La quimera de Pep:.-
Escribe: José Luis Cuevas
En recientes días quedó de manifiesto que la Secretaria titular de la SEDATU, Rosario Robles, se equivocó. Previamente había declarado en un heroico arrebato emocional que los periódicos “sólo servían para matar moscar y limpiar vidrios”, sin embargo en gran medida han servido para dar a luz a los nuevos avisos parroquiales procedentes del sector público: incremento de los precios de la luz y la gasolina para iniciar el mes patrio.
Con el comunicado procedente de la SHCP, los periódicos le rompieron el dogma; el combustible y la energía eléctrica serán más caros y con este incremento también el costo político para quienes ejercen desde la cúpula.
Lo ingresos con que ha contado y proyectado el gobierno federal su qué hacer han ido paulatinamente a la baja a causa de diferentes factores, principalmente la caída del precio internacional del petróleo; recurso en el que se apuntaló en gran medida el crecimiento económico del país junto con los flujos de inversión extranjera directa desde hace más de dos décadas.
Esta baja en los ingresos lleva a la autoridad a buscar alternativas para continuar percibiendo ingresos, una de estas es la aplicación de impuestos o la eliminación de subsidios. Parte de esto es la interminable novela de la gasolina.
¿Por qué sube su precio? En gran medida por tres factores (entre otros):
Por variaciones en el precio de referencia, que es tomado directamente de las compañías oriundas del oeste americano en donde se produce combustible de menor costo que el nacional. Otro factor que incide es el margen, este se refiere a los costos por concepto de logística, junto con él está el IEPS (impuesto especial sobre productos y servicios), mismo que es la principal carta en el juego debido a que luego de la caída constante de los precios del crudo a nivel mundial, el gobierno buscó asegurar en la mayor medida posible los ingresos mediante la aplicación de un impuesto especial. Existen además otros factores como el IVA o incluso las bandas de fluctuación. De la manera que sea la realidad le ha ganado al discurso de las reformas.
De acuerdo a las declaraciones emitidas por la autoridad fiscal este será el último aumento…. Para 2016. Durante 2015 no habría un solo incremento pero del resto del sexenio no prometieron nada.
La lógica es que si el precio internacional del petróleo ha bajado también deberían hacerlo el de los combustibles, sin embargo en México los ingresos púbicos dependen en buena medida de la producción de este hidrocarburo por lo que esto no ocurre. Sin embargo la paradoja es que si sube el precio del petróleo también lo hará el de los combustibles debido a la referencia internacional, a pesar de la entrada de renta a las arcas públicas;
El cuento de nunca acabar y los recortes por más realistas que sean no aminoran la situación.
El gobierno de la mano firme y de la poca negociación, no ha atinado a mitigar un descontento público ha ido avanzando de manera creciente y en diferentes direcciones. Las reformas pasaron y lo que tenía que pasar no pasó.
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