fbpx

La carrera por la alcaldía de Saltillo

PALABRAS MAYORES.-

Escribe: David Guillén Patiño.-

manolo2

Al cierre de esta columna, me encuentro con que Fausto Destenave Kuri está a 8 mil firmas, aproximadamente, de poder contender, vía candidatura independiente, por la presidencia municipal de Saltillo, lo cual significa que deberá reunir unos 400 autógrafos por día. ¿Lo logrará?

En tanto, el notario no pierde tiempo en la carrera por ganar la alcaldía de la capital coahuilense pues, al tiempo que recolecta firmas, promueve su proyecto político, lanzándose incluso a solucionar problemas comunitarios, acciones que sin embargo aún no tienen el suficiente impacto en el ánimo de los electores.

Una probable razón de la apatía popular se debe seguramente a que, al apostarle al “hartazgo” que priva entre la ciudadanía, paradójicamente también denota cierta añoranza por sus tiempos de gloria en el Partido Revolucionario Institucional.

Un ejemplo de ello es la declaración que hizo tras entregar al IEC su carta de intención: “Fui vicepresidente del Frente Juvenil Revolucionario, di todo, entregué la pasión, el debate, la crítica, la discusión, pero también la defensa abierta, y tuve un sueño, y ese sueño fue cumplido porque fui activista, pero hoy estoy convencido que ese debate tiene que cambiar”.

Francamente, no veo que el ex secretario de seguridad pública de Coahuila se haya sacudido por completo al partido “aplanadora”. Incluso, su trabajo de posicionamiento es realizado al puro estilo priista, tanto en lo que se refiere a su discurso, como a los métodos para ganar popularidad. La sobreactuación de la que hace gala está llamada a convertirse en su peor enemigo.

Sin embargo, todavía se le puede conceder el beneficio de la duda. La cuestión es ¿quién asegura que su estrategia proselitista a la vieja usanza sea el antídoto perfecto para neutralizar a quien se erige como su principal adversario: Manolo Jiménez Salinas, abanderado del PRI?

En cuanto a este joven empresario y político, quedará para el anecdotario el hecho de que por poco es sacado de la jugada, a no ser porque, a estas alturas, los acuerdos entre cúpulas todavía siguen funcionando, aunque usted no lo crea.

Manolín, tanto como muchos otros “gallos” del tricolor, mantiene firme su confianza en la incólume estructura partidista, así como en el voto duro. Lo demás es mero trámite, se dice, de ahí la renuencia generalizada a recorrer maltrechas calles y polvorientos caminos en busca de la aprobación del ciudadano de a pie. Ciertamente, candidatos priistas los hay que han ganado casi sin haber hecho labor de proselitismo. Un botón de muestra: Fernando de las Fuentes Hernández.

Pero, bueno, ¿qué abanderado del sistema se molestaría en hacer campaña, si al fin y al cabo se dispone de la mayor rebanada del pastel de las prerrogativas, pero sobre todo de un descomunal aparato que lo resuelve prácticamente todo, aplicando, de ser preciso, la “ley de Herodes”?

El problema para el PRI es cuando surge como oponente una figura novedosa y carismática, capaz de derribar todo lo establecido para implantar nuevos modelos de hacer política. Uno de esos casos

lo constituye, sin duda alguna, el hoy gobernador de Nuevo León, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco”, por mencionar un ejemplo.

A propósito de personajes que vienen a refrescar el ambiente político-electoral, y no precisamente de precandidatos independientes, nos toca hablar en este espacio de un tercer participante en importancia, mismo que ya anuncia su disposición de jugarse el todo por el todo rumbo a la renovación del Ayuntamiento de Saltillo.

Se trata de Rodolfo Garza Gutiérrez, a saber, un ambientalista, activista y destacado académico que promete grandes sorpresas bajo el abrigo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido que tiende a repuntar en las preferencias del electorado, que ya lo coloca como la tercera fuerza en Coahuila, desplazando al PRD.

El planteamiento que año con año se le escucha al defensor de los derechos civiles se centra en una línea de acción doble: erradicar la corrupción, tanto como la impunidad, por tratarse de los mayores males que carcomen el progreso del país y el bienestar de las familias.

Desde siempre, llama la atención su marcado interés en promover un gobierno municipal con sentido ético y moral, como punto de partida para “devolver a Saltillo su dignidad” y así sacarlo del atraso, de la inseguridad, de la pobreza y del desorden en todos los sentidos.

Ya se encargarán sus detractores de encontrarle su talón de Aquiles, o de inventárselo. Estaremos atentos a la contienda. Esto apenas empieza a calentarse.

Mientras tanto, no hay que perder de vista que en las elecciones de este año en la entidad, se renovarán los siguientes cargos: gobernador, para un periodo de seis años. Así mismo, 38 ayuntamientos, para un año, con posibilidad de reelección para el periodo inmediato. También se elegirán 25 diputados al Congreso del Estado.

De los 25 legisladores, 16 resultarán por mayoría relativa en cada uno de los distritos electorales, y 9 electos por el principio de representación proporcional, mediante un sistema de lista, para un periodo de tres años, con posibilidad de reelección para el periodo siguiente.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Powered by WordPress.com.

Up ↑

Descubre más desde El Demócrata

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo