Obertura verde (Otra vez)
El inicio de este periplo conjunto llamado año trae consigo muchas fechas que resultan ya impostergables, una de estas el inicio del debate sobre la legalización de la mariguana en México luego de que la SCJN otorgará en el pasado año 2015 permisos para cosechar y consumir la mencionada sustancia a cuatro individuos que lo solicitaron; recordemos que el Gobierno Federal anunció para enero del presente año el primero de los foros en donde se debatirá los pros y contras de legitimar el uso de la mencionada hierba luego de las presiones sociales, políticas y económicas que existen al respecto.
Los más recientes avisados parroquiales al respecto de este tema viene con las declaraciones de Antonio L. Mazzitelli quien chambea como representante de la ONU en la oficina autóctona de México, quien aseveró que “es más que oficial” que el uso médico del mencionado enervante es aceptado en un marco internacional y que México no puede ser la excepción al respecto, además de que les recordó el hecho de que los Estados no pueden limitar su uso o circulación. Todo lo anterior acontecido frente a los presidentes de las Cámaras del poder de este país. Si se ha argumentado que es un tema de salud pública, habrá que argumentar también en el mismo laúd en el que nos lanzan su cacofonía,que la mejora en el bienestar de quienes padecen enfermedades que pueden ser suavizadas mediante este ingrediente no está a votación de nadie.
México se encuentra en un área limítrofe en la que debe tomar una postura ecléctica en la cual el reto es hacer una amalgama con dos factores: atender los temas de salud pública y de recreación de los mexicanos y también sincronizarse con las acciones en materia de política que se están tomando hacia el norte de la frontera. Habrá que destacar una disyuntiva que esperemos se esté considerando en la agenda de cosas por hacer en estos foros que ya se han empezado, la regulación puede darse en dos puntos: en el mercado negro -que es como se ha venido haciendo históricamente- o del lado del gobierno -como ha comenzado a ocurrir en otros países como el vecino del norte- controlándolo mediante recetas, impuestos, permiso, entre otras herramientas legales. ¿Existe la capacidad de manejar las riendas en verdaderos senderos alternos para realmente mover a México y resolver aquellos asuntos que llevan años en el refri por situaciones que rozan la omisión?
Los tiempos ya han superado al inconsciente infantil oficial, la globali-zación tiene diversas caras; incluirse a ella exige ponerse a tono en la mayor medida posible sobre las cuestiones que permean el día a día de los gobernados, más allá de aquello que se busque calificar como perverso. Las acciones necesarias aún no se han tomado, y mucho menos han sido terminadas aquellas otras que se han llevado a cabo aunque sea mínimamente.
Con el sistema judicial que tenemos no se sabe que esperar. Los esncargados de legislar y los del juciicial son una porquería.