La sección 38 está huérfana y su clínica es un desastre

Una semana más gracias a DIOS que me da la oportunidad de ser la voz del pueblo, de quienes por su desesperación y desconocer a quien reclamarle algunas cosas, detalles y acciones.
INICIAMOS… la semana pasada hurgando en mi celular y sobre todo porque soy nuevo en esto vi en twitter un comentario que hacia el comunicador, reportero y corresponsal de Televisa Juan Andrés Martínez: «La Sección 38 del SNTE está huérfana, sin líderes ni medicamentos, además de un pésimo servicio».
Quien habría dicho al siguiente día acompañé a un amigo, que es maestro de primaria, precisamente a la Clínica Hospital del Magisterio, iba a consulta todo bien hasta ahí, llegamos a una ventanilla donde le pidieron su credencial del servicio médico vigente, después le comentó una muchacha, que todos los médicos que atendían en ese momento estaban ya saturados y no se le daría una boleta hasta que llegaran los del turno nocturno y en urgencias. Ni modo, a esperar. Mi amigo ni un comentario hizo, salimos al estacionamiento donde encontramos a varios compañeros suyos que estaban en la misma situación, lamentándose que ya son menos los doctores que atienden por que renunciaron al no soportar los bajos salarios, las jornadas larguísimas, por el número de pacientes por atender y aun así los reclamos de los profesores por la falta de medicamentos.
En eso estábamos cuando vimos a una persona que daba vueltas y caminaba por el estacionamiento se asomaba como buscando a alguien, entonces yo hice la pregunta ¿disculpen quién es ese? Y me comentaron «es el Doctor Castrejón, no sabemos de qué méritos goza, no consulta, cuando no anda por los corredores de la planta alta, esta en el estacionamiento o dando vueltas pero no hace nada, solo espera a que sea su hora de salida y es el primero en salir», y no se esconde.
Es el tipo de personas que abusa, y tiene cara de vividor, con una voz tequilera cruzada con aguardiente que no puede con ella, ahí y además con un complejo de Galán.
Bueno, nos fuimos acercando a la ventanilla y el tipo siguió allá afuera sin consultar ya obtuvimos el tan esperado pase para el doctor, y ahí ya otro trato aunque incómodo porque en urgencias y con pacientes todos adoloridos y con el paso continuo de enfermeros y enfermeras, en general muy atentos, el médico que atendió a mi amigo, muy amable aun que mostraba signos de cansancio y fatiga, por el cansancio y las largas jornadas de trabajo y todas atendiendo a pacientes de todas las edades y condiciones de salud diferentes, aun así no dejó de ser todo un caballero. Que diferencia del holgazán que vimos en el estacionamiento todo relajado con la única preocupación de la hora de su salida y por el otro este GRAN DOCTOR que iniciaba su turno daba muestra de todo un profesional, no recuerdo el nombre lamentablemente para recomendarlo.
Bueno después de un rato salimos de ahí con la boleta donde aparecían los medicamentos así como las diócesis establecidas por el galeno.
Llegamos a una serie de ventanillas que decían: Hospitalizados, consulta externa, tratamientos y jubilados. Y le dije en dónde y me contesta «es lo mismo donde quiera, es igual» y me quede pensando ¿cómo?
En fin ellos saben cómo se manejan, me senté en una de tantas sillas súper incomodas y me puse a ver un programa en una tele súper vieja, de esas que se les da un trancazo para que funcionen, también di lectura a unas lonas donde hacia recomendaciones, que no aceptaran el medicamento si no era el de la receta etc.
Nos sentamos y ahí llegaron los amigos del maestro al cual acompañaba, y hacían buenos deseos de completar la receta, en eso una maestra jubilada daba tremendos gritos a una persona encargada de surtir el medicamento, «oiga, ya tengo tres semanas y no me surten» la muchacha simplemente se dio la vuelta y sin dar explicaciones se puso a platicar con un gordo, que parecía burlarse de la situación de la maestra, eso me molesto mucho, ¿Cómo puede ser posible que se trate así a una persona, donde están los encargados, donde está la clase luchadora? En fin llamaron a mi amigo se puso de pie y llegó a donde mismo de la profesora jubilada, yo seguí sentado pero escuché claramente que le decía la cajera, no profesor no hay su medicamento venga el jueves a ver qué pasa, o si gusta llame y le diremos para que no se de la vuelta de «oquis»… jajajaja.
Estoicamente mi amigo se retiró y me dijo que lo acompañara para irnos, ya yo encolerizado le dije «no vas a reclamar» ¡NO! Me contesto « ni siquiera le vas a rayar la madre? ¡NO! ¿Qué gano?
Cuánta razón tiene mi amigo Juan Andrés Martínez por su comentario de que la sección 38 está huérfana, que los maestros son tratados como parias como si sus derechos se convirtieran en favores, que tristeza, impotencia y todos los sentimientos encontrados, en un solo lugar, y en tan solo unas horas en que me di cuenta de la deplorable situación de la base magisterial, si estoy hablando de la base porque no creo que Rubén Delgadillo Romo pase por estas situaciones es más ni va, manda a uno de sus gatos que lo rodean, tampoco al Director del consejo médico de la 38, Benito Parra Mireles.
Por lo tanto Rubén Delgadillo Romo ya deja de pensar como chofer, ahora eres Secretario General, y tu Benito Parra ya no estás en el Valet folclórico, por lo tanto …LOS BUSCAMOS.

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por: Poncharelo