco– ya me verán regresar. Nací político y político voy a morir.
-¿Cree que pueda regresar por sus fueros a la política nacional o siempre estará ese estigma de la deuda?
-Por lo menos haré el intento. A veces pienso que la política es como las peleas de box, te pueden tumbar de un golpe pero eso te lleva a levantarte y poner más empeño, a tener la guardia bien puesta y a tirar tus mejores golpes. (Continuará).
Por Roberto Adrián Morales
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Regresaré a la política con la cara en alto y con el apoyo de los coahuilenses
Claro, sus enemigos la gente honesta, que no lo quiere y que no lo apoya!