LA QUIMERA DE PEP.-
Escribe: JL Cuevas.-
El marketing político se reinventa con una velocidad impresiónate. Cada campaña vemos estrategias que, a pesar de todo lo que ya no sabemos de memoria, no dejan de sorprendernos: que si una canción, que si una frase, guerra sucia y un largo etcétera.
AMLO siendo el precandidato que más aparece en los medios, y que debido al peso específico de su figura opositora, no se excluye de los métodos a los que recurren sus contrincantes, sabe que está adelante en la intención del voto y que esa popularidad solamente hay una manera de mantenerla: llenar exactamente los huecos que sus adversarios políticos no toquen.
La larga carrera política de AMLO es la principal fuente para obtener material que pueda ser usado en su contra: su paso por el PRI, por el PRD (hoy aliado del PAN), el plantón de reforma, ¿y cómo no? Sus innumerables frases. De tanto remar contracorriente ha ido puliendo el camino por el hay que transitar para no caer en desvíos que le arrebaten la primera magistratura del país como ya ocurrió en 2006 y 2012. En esta ocasión no le puede fallar el sprint final. Sabiendo que entre la clase política su nombre puede ser hasta tabú, ahora ya se denomina como el “ya sabes quien”, es decir un personaje al que no se puede nombrar públicamente pero que está bien definido debido a sus características de contrapeso.
AMLO es el rival a vencer hasta este momento, y esa popularidad si alguien la incrementa, es la propia clase política debido a que es él mismo quien dicta la agenda, quien con una declaración saca de quicio a dos o tres funcionarios y hasta en el extranjero le tienen que contestar.
Veremos si con esta enorme campaña, la que se hace él y la que le hacen sus adversarios, el ya sabes quien no falla ya sabes cuándo.
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