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El PRI no salva sus problemas internos; el PAN logra la unidad

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ESPEJO CÓNCAVO.-

Escribe: Roberto Adrián Morales.-

Mientras que el PRI ha dejado a la luz pública que tarda en solucionar sus problemas internos generados de la selección de candidato, el PAN muestra que la decisión final no llevó a una ruptura de catastróficas consecuencias como se esperaba.
Llamó la atención que durante el registro de Miguel Riquelme Solís, se diera la ausencia de varios de los aspirantes que se quedaron en el camino. La senadora Hilda Flores Escalera no tuvo tiempo siquiera para enviar un mensaje de apoyo a su correligionario. Prácticamente desapareció del mapa político desde dos días antes del destape del precandidato justo cuando anunció que no estaba interesada en participar en la contienda interna, sin dar más explicaciones.
Tampoco Enrique Martínez y Morales dió signos de vida. Nadie sabe si tuvo mucho trabajo en sus oficinas del vecino estado de Nuevo León, lo que sí se puede decir es que no aceptó la designación y prefirió hacerse ojo de hormiga.
Ni siquiera Tereso Medina, se presentó a acompañarlo en ese «magno evento» al que acudieron varios miles de personas, el líder de la CTM en Coahuila prefirió quedarse en el café Martin’s antes que dejarse ver a un lado del precandidato de su partido en el mitin que se desarrolló en la explanada de las oficinas del PRI que se localizan por el bulevar Coss.
Solo unos cuantos dieron vuelta a la hoja para prepararse a enfrentar la verdadera batalla: la de conquistar el voto ciudadano.
En cambio, Guillermo Anaya Llamas y su Comité Ejecutivo Nacional demostraron que tienen el control sobre toda su gente y en el evento donde se dio a conocer la candidatura, estuvieron presentes quienes, hasta el último momento, participaron en la lucha interna por ser abanderados de ese partido al gobierno de Coahuila.
Ahí, en ese evento, un efusivo Guillermo Anaya agradeció la presencia de quienes fueron sus contrincantes: el alcalde de Saltillo Isidro López Villarreal y el senador Luis Fernando Salazar Fernández, éste último que amenazó con quemar las naves del blanquiazul ante lo que consideró una elección amañada y tramposa.
Pero de pronto, todo volvió a la tranquilidad y, tragándose sus corajes, se presentó muy sonriente a apoyar a quien ya fue ungido como precandidato del PAN.
Además, es necesario reconocer que el PAN logró conjuntar a otras fuerzas políticas con cierto peso específico, como lo es la Unidad Democrática Coahuilense. Ahí en el anuncio de la precandidatura de Memo Anaya se pudo ver a un sonriente Lenin Pérez, quien se creyó sería candidato a gobernador de su partido, el que gobierna Acuña y Sabinas desde hace algún tiempo, pero que al fin de cuentas resultó un bastión de apoyo para los azules.
Estas acciones tienen una sola lectura: la unidad.
Mientras unos no logran persuadir a sus correligionarios a regresar al redil, ponerse la camiseta y luchar contra quienes tratan de sacarlos del Palacio Rosa por primera vez desde la fundación del PRI, otros se quitan las vestiduras rasgadas, se ponen ropajes nuevos y con sonrisa en los rostros, como si no hubiese pasado sobre ellos la perversidad de sus líderes, levantan la mano de quien llega a ser su representante, no muy legalmente.
Así queda pues el panorama entre estas dos fuerzas políticas, las más importantes que hay en Coahuila.
Atrás quedan los ecos de ciertos partidos que nunca lograron prender en el ánimo de la sociedad, como el Partido de la Revolución Democrática, cuya dirigente nacional anunció que iría en alianza con el PAN y luego la coahuilense Mary Thelma Guajardo se encargó de echar abajo ese arreglo porque también ella tiene su corazoncito y además, como ya se le hizo costumbre, espera allegarse un puñado de billetes de los que les proporciona el gobierno a los candidatos para realizar sus campañas proselitistas.
El resto de los partidos, los nativos de Coahuila y los nacionales nomás no prenden, hasta hay quien dice que todos sus seguidores y líderes caben en el elevador de palacio de gobierno. Y no están tan errados con estas aseveraciones.
En fin, ahora falta ver qué sorpresas darán el resto de los candidatos,. Panistas y priístas ya mostraron de lo que serán capaces. Irán con todo para conquistar la silla principal de Palacio Rosa.
Solo falta esperar alguna sorpresa del candidato independiente Javier Guerrero García quien está dedicado a juntar las miles de firmas que le demanda el Instituto Electoral de Coahuila para validar su registro como aspirante a la gubernatura.
Lo cierto es que no debe perderse de vista al sampetrino, hay quien dice que entrará con fuerza a la campaña y conquistará la simpatía de priístas y panistas por igual. Eso ya lo veremos muy pronto.
Así está el panorama a estas alturas, pronto muy pronto se sabrá que es lo que trae cada candidato bajo el brazo para allegarse los votos de la ciudadanía, por lo pronto uno dice que llegó el momento de la alternancia, el otro, sin tomarlos en cuenta, habla de que exigirá cuentas claras al gobierno federal para sacar a Coahuila del hoyo financiero en el que se encuentra y uno más está dedicado a hablar de un gobierno de inclusión en donde se brinde beneficios a toda la sociedad.
Solo queda esperar, para ver cómo se van desarrollando las campañas y las cosas.

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