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EL PAVOROSO CASO DE LA CONEJA

BAILE Y COCHINO.-

Por: Horacio Cárdenas.-

acuerdo
El gobernador de Chihuahua y el secretario de Gobernación firmaron acuerdo por La Coneja.

Para elegir el título de esta colaboración no dudamos en tomar prestado, con el debido respeto, el nombre de la mundialmente famosa publicación de Don Óscar Valdés Vargas, que desde Piedras Negras y para el mundo se denominaba precisamente así, El Pavoroso Caso, cariñosamente llamada entre la raza “El Pavo” desde el año 1962, y es que no se nos ocurre un mejor calificativo para el cenagal político, penal, procedimental, de socialité  y de corrupción que tiene como eje al político coahuilense Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, este no tan cariñosamente apodado La Coneja.

Uno que pensaba que habiendo comprometido la alta investidura del Secretario de Gobernación y el prestigio político de Alfonso Navarrete Prida, con una negociación con el gobernador de Chihuahua Javier Corral Jurado a quien se le concedieron los 900 millones de pesos, en una medida que significó para la Federación tirar al caño no solo esa enorme cantidad de dinero público, sino arrastrar por el lodo el buen nombre, la capacidad de decisión de otro de los cerebritos de la presente administración, el secretario de Hacienda y Crédito Público José Antonio González Anaya, vino a resultar que no, una semana después, Alejandro La Coneja Gutiérrez sigue de huésped consentido en el penal de Chihuahua.

Lo dijimos en la última colaboración, pese al desmentido que hizo el secretario Navarrete, el único acuerdo político a cambio de los 900 millones y de que Corral se regresara a su ídem, fue ese, que Alejandro dejara a la brevedad el Cereso número 1 en Aquiles Serdán, para ser trasladado al CEFERESO número 9 de Ciudad Juárez, ambos en el Estado de Chihuahua. Mientras más pronto ocurriera el traslado, mejor gastado habría estado la lana, deshaciéndose el gobernador de la papa caliente que es tener en su estuche al ex secretario general adjunto del CEN del Partido Revolucionario Institucional, y obteniendo la garantía el gobierno federal de que La Coneja no iba a soltar la sopa de la supuesta triangulación de recursos federales a los gobiernos estatales y que fue a dar a las campañas de los candidatos priístas a los gobiernos de las mismas entidades.

Al momento de teclear estas líneas, lo que había de ser una operación tan fácil como robarse una urna electoral, había topado con toda clase de obstáculos a cual más de increíble, de los cuales reseñamos algunos de los más bizarros.

De repente la Procuraduría General de la República salió con, disculpando la expresión, su batea de babas de que el oficio para el traslado había prescrito… y que el gobierno de Chihuahua debía presentar otro, de preferencia en la oficialía de partes para que le pusieran el sello y el folio y no hubiera cuestionamiento ninguno de que alguien quisiera hacer chanchullo. A ver, a ver, ¿pues no que tanto interés de la presidencia de la República, de Gobernación, del PRI, de la clase política, de los gobernadores, exgobernadores, candidatos ganadores y perdedores por quitarle a Javier Corral de las garras a la inocente conejita?, no, en una maniobra que es tenebrosamente sospechosa, se quiere hacer creer y constar que es del interés del pueblo y gobierno de Chihuahua trasladar a ese reo a un penal fuera de su jurisdicción, ya que no fuera de su territorio. Que si pusieran a la secretaria del fiscal a hacer el oficio hecha la cochinilla, y que se hubiera entregado, eso debió ocurrir no en días, ni en horas, en minutos de que se hubiera sabido que el otro cual vil yogurt de fresa, había caducado. Hasta donde sabemos el trámite no ha avanzado, no sabemos si porque el fiscal de Chihuahua César Augusto Peniche Espejel es de esos que solo firman los lunes o los martes, pero para eso están los facsímiles…

Fuera eso lo único, pero no, allí tiene la noticia aparecida este mismo viernes en los periódicos, una que por su rareza debería ser sujeto de análisis en las escuelas e instituciones de investigación jurídica de México y del universo entero de aquí en adelante. Resulta que la nota cabeceada como “Será Gutiérrez trasladado sólo si no hubo tortura”, es para matar de risa a cualquiera, excepto a Alejandro claro. Sin ir más lejos, sus abogados, esos que cobran de a cincuenta mil pesos la hora, tuvieron la brillante idea de apalancarse en el Protocolo de Estambul para justificar la petición de traslado del reo del penal estatal al federal, pero para ello es indispensable comprobar que efectivamente hubo tortura… y salvo su mejor opinión, nadie en su sano juicio y con dos dedos de experiencia y oficio político, hubiera tocado a Alejandro con el pétalo de una hoja de papel de baño, a sabiendas de lo política y mediáticamente delicado del caso. ¿Resultado?, pues que ahora están entrampados en tratar de probar lo que casi seguramente no hubo… y mientras tanto Alejandro se queda en el sitio de donde lo que más quisiera en el mundo es salir.

Por si fuera necesario más aderezo en el pavoroso caso que le venimos contando, hace dos días hubo dos muertitos y un herido de gravedad en el mismo CERESO Aquiles Serdán, quedando demostrado fehacientemente que el penal es inseguro para los internos, y que no se andan con chiquitas para resolver sus viejas o nuevas rencillas. ¿Pero lo quiere todavía rebosado?, ¿Qué tal la supuesta metida de pata de conejo de Alejandro al decir delante de quien toma las decisiones en su caso ¿Cómo es posible que ese cabrón siga vivo?, o algo así? Si más parece que el peligro es que Gutiérrez Gutiérrez de tanta autotortura sicológica ya perdió el juicio, y ahora sí que se ha convertido en un peligro para sí mismo, además de para el sistema político del que siempre formó parte.

Hasta aquí la reseña de hoy del pavoroso caso de la Coneja Gutiérrez, a ver qué nos trae el siguiente capítulo, que a cómo vamos, promete ser todavía más increíble y espeluznante que este que le acabamos de contar, ¿Quién lo iba a decir?, un merengue político policiaco digno de El Pavo.

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