Escribe: JL Cuevas.-
¿Ya tendrán claro cómo le van a ganar a López Obrador esta vez? Lo digo porque las encuestas muestran que el tabasqueño arrasa en la intención del voto. Quién sabe si por méritos propios o por méritos de quiénes no han tenido un buen desempeño en la gestión pública y han generado un descontentado generalizado.
Ahora sí se les ve más complicado competir contra un AMLO conciliador, paciente, que sonríe y juega con palomas, los patos, alimenta a los peces y hace todo tipo de gentilezas en sus apariciones mediáticas. Un AMLO que lejos de lanzarse de manera iracunda, hace gala de una ironía campechana y hasta se bautiza como uno más de los soviets de hace un siglo.
Pareciera que el Andrés de 2006 y 2012 aprendió de sus errores, ahora sí; por eso se muestra conciliador, y se agrupa con quienes pareciera antagónico, recibe políticos en desgracia y los unge dentro de su movimiento. Lejos de acusarlos se muestra cordial y tiende la mano para fumar la pipa de la paz.
Pero todavía son precampañas, todavía es el calentamiento de la contienda. Nadie quiere gastar más energía de la necesaria cuando hay por delante cuatro meses de carrera, una verdadera ultramaratón… sobre todo para los votantes.
Como dijo Galilei “y sin embargo, se mueve”, es decir, los procesos electorales no son estáticos, están en constante cambio y son volátiles de cualquier cosa que pueda perturbar su delicado equilibrio.
Espere, abroche su cinturón y tome calma, que el sprint final será el bueno. Pero ahora sí se va a armar la marimorena.
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