…se soltó el borrego de que a partir del próximo ciclo escolar, se pasan a suspender todos y cada uno de los denominados clubes en las escuelas secundaria, ya sabe, todas aquellas actividades complementarias al plan de estudio formal.-
Si por algo se ha caracterizado la mentada reforma educativa que está dizque implementando el gobierno de la República allí donde no le ponen las peras a ciento, es por el absoluto desconocimiento que tienen todos los involucrados sobre lo que pretende.
Sus principales críticos, y mire que los tiene por centenas de millares, dicen que la reforma no es realmente una del ámbito educativo, sino una de corte laboral… y que usa lo educativo como pretexto para decidir quien cumple para seguir siendo parte del sistema educativo, y quien tiene que hacer sus maletas para largarse a donde encuentre donde meterse, que al fin de cuentas el neoliberalismo ni ahora ni nunca se ha ocupado de esas cosas.
Desde nuestros cuatro puntos de vista sería bien fácil establecer metas numéricas para el sistema y para la reforma educativa: elevar tantos puntos el rendimiento de la población estudiantil en la prueba de lectura que aplica PISA, ENLACE, PLANEA o el instrumento que consideren que no tiene peros ante sus tan exigentes ojos; de igual manera, subir tantos puntos el rendimiento en matemáticas y otro tanto en ciencia.
Esos son objetivos, claro que poner las cosas así lo obliga a uno a ponerse a trabajar para alcanzarlos, muy diferente a andar haciendo como que hacen, o en el lenguaje del sistema político, grillando.
Felipe Calderón Hinojosa, entrón como era él, pero también ineficiente como él era, se atrevió a plantear un objetivo concreto, algo prohibido en la burocracia nacional: se comprometió a elevar en diez puntos el rendimiento en lectura del sistema educativo mexicano en el curso de tres años, ¿y qué creen?, pues que no solo no logró subir y ni siquiera mantenerlo, y el país perdió diez puntos, para quedar en vergüenza ante los países de la OCDE, que al pueblo de México esas cosas les valen sombrilla. Y sí, se les quitaron las ganas de volver a poner metas numéricas para la educación, que al final de cuentas ¿Quién es bueno para los números en este país?
Toda acción que se toma en el sector educativo, se lo achacan los funcionarios a la reforma, sea que esta está en algún papel o que no lo está, pero allí encuentran la justificación que necesitan. Que si poner techos en las escuelas, es por la reforma, que si esos techos no aguantan una granizada, es por la reforma, que si la operación mochila, es por la reforma, y si es el bullying, es por la reforma, y así se van.
Recientemente se soltó el borrego de que a partir del próximo ciclo escolar, se pasan a suspender todos y cada uno de los denominados clubes en las escuelas secundaria, ya sabe, todas aquellas actividades complementarias al plan de estudio formal, y para las que no todas, pero sí muchas de las escuelas tenían destinado un banco de horas o incluso plazas de profesores.
Por supuesto que la explicación fue que así está indicado en la reforma, adornando el dicho con que lo que pasa es que las horas esas que los jovencitos se la pasan en el ajedrez, en la danza, en la guitarra, serán devueltas a las materas básicas del plan de estudios, si eran dos horas a la semana, se las atacarán de matemáticas a los chavos, de ciencias o de lo que sea que el señor presidente reformista o su secretario de educación consideren que realmente vale la pena saber y aprender, seguro que literatura, geografía, historia o gramática no, otras materias.
Según esto los profesores que queden en situación de estar sin grupo, no sufrirán ni en sus ingresos ni en su seguridad laboral, pues serán reasignados a las materias importantes.
Muy bien que un profesor de artísticas se desempeñará como maestro de biología, de español o de matemáticas, si por algo se metió a artísticas, pero así resuelven los grandes problemas en la SEP federal y en su sucursal Coahuila.
Con esas soluciones tomadas sobre las rodillas lo más probable es que si estábamos mal en las evaluaciones, ahora vamos a estar mucho, pero mucho peor, y no solo en las materias que sí se imparten las cuales serán pesimamente enseñadas por maestros no aptos y de las que los alumnos estarán doblemente hartos, sino también de las otras que dejan de impartirse por poco importantes, y sí, ponga que pocos salieran para un ballet folclórico o para una rondalla, ¿pero y la convivencia y la apreciación artística?, eso no cuenta para nada.
Esto nos hace recordar cuando a regañadientes las autoridades decidieron que todos los aviadores, bueno, aquellos que no tenían de qué agarrarse, los comisionados, se regresaran a dar clases. Esto ocurrió no hace mucho, y los que no tenían suficiente antigüedad como para salir huyendo por la puerta de la jubilación, fueron a dar con sus huesos a las aulas.
En su momento dijimos que ¿Qué puede enseñar un profesor que tiene veinte o más años de comisión, y que además regresa al salón de clase en las peores condiciones y con la peor actitud posible?, esos profes sí que eran un peligro para los alumnos, y no vaciladas, pues así y todo, los pusieron a dar clases, ¿qué generación estarán sacando?, no queremos ni saber.
Pues bien, a esa “fuerza” de primera clase en las aulas, ahora habrá que agregar profesores que no estudiaron para dar clases en las materias que se les van a asignar, y vuelve la pregunta ¿qué clase de egresados ofrecerán a la sociedad, a la preparatoria?, pues unos que odien las materias básicas, que no las dominen, y que para colmo carecieron de la válvula de escape de las asignaturas complementarias.
Ah, pero la culpa la tiene la reforma… y esto apenas comienza, porque efectivamente, lo de quitar profesores de aquí para ponerlos allá no es más que otra medida de corte administrativo y laboral que no tiene nada que ver con una filosofía educativa, con un modelo educacional, con la más elemental lógica de lo que es la formación humana y humanística.
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