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Las carreteras del futuro

carretera1Cada vez más, acercamos a nuestra vida cotidiana aquellas cosas que hace algunos años sólo ocurrían en las novelas de ciencia ficción.
El hombre ha alcanzando niveles de desarrollo insospechado, el expansionismo espacial, la ingeniería humana, las nuevas curas y sobre todo los avances sociales que hemos tenido son prueba irrefutable de que vamos por el camino correcto, en cuanto a progreso se refiere.
El premio a la innovación en comunicación terrestre sin duda se lo tienen bien merecido las conocidas carreteras del futuro o carreteras inteligentes como sus creadores Scott y Julie Brusaw prefieren llamarlas.
Estos dos estadounidenses llevan más de diez años desarrollando, lo que creen puede modernizar la industria automotriz de comunicaciones, paneles modulares capaces de acumular energía, mantenerse funcionando y debido a la alta inteligencia artificial creada para su funcionamiento pueden interactuar de manera eficiente con vehículos que los circulen, obtener información, aumentar la seguridad al manejar y sobre todo mantener la tierra libre de la contaminación que causan los pavimentos actualmente usados.
El proyecto Solar Roadways que no ha parado de recaudar fondos desde que se anunció en el portal indiegogo en busca de un fuerte capital para hacerse realidad, nació en el recóndito estado de Idaho, Estados Unidos a mediados del año 2009 cuando por fin Scott y Julie recibieron el apoyo de la administración federal de transporte de aquel país y de esta manera lograron construir el primer prototipo.
El objetivo de este proyecto es sustituir las carreteras convencionales que conocemos actualmente por panales fotovoltaicos modificados para soportar enormes pesos de los vehículos y además permitir una buena tracción. Estos paneles serán capaces de cargar los vehículos eléctricos que pasen sobre ellos, llevar energía eléctrica a poblaciones desoladas e impedir que en ella se formen capaz de hielo que imposibilite el manejo para los conductores.
Esta enorme carretera solar está formada por una cantidad enorme de celdas solares de apenas 30 x 30 cm que recolectan energía del sol durante el día para posteriormente utilizarla por las noches. Cada celda está compuesta por 4 niveles: una primera capa superficial fabricada con el más resistente, rugoso y translucido de los vidrios, capaz de dejar pasar la luz del sol. Con sistemas de iluminación y elementos calefactores, esta capa se encargará de anunciar a los conductores sobre peligros en la carretera.
La segunda capa contiene células solares que captan la energía solar y la transforman en energía eléctrica almacenable en baterías para su posterior uso.
Y la tercer capa es una apuesta de Scott y Julie con la ecología puesto que para hacer más suave y resistente la celda contendrá reciclaje de basura compactado y puesto a secar que incluirá entre otras cosas bolsas de basura y botes plásticos de difícil reciclaje.
La cuarta y última capa distribuye la energía acumulada a la red eléctrica y contiene lo necesario para encender los leds y encender la calefacción. La idea de los paneles ya que se encuentran interconectados en una especie de malla, hace posible la detección y notificación en caso de que un panel falle y tuviera que ser reemplazado.
Aunque la carga de vehículos eléctricos no es algo nuevo puesto que en Corea del sur al menos el 15% de las carreteras cuentan con espiras eléctricas enterradas que trasmiten energía a los camiones de transporte público, se puede decir que la transmisión por inducción si es una innovación desarrollada para los paneles de Scott.
Aun con toda la innovación que esta carretera representa, los Brusaw están conscientes de que fabricar paneles solares es mucho más costoso que el método de pavimentación actual.
Sin embargo defienden su proyecto especulando sobre los ahorros monumentales que se pueden tener en un largo plazo.
Además con el tiempo ellos mismos pueden generar suficientes ingresos como para bajarles el precio y hacerlos aún más rentables.
Ambos ingenieros aseguran que la energía producida podrá reducir de manera considerable el uso actual de combustibles fósiles para la creación de energía eléctrica, lo que impactaría positivamente en las emisiones de gases con efecto invernadero en la atmosfera. Estos paneles además como recurso extra pueden mostrar publicidad, delinear estacionamientos e incluso señalar los mejores lugares libres en aquellos centros comerciales que así lo requieran.
Este no es el único proyecto de este tipo en el mundo, en Holanda por ejemplo, ya existen prototipos de carreteras que aunque menos eficientes, también han generado innovaciones como la de cambiar las clásicas farolas de iluminación situadas a los costados de la carretera por unas pequeñas marcas que absorben luz y resplandecen en la oscuridad gracias a la creación de un polvo fotoluminiscente integrado en la pintura de la carretera que puede llegar a estar encendido por más de 10 horas.
Por lo pronto son proyectos independientes pero en un futuro no muy lejano podemos verlos unidos en la primera carretera inteligente, eficiente e innovadora.

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