“…mientras el INE no se desista aceptando que se equivocó… todo sigue en veremos. Mientras entreténgase mejor con lo del Julión, lo de los Enriques, lo de Rafa…”
BAILE Y COCHINO.-
Escribe: Horacio Cárdenas.-
Jueves 9 de agosto por la noche, corrió como reguero de pólvora que la elección de gobernador de Coahuila es válida, que el candidato del Partido Revolucionario Institucional y gobernador electo al contar con constancia de mayoría expedida por el Instituto Electoral de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, es legítimo y legal gobernador a partir del primero de diciembre de este angustiante 2017.
La noticia vino a darle otra sacudida al de por sí alterado estado de ánimo de los coahuilenses, que se suman aquí a toda la mexicanada amante del fútbol y de la música populachera. En efecto, luego de saberse por allí del medio día que el Departamento del Tesoro del gobierno de los Estados Unidos, dependencia que no se anda con chiquitas, había procedido a incautar bienes y cuentas de Rafa Márquez, patabolero él, y Julión Álvarez, berreador el otro, por haberlos encontrado responsables de vínculos con un narcotraficante de los más altos vuelos, a quien le prestaban insignes servicios para el lavado de dinero. Allí tiene usted a dos de los más sonados ídolos de la chinaca popular, convertidos de la noche a la mañana en unos Jorge Torres López cualesquiera, que hasta la visa de turistas les retiraron, condenándolos a pasar el resto de sus miserables existencias en tierra de nacos, su tierra de origen, por más que se hayan sentido por momentos que estaban trepados en los cuernos de la luna… y que los cuernan los herederos de Eliot Ness.
¿Qué cosa tan terrible, todos los niños y jovencitos que han pasado por las aulas, bueno por las canchas de la escuela de futbol del mismísimo capitán de la selección mexicana, Rafa Márquez, resulta que se convierten en cómplices, víctimas o lo que sea de un presunto delincuente, cada mensualidad que pagaban con más o menos esfuerzos sus ilusionados padres de verlos convertidos en los reyes de la cancha, entraba en una maquinaria de lavado de dinero de la organización de Raúl Flores Hernández, cabeza de un silencioso pero altamente eficiente y productivo cartel del narcotráfico. Lo mismo con el Julión, cada disco, cada entrada de concierto, cada prenda íntima que le lanzaban sus fans del sexo femenino y masculino en sus presentaciones, todo queda enlodado junto con su mal escrito nombre. Todo porque estos fulanos no saben decirle NO a ese narco… a lo mejor por el viejo precepto de que cuando a uno le ofrecen el oro o el plomo, prefieren irse por lo que brilla más que por lo que acaba matando, o vaya usted a saber las razones de cada quien.
Luego como dice aquel programa del cañal de las estrellas, todo México se enteró del “oso” mayúsculo que protagonizó el presidente de la República Enrique Peña Nieto, quien precisamente estaba poniendo como ejemplo para la juventud mexicana al mentado Julión, para de boleto quitar las fotos, videos y boletines, pero el machucón ya no se lo quita nadie, uno más en su largo historial de derrapones, tropezones y caídas, dejando impreso en la mente de los jovencitos que sí, cuentan con la autorización para dedicarse a cualquier actividad ilícita, que si llegan muy alto, hasta amigo del inquilino de Los Pinacates van a ser.
Ah, pero si de resbalones hablamos, ¿Qué me dice de las barrabasadas a cargo del primer taxista y tocayazo del alma Enrique Ochoa Leza, quien por orden directa de su adorado y copetón patrón, acaba de mandar a chiflar su máuser a toda la militancia priísta, al romper de una vez y para siempre con los candados de que para ser candidato a gobernador o a presidente, había que contar con una militancia de diez años mínimo en el partido, ahora cualquier amiguis, compa, broder, paisa del Supremo Dedo elector, puede ser ungido candidato, pasando por quienes han pegado calcas, colgado banners, agitado banderitas, repartido frutsis, noqueado perredistas, matado morenistas o robado urnas. Que a lo mejor el tiro les salió por la culata a estos traidores al priísmo, si a quien quería Peña Nieto dejar como sucesor era a Rafa Marquez o a Julión, en vez de a Meade o a Nuño, en chulo enredo se iba a meter, agradecido debía estar al Departamento del Tesoro de balconearlos antes que tuviera que hacerlo la DEA, el FBI o la CIA.
Regresando a Coahuila de la zarpa del uberista Ochoa Leza, es este quien proclamó a los cuatro ventarrones huracanados que no, que el dictamen del INE cae por tierra por el hecho de que según él, hasta ayer mismo se publicó en el Diario Oficial de la Federación el nuevo reglamento de fiscalización de gastos electorales, y que por lo mismo este no era aplicable a la elección del 4 de junio pasado en Coahuila, y que por lo mismo podían los pocos priístas que quedan pintarle un violín a Guillermo Anaya y a todas sus impugnaciones.
Pues sí, el reyesito del espectáculo de la asamblea priísta, puede hacer y decir lo que quiera, a ver quién de entre los consejeros, militantes, dirigentes y exdirigentes se le planta enfrente, además que la prensa afín solo recoge lo que este dice y nada de lo que opinan los otros, pero… ¿y que tiene que decir el INE al respecto?, y para el caso esto es lo que menos importa, pero lo que sí es ¿Qué tiene que decir el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al respecto?
Si al momento de teclear estas líneas, y amparado en las razones de hierro de los Quiques, el INE se hubiera desistido de su dictamen entre ofrecimientos de poner en bandeja de plata las cabezas de cada uno y todos los consejeros que metieron las cuatro patotas, pero recordando además que a nadie nos consta lo que dice porque no lo hemos nadie tenido en la mano, pues ahora sí, el Tribunal podría dar por cerrado ese aburridamente penoso asunto, el de la elección de Coahuila, pues extinguido el motivo, no hay porque seguirlo… y Miguel Riquelme podría ahora sí estar recibiendo el poder sin que nadie lo esté mosqueando. Ah pero que quede claro que esto es respecto del asunto específico de la fiscalización, porque de los otros veinte motivos de anulación que dice cada quien que está debidamente documentado, hasta que los ministros tengan a bien sentarse a deliberar, por allá por septiembre según su propio aviso.
Sí, el pulso se acelera, las redes sociales se sobrecalientan y la tinta corre, pero mientras el INE no se desista aceptando que se equivocó… todo sigue en veremos. Mientras entreténgase mejor con lo del Julión, lo de los Enriques, lo de Rafa…
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