BAILE Y COCHINO.-
Por: Horacio Cárdenas.-
Que escandalera la que se soltó a principios de la semana con el asuntito ese de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en pleno ejercicio de su derecho y atribuciones de aplicarle la quebradora y cuantas llaves de terrorismo fiscal tiene en su amplio repertorio, escogió como su blanco a uno que hasta no hace demasiado tiempo, había sido gremio consentido de los gobiernos mexicanos, al grado de privilegiarlos exentándolos, si no de todo, cuando menos de una buena parte de la obligación de pagar los sacrosantos impuestos.
Sí, algunos profesores estaban enojados, otros inconformes, no pocos dolidos del tratamiento de un gobierno del que forman y se reconocen parte, y que de repente y sin decir agua va, les pega una desconocida de miedo. Las reacciones no se hicieron esperar, afortunadamente, y quizá porque es un número bastante limitado de maestros, no se animaron a recurrir a la estrategia favorita, la que mejores y más prontos resultados favorables les acarrea, de tomar las calles, boicotear las clases y apretarle al sindicato para que a su vez acogote a la autoridad educativa y hacendaria, que generalmente al acercarse el tiempo de elecciones, doblan las manitas, consolidando las prebendas de los grupos políticos más numerosos, entre ellos por supuesto los maestros. No, siendo pocos a lo que acudieron es al amparo, que como todo lo que tenga que ver con la justicia a la mexicana, vale para una pura y dos con sal, no se apuran ni se acongojan, y si no le dan velocidad a asuntos como el de la elección de gobernador, por mencionar un caso candente, ¿que caso le van a hacer a un puñado de profes a los que les cargaron la mano con el impuesto sobre la renta?, viendo su causa perdida, como también el suplemento salarial, mejor prefirieron tirar el arpa, lo que a la Secretaría de Educación, y que conste que no es la culpable directa sino acaso por asociación delictuosa en esta cuestión, le hizo lo que el viento a Juárez.
Pero bueno, una vez destapada la cloaca vale la pena darle una analizada a las apestosas emanaciones. Sí, como a mucha gente en todo el país, nos sonó bien eso de que el gobierno federal, como parte de la tan llevada y tan traída reforma educativa, estaba implantando el programa de escuelas de tiempo completo, ¡qué bueno!, al fin dejaría de ser el sistema educativo oficial la mísera lechereada que le dan a los alumnos en poquísimas horas al día y no demasiados días de clases al año, ahora sí la educación iba en serio: actividades mañana y tarde, calendarios extendidos… nos imaginamos que de ellas iban a salir puros candidatos al premio Nobel en las más diversas ramas del conocimiento, todo para que con la levantada de la coladera saliera a relucir la mentirosa verdad.
Según una nota aparecida en el año 2016, en el estado de Coahuila había solamente cien planteles dentro del programa de escuelas de tiempo completo, dato que nos hizo ruido porque los profesores que se quejaron del cobro excesivo del impuesto por parte de Hacienda pertenecen a 28 escuelas solamente, con lo que no nos queda claro si los maestros de las otras 72 escuelas están a gusto con el descuento, o si no lo están, prefieren aguantarse con el maltrato y seguir sin armar alharaca, aunque también existe la posibilidad de que de cien que yo tenía, de cien que me quedaban, ahora solo nos quedan 28, sin que nadie nos explique qué pasó, como, cuando y porqué cancelaron a más de dos terceras partes del programa, porque no nos hagamos, a cualquiera le duele un golpe al bolsillo, y el gremio magisterial es tradicionalmente de los que más fuerte aúllan.
Que si son 28 o cien, es lo de menos, lo que es lo de más, es que en proporción al número de escuelas que reporta el gobierno en la página del INEE, el número de planteles en Coahuila es de 1,890 para el nivel primaria, si fuera la centena, estaríamos hablando de un 5% del alumnado que recibe la oportunidad de formarse con toda la mano, y si son 28, es apenas el 1.5% de ellos… eso y la discriminación son casi lo mismo, pues ¿Cómo explica un sistema educativo pretendidamente igualitario y equitativo en todos los sentidos y aspectos, que haya escuelas, maestros y alumnos de primera y de segunda, unos poquísimos privilegiados, y el resto tratados como peladaje?, que tampoco es exclusivo de Coahuila, pero si nos dan nuestra típica repasada de ninguneo: a nivel nacional existen 207 mil escuelas y solamente 24 mil forman parte del programa, esto nos da que 11, 67%, alumnos tienen la suerte de pertenecer a una escuela de calidad y el resto que salgan como Pepito el de los chistes, o todavía peor. En el mejor de los casos, la proporción es de 1 a 2 respecto del estándar nacional, y en el peor, es de 1 a 8… y luego dicen que Coahuila es de los estados consentidos de la Federación… para recortar el recurso económico, que al fin aquí ni chistamos.
Y bueno, la solución salomónica aplicada por la Secretaría de Educación fue ¿ah no quieren?, pues quitamos esas 28 escuelas y escogemos otras 28, o 20 o 15 en las que los maestros acepten la compensación y su correspondiente descuento, tan fácil como eso. Y si usted pregunta por la continuidad de los programas en las escuelas que se abandonan, por las expectativas creadas, por los alumnos a los que se les da el cortón, eso allá arriba, importa un rábano.
A nivel de anécdota, recordamos cuando hace algunos sexenios se implantaron dos programas en Coahuila, uno era el de educación en valores y el otro el de inglés en primarias, era secretario Oscar Pimentel de triste memoria: al andar presumiendo uno y otro en cuanto foro nacional había, alguien los calificó como los mejores chistes educativos del sexenio… si le gusta pitorrearse de la autoridad educativa en vez de enojarse, esto de las escuelas de tiempo completo no le pide nada en cuanto a chascarrillo.
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