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Los robots “asaltarán” los ejércitos en 2025

robot-rusia-terminator-2A medida que se transforma el carácter de operaciones militares, también aparecen actores nuevos en las guerras contemporáneas. Reclutas y contratistas ceden su nicho a profesionales y empleados de compañías militares privadas, los hombres a las mujeres y los robots reemplazan a las personas.
A juzgar por los modelos de traje militar, equipamiento y tareas diseñados recientemente en países como Alemania, España o EE.UU. en un futuro próximo los soldados se convertirán en unidades de combate extraordinariamente caras y técnicamente complejas. Para aprovechar todas las ventajas de este equipamiento se demandará que los ejércitos del futuro cuenten con un personal bien capacitado.
El material bélico también es cada vez más avanzado y, en consecuencia, operarlo es más difícil. Los ejércitos necesitan de especialistas con muy buena formación, lo que hará que muchos profesionales militares dediquen toda su vida laboral al sector.
Al mismo tiempo algunas de las funciones que en el pasado eran exclusivas de las fuerzas armadas se están privatizando. Los gobiernos externalizan cada vez más tareas a empresas militares privadas, como la tristemente conocida empresa Academi. En los últimos siete años el mercado de servicios en materia de seguridad ha aumentado un 50% a escala mundial. Se trata de uno de negocios más crecientes y más prósperos de la actualidad.
Según datos del Ministerio de Defensa, para 2017-18 los robots ya comenzarán a «asaltar» el Ejército y para 2025 su porcentaje en las Fuerzas Armadas será aproximadamente de un 30% de toda la tecnología militar. Sin embargo, ya hay algunos que son utilizados con éxito. En un estudio hecho por RBTH se han elegido los cinco modelos más desarrollados y con más futuro:
Plataforma-
M: el soldado universal.
La Plataforma-M es un modelo de robot militar de última generación, creado para que entre en combate sin retirarse al entrar en contacto directo con el enemigo. La intención de sus creadores es que este complejo sea una unidad militar universal, capaz de actuar tanto como explorador, patrullero o para la defensa de objetivos estratégicos.
Gracias a su armamento la Plataforma-M puede servir para dar fuego de apoyo. Su sistema de fijación de los objetivos funciona de forma automática sin participación humana.
La Plataforma-M es pequeña pero terrible: va armada con lanzagranadas y metralletas. Destacó en las maniobras realizadas en Kaliningrado el pasado verano y actualmente se sigue introduciendo en el Ejército.
Volk-2:
El Volk-2 es otro «soldado universal» que por sus funciones militares sigue la línea de la Plataforma-M, solo que con más potencia y más pesado (pesa 1 tonelada frente a los 800 kg de la Plataforma-M).
El Volk tiene un chasis sobre oruga todoterreno por lo que puede ir campo a través sin alterar su velocidad. Este aparato no tripulado dirigido por control remoto a una distancia de 5 km, atravesó sin problemas en las pruebas campos enlodados durante el peor tiempo posible, el crudo invierno.
Equipado con metralletas de tamaño medio y metralletas de gran calibre, el Volk puede disparar a una velocidad de 35 km/h en cualquier clima y a cualquier hora del día.
La precisión del ataque de sus proyectiles sobre el objetivo se garantiza gracias a un visor de temperatura, un telémetro láser y un estabilizador acuático, y está protegido por un blindaje especial.
Urán-6:
El Urán-6 es un complejo multifuncional de desactivación de minas. El robot realiza su trabajo a distancia. El operador controla el Urán a una distancia de un kilómetro. El aparato, al que se le pueden añadir palas de bulldozer y dragaminas, atraviesa las zonas minadas para buscar y neutralizar minas y cargas sin explotar.
De acuerdo con sus especificaciones técnicas el Urán-6 puede desactivar objetos explosivos con una carga de hasta 60 kg de un equivalente de trinitrotolueno. Sin embargo todavía no se deja todo el trabajo al robot. Una vez que ha pasado, los zapadores comprueban hasta qué punto ha sido concienzuda la limpieza del lugar. Los desarrolladores del aparato esperan que desactive hasta el 98% del terreno por el que pase.
Actualmente el Urán-6 está pasando por un periodo de prueba en Chechenia, en la región montañosa de Vedenski. El terreno es muy complicado y si el Urán-6 es capaz de pasar estas pruebas el aparato pasará a su fabricación en serie.
Strelok: el robot de los cuerpos especiales
El Strelok es en realidad tan solo una ametralladora instalada sobre un chasis de gusano. Sin embargo este aparato es un verdadero ayudante de los cuerpos de operaciones especiales. Gracias a sus pequeñas dimensiones y a su poco peso que no sobrepasa la media tonelada, el Strelok puede utilizarse para asaltar un edificio en un escenario altamente urbanizado, protegiendo la vida de los soldados y civiles.
El aparato es silencioso, se desplaza con la velocidad de una persona, pero puede subir escaleras y en situaciones de guerra urbana o de operaciones antiterroristas es simplemente insustituible. El Strelok debutó en la exposición militar de Nizhni Taguil en septiembre de 2013, aunque a día de hoy no se sabe nada sobre su futuro.
Gnom: el robot anfibio
El robot submarino Gnom no lleva ningún tipo de armamento y su aspecto recuerda al de una cámara de vídeo algo extravagante. El movimiento del Gnom es controlado por un operador con ayuda de un joystick y la misión del robot bajo el agua es buscar y desactivar objetos peligrosos para el ser humano como por ejemplo minas.
Está equipado con un radar de reconocimiento de 360 º y puede ver a una distancia de 100 metros. Esto permite que se utilice no solo en trabajos de salvamento y búsqueda sino como robot de reconocimiento subacuático. Su peso es de tan solo 11 kilogramos y sus dimensiones permiten transportarlo como equipaje de mano. Este robot subacuático pasó las pruebas en 2005 en el Báltico y desde entonces se utiliza en la Armada de Rusia.

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