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El vapuleo nuestro de cada día

caso ine

Por Horacio Cárdenas.-

Cuánta razón tenía Andy Warhol, el neoyorkino intelectual que le dio a la cultura Pop su carta de honrosa pertenencia en la sociedad norteamericana y mundial por allá por los años sesenta y setenta, cuando decía que todo el mundo tiene derecho a sus quince minutos de fama.

La verdad sea dicha, es sorprendente la cantidad de personas, para no decirles gente porque se ofenden, que viven por y para la fama, si no están en boca de los demás, citando a la jacarandosa Mae West, no importa si hablan bien o mal, lo importante es que hablen, si no están en el candelero como se dice acá en México, no están a gusto. Sí, hay gente, ahora sí que gente, que prefiere el anonimato, el no destacar, el no aparecer, unos pocos tienen el intelecto y el talento para convertirse en el imprescindible asesor del poderoso y llegar a ser el proverbial poder tras el trono, pero la gran mayoría de anónimos, aun en la época de los ubicuos selfies, prefiere guarecerse detrás de lo que sea, pues la pena es mucha, casi insoportable.

No es este el caso de los involucrados en el proceso electoral de Coahuila, el pasado, porque ya empezó oficialmente el siguiente, y todavía no puede dársele debido cerrojazo al anterior, pues pareciera que muchos individuos lo han agarrado para hacerse de los ya citados quince minutos de fama, y viendo que esta se extingue al cuarto de hora, están haciendo hasta lo imposible por estirarlo y estirarlo, en perjuicio de la estabilidad social, política y hasta económica de Coahuila y de sus habitantes. Han sido estos, cinco meses de supiritacos, de tramafaques, de vahídos, de preinfartos, de insomnios, todo porque es fecha y hora que no sabemos quién será el siguiente gobernador del estado de Coahuila. Y aunque en cumplimiento de lo que obliga la ley y el sentido común, ya hay algo avanzado en el proceso de entrega recepción, ni los que están entregando ni los que están recibiendo están completamente ciertos de que están haciendo lo correcto o lo están haciendo con el interlocutor correcto. Imagínese que a última hora, o a cualquier hora a cómo vamos, dice el INE, el tribunalito de aquí o el tribunalote de allá que va pa’tras, y todo lo que le habían soltado de información, claves, herramientas de trabajo, contactos y demás al que les habían dicho que les iba a recibir, a ver cómo le hacen para retirárselo, para que lo olvide, pues hay que dárselo a otro y de ninguna manera permitir que los del otro equipo puedan usarlo como arma el próximo sexenio, cuando finalmente se siente el que legalmente debe de sentarse.

Sinceramente no creemos que nadie hoy esté entendiendo nada de todo lo que se ha dicho, publicado y declarado, por no hablar de los borregos, buscapiés y demás armas de destrucción masiva de la credibilidad en el proceso electoral y sus instituciones que se han soltado a lo largo de estos largos meses transcurridos desde aquel lejano 4 de junio. Más bien estaríamos inclinados a pensar que ante la avalancha de mensajes contradictorios, ni uno de ellos que no provenga de una fuente intachable, “de adentro”, la gente termine por aceptar y dar credibilidad a los que le conviene, o incluso ni eso, a los que más casan con su manera de ser, pues hay personas que hemos oído que da por bueno todo lo que suene catastrofista, casi como si desearan que la sentencia “esto se va a poner feo”, se cumpla. Hay los otros, los que dicen que en un país donde no pasa nada, ahora en Coahuila y luego de aburrir con idas y venidas del IEC, del INE, del tribunalito, de los candidatos, no va a pasar nada, más por cansancio y desgano que por convicción política democrática.

Lo que no deja de ser interesante es la manera en la que se han venido barajando los distintos hechos, es de una jocosidad delirante el juego de poder que se traen entre las distintas instancias involucradas, y como se vapulean unas a otras, se dan zancadillas, se acomodan sólidos golpes bajos, se soban los ojos después de los piquetes y se echan árnica en las puñaladas traperas. Oiga, ¿Cómo que el tribunal federal le da órdenes al INE de que vuelva a examinar sus números y prepare un nuevo dictamen?, con las ínfulas de Lorenzo Córdoba y su pandilla de millonetas consejeritos ciudadanos, les ha de caer como bomba cada cachetada que les recetan los magistrados.

Ah y se la cobran… se las cobran carísima, pues en vez de que con cada revisión ordenada y cumplida el proceso se aclare y se caya allanando, no: se complica todavía más, y al final quienes analizan todavía esas cosas se rascan la cabeza sin entender quien ganó, como y porqué. De las últimas, porque segurito en este rato ya salieron otras dos, el descontón que le dieron a Guillermo Anaya con lo del rebase de gastos de campaña, que además dicen que este sí es inapelable, no como todos los otros. Seguro que fue el primer sorprendido y luego todos los demás, porque ¿Qué pasa si el principal afectado, al que según el mismo le robaron la elección, sale embarrado de lo mismo que acusa a Miguel Riquelme?, el INE o el tribunal, quien fuera, se apuntó otros quince minutos de odiosa fama con esta maniobra, que igual, esperamos que en cualquier momento la tumben poniéndolos en ridículo como las otras cincuenta ocasiones que ha sucedido.

¿Pero de qué es señal el trancazo para Anaya?, ¿de que se está inclinando la decisión final, final, final del tribunal a favor del candidato que trae la constancia de mayoría en la bolsa, o por el contrario, como ya lo han manejado hasta el hartazgo en este mismo proceso electoral, darle la sobadita para luego darle un patadón en salva sea la parte?, nadie puede decirlo con las barajas que están en la mesa.

En un estate quieto radicalmente distinto de lo que se había estado manejando, el tribunal superior ordenó que hasta que en diez días no entregara el INE el nuevo dictamen de lo de los gastos, no podía haber pronunciamiento ninguno, de eso apenas van tres días, pero además, una cosa es que se los entreguen y otra que lo lean, lo cotejen con las leyes, lo mediten, se echen una siesta, jueguen su partido de golf, y finalmente emitan un dictamen… solo de lo de los gastos, que lo gordo del resto de las trapacerías documentadas, de eso no han dicho ni pío.

La verdad es que atrás de sus cortinajes, los magistrados están felices de toda la atención, aplausos y mentadas que han estado recibiendo estos pasados seis meses, más los que todavía puedan estirar su fama, y mientras Coahuila en ascuas, masticando vapuleos un día sí y el siguiente también.

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