Y SE HIZO COSTUMBRE EN COAHUILA.-
Escribe: Fidencio Treviño Maldonado.-
Es común que dos o tres cosas vayan implícitas como sello de garantía en nuestros gobernantes, como en el caso de la corrupción, que abarca el nepotismo, la rapiña y la mentira.
Llenos de indolencia y descaro, cientos de funcionarios públicos elegidos con sufragios y con el juramento ante la Constitución, ni respetan ni hacen respetar ese juramento o toma de protesta. En lo general el 90 % de los países, que se dicen estar en el marco de la democracia, tienen desde luego Presidente y también existe el puesto de Vicepresidente, regla que al faltar por renuncia u otro motivo no está el presidente, es el vicepresidente quien toma las riendas del país, el caso sin duda más sonado fue cuando el asesinato de J. F. Kennedy y que en pleno vuelo, Johnson tomó protesta como presidente de los USA, Johnson era vicepresidente de ese país.
En nuestro país no existe Vicepresidente, porque desde el asesinato de Don Francisco I. Madero y el vicepresidente Pino Suárez, Victoriano Huerta de un plumazo borró al vicepresidente y desde entonces por muchas cosas entre ellas por temor de ser asesinado el Presidente por órdenes del Vicepresidente y quedarse con el puesto, cosa que sin duda y como han sucedido y están de feroces nuestros políticos sería muy pero muy probable que eso pasara, que el Vice asesinara o mandara matar al presidente para quedarse con él puesto de mandatario. (Como ha pasado con algunos diputados y senadores, que han sido asesinados por sus suplentes ).
En este folclórico país, la palabra y el juramento a los de la Casta Divina les vale sombrilla, renuncian para irse a otro puesto, dejan sus funciones de gobernadores, presidentes municipales, senadores o diputados sin importarles un cacahuate podrido lo que piensen o digan sus correligionarios que se quedan chiflando en la loma, al garete o la gente que voto por ellos para un determinado puesto.
En Coahuila, por citar un Estado, desde hace 40 años aproximadamente algunos gobernadores han dejados sus puestos antes de concluir su mandato como Don Oscar Flores Tapia en la década de los 70as, deja inconcluso su periodo y desde entonces a la fecha como uso y costumbre propios de un pueblo agachado todos los gobernadores lo han llevado a cabo y ninguno ha terminado su gestión.
Después de Flores Tapia le siguió el “borrachito” Diablo, José de las Fuentes Rodríguez le siguieron “La güera” Eliseo Mendoza Berrueto, el doctor Rogelio Montemayor Seguy, Pero llega el muchacho de la película, Enrique Martínez y Martínez y sin mucho honor deja la silla a Humberto Moreíra Valdés, el profesor Bailarín, quien hizo lo que Flores Tapia, deja libre el sillón sin terminar para lo que juro defender, hacer respetar la ley y esas otras sandeces que cada gobernador en turno repite, cual si fuera la epístola de don Melchor Ocampo, aquella que los oficiales del Registro Civil leía en cada matrimonio efectuado.
Ahora son chismes que ni siquiera alcanzan a ser rumores se comenta que Rubén Moreira Valdez también dejara inconclusa su gestión, esto para seguir montado en el poderoso tren constitucional y al igual que los anteriores dejará a un delfín, al mandarín, bufón, confabulado con coyotes que sepan la misma tonada de su manada que la cúpula gubernamental ordene y no lo que el pueblo quiera.
Es una verdadera lástima que nuestros gobernantes en turno no terminen sus gestiones y que muchos achichincles, regidores, diputados locales, presidentes municipales y otras recuas, lleven a cabo el ritual de hacer “la graciosa huida” o cambiar de muleta para seguir dando bandazos al pueblo y, lo peor es que ellos en si no son culpables ya que los ciudadanos hasta les aplauden esta determinación y la prueba es que siguen en otros puestos, dados en algunos casos hasta de más alta jerarquía que los anteriores como funcionarios públicos.
Esta costumbre deja desamparados a los ciudadanos que ven como el “Sufragio efectivo, no reelección” quedó en el cesto del excusado, como cualquier papel usado en eso… aunque la reelección sea una triste y desagradable caricatura, también es peligroso que los ciudadanos tomen esta nefasta costumbre, sin asombro o protesta alguna, como si en ella se llevara a cabo una transición común, cuando más que eso, es responsabilidad y sin embargo lo que se ve es una falta de respeto, la inmoralidad, el atropello a las instituciones y una irresponsabilidad que para desgracia del pueblo se premia.
Este, señores, es nuestro mundo político aldeano, es así porque nos dejamos, porque la costumbre nos ganó y la indolencia, pesadez y el importamadrismo desde hace mucho, pero mucho tiempo se apoderó de la sociedad en general y de los ciudadanos en particular.
El emperador Azteca, Moctezuma hace unos 600 años les dijo a sus guerreros: “No lloren como mujeres lo que no supieron defender como hombres”.
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Aquí le dice a su interlocutor, “cómo te quedó el ojo, eh?”